3,000 productores de Nicaragua combaten sequía y efectos de El Niño con nuevas estrategias de resiliencia climática

Al tener un mejor y rápido acceso al agua, las mujeres tienen más tiempo para todas las actividades, lo que se traduce en seguridad alimentaria, empoderamiento y mejor administración de los recursos.

Luego de un año de implementación, el proyecto “Promoviendo la resiliencia climática y la seguridad alimentaria de hogares rurales en el Corredor Seco”, impulsado por la Unión Europea (UE) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA), ha tenido un importante impacto en las zonas secas de los departamentos de Madriz y Nueva Segovia, sentando las bases para extenderse al departamento de Estelí.

En el primer año de ejecución, el proyecto alcanzó el 42 % de la meta, beneficiando a 123,000 personas que incluye 3,000 productores (47 % mujeres) y 120,000 niñas y niños. En el caso de los menores, el cumplimiento alcanzó el 99.9 % en 1,578 escuelas.

Desde su inicio, el programa busca apoyar a las familias más afectadas por las sequías recurrentes y los efectos de El Niño; a través de la gestión de riesgos, asistencia alimentaria, fortalecimiento de la resiliencia de los medios de subsistencia y efectos relacionados con el clima en el Corredor Seco de Centroamérica.

También busaca apoyar actividades de resiliencia para familias de municipios de la zona seca del país, donde la falta de lluvias afecta la seguridad alimentaria y nutricional.

Al tener un mejor y rápido acceso al agua, las mujeres tienen más tiempo para todas las actividades, lo que se traduce en seguridad alimentaria, empoderamiento y mejor administración de los recursos.

La previsión es que más mujeres gocen de un mejor acceso al agua, pero también que aprendan a reutilizar el recurso e incrementar y diversificar la producción bajo riego de hortalizas como cebollas, zanahorias, remolachas, tomates, chiltomas, rábanos, pepinos hasta girasoles.

Garantizar la seguridad alimentaria y el acceso a agua de calidad en el “corredor seco” de Nicaragua es esencial, pues se trata de una franja que va desde el lago Cocibolca hasta la frontera con Honduras, abarcando 63 municipios (algunos entre los más pobres del país) donde cae la menor cantidad de lluvias (entre 50 % y 75% menos respecto a la media nacional).

Los pequeños productores y productoras en situación de vulnerabilidad ahora retienen la humedad en el suelo, poseen mayores conocimientos en agricultura climática inteligente, y cuentan con una base para mejorar la cobertura vegetal, especialmente las mujeres y sus cooperativas, tanto en Madriz como en Nueva Segovia.

Como resultado de lo anterior, los beneficiarios han mejorado el acceso y consumo de alimentos nutritivos durante la época de escasez. Por ejemplo, garantizar un segundo tiempo de comida caliente durante 60 días, a 944 estudiantes de educación primaria de la zona seca, incluyendo niñas y niños en Chinandega, Estelí, León, Madriz, Managua, Matagalpa y Nueva Segovia, a través del programa de Alimentación Escolar.

La ración consiste en aceite, arroz, cereal fortificado, frijoles y maíz, en los meses de mayor estrés alimentario en el corredor seco (mayo, junio y julio).

Durante los dos primeros años de implementación (2020-2021), el proyecto ha contribuido con un total de 1,133,520 meriendas dirigidas a 4,604 estudiantes de sexo femenino y 4,842 masculinos, en 268 centros educativos del Ministerio de Educación.

Esto ha permitido que la matrícula y la asistencia se mantenga e incluso crezca en un 0.47 % en los centros educativos beneficiados.

“El cambio climático nos afecta a todos. Su impacto es enorme sobre la vida de las personas y de la naturaleza. Afecta la salud, la nutrición y la economía familiar y de las naciones. Por ello, es imprescindible que las familias, especialmente las más vulnerables, estén preparadas para resistir y para adaptarse a fenómenos climáticos como las sequías. Y este programa es importante porque apunta precisamente a fortalecer la resiliencia de las familias ante crisis recurrentes como las que estamos viviendo en estos tiempos”, expresó la Representante del PMA, Antonella D´Aprile tras agradecer al Embajador Bell esta importante contribución.

En Nicaragua el Programa contempla el acompañamiento al Ministerio de Educación en el Programa de Protección Social más grande del país: la Merienda Escolar reforzada para 40 mil niños y niñas de municipios del corredor seco del país. Se contempla también la compra de alimentos a los pequeños agricultores nicaragüenses destinados a la merienda de los niños y las niñas en las escuelas.

Además, 400 pequeños productores de granos básicos recibirán asistencia técnica para incrementar la productividad y mejorar la calidad de su producción y su acceso a nuevos mercados, con acciones de fortalecimiento de sus organizaciones locales, el mejoramiento de la infraestructura, la dotación de equipos e insumos, la equidad de género y la promoción de prácticas agrícolas amigables con el medio ambiente, entre otros.

Otro componente clave que incluye este Programa financiado por la Unión Europea -a través de Ación Pro-resilencia (PRO-ACT) por sus siglas en inglés- es el fortalecimiento de las capacidades institucionales en la gestión de riesgo y en la preparación y respuesta ante emergencias, a través del Sistema Nacional para la Prevención, Mitigación y Atención de Desastres (SINAPRED) y del Centro de Operaciones de Emergencia.

 

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