Reducción en el consumo de los nicaragüenses se convertirá en un problema de baja productividad en el futuro, explica economista

* La crisis económica que vive el país desde 2018 y que se agrava en 2020 por la pandemia del covid-19 recae en la población más vulnerable, la que a fin de cuentas tiene que renunciar a su estilo de vida acostumbrado y hasta el consumo de los alimentos necesario para su bienestar.

Redacción Billete / IP Nicaragua

Perla Flores probablemente no sabe cuánto ha caído el indicador de consumo del país desde que inició la crisis sociopolítica de Nicaragua, en abril de 2018, sin embargo, cuenta que este 30 de mayo, Día de las Madres Nicaragüenses, no pudo llevar a su mamá a comer a un restaurante como en otros años por el riesgo de adquirir el coronavirus, tampoco pudo comprarle un servicio de comida por entrega a domicilio por motivos económicos.

“En mi casa, antes de la pandemia no es que tuviéramos una economía super estable. Teníamos algunas limitaciones, porque ya veníamos arrastrando lo que aconteció desde abril de 2018. Eso afectó bastante. Ahora, la crisis se duplicó, por así decirlo. Dejó de venir una ayuda económica que recibía de Estados unidos. He tenido que asumir los pagos de luz, el agua, internet. Y la comida la hemos estado comprando por quintal, porque tenemos miedo. Para solventar esos gastos hemos tenido que limitarnos”.

En el 2018 el consumo privado cayó 4.8%. Foto: El Nuevo Diario.

“Ya no podemos darnos uno que otro gustito, como antes. El Día de las Madres, como todos los años me hubiera gustado llevar a mi mamá a comer, pero no pudimos. Y aunque intentamos comprar algo por delivery y llamamos, el presupuesto no nos daba. Tuvimos que cocinar en la casa para no gastar el montón de dinero”, cuenta Flores.

Como muchas familias en el país, la de esta mujer de clase media le ha tenido que decir adiós algunas costumbres de ocio que venían cultivando en los últimos años.

“Hemos tenido que reducir gastos. Tuvimos que cortar el cable y solo nos quedamos con el servicio de internet, pero eso porque yo trabajo desde la casa y lo necesito. No estamos comprando ropa, no estamos comprando zapato, en fin, no estamos gastando en lo que no es necesario. Solo estamos limitándonos a recoger dinero para comprar comida al por mayor, para que no le haga falta la leche al niño, no haga falta el queso en la casa, no haga falta el tuquito de pollo, que no lo estamos comiendo diario, y cuestiones así”, relata Perla Flores.

Causas y consecuencias

De acuerdo con el Banco Central de Nicaragua (BCN), en el 2018 el consumo privado cayó 4.8%.

El BCN argumentó que en ese año “la evolución del consumo privado estuvo asociada, principalmente, a una desaceleración de la cartera de crédito del sistema financiero, particularmente, por préstamos personales y tarjetas de crédito; y a un menor dinamismo en el flujo de remesas que ingresaron al país”.

Mientras tanto, la entidad, que ha estado ocultando las cifras macroeconómicas y financieras del país desde el año pasado, afirmó recientemente que el consumo privado en 2019 disminuyó solo 2.5 por ciento.

Nicaragua lucha contra dos crisis, la sociopolítica y la sanitaria. Foto: El Nuevo Diario.

En el mismo reporte señaló que las importaciones del país cayeron 5.4 por ciento en todo el año, pero no detalló cuánto han caído específicamente las de productos de consumo.

Hasta abril del año pasado (2019), las compras de productos de consumo en el exterior habían disminuido en más de 18 por ciento. Las importaciones de alimentos habían disminuido en 14 por ciento; las de consumo no duradero habían caído 15.3 por ciento, y las de consumo duradero el 34 por ciento. En esta última categoría, los más afectados eran los electrodomésticos, con un descenso de 43 por ciento.

Para explicar cómo se evalúa el indicador de consumo en el país, el economista y catedrático universitario Luis Murillo dice que en economía hay algo que se llama propensión marginal al consumo y propensión marginal al ahorro. Eso lo que indica es cuánto de cada unidad monetaria se destina al consumo y cuánto se destina al ahorro.

“En el caso de Nicaragua, antes de las dos crisis (sociopolítica y la pandemia del covid-19), de cada unidad monetaria 85 centavos eran para consumo y menos del 15 por ciento era para ahorro”, aseveró el economista.

Aunque Murillo conoce las estadísticas del BCN sobre consumo, señala que en términos académicos el nivel de consumo con la primera crisis mínimamente cayó un 15 por ciento y posiblemente en esta segunda crisis esté por encima del 20 por ciento.

“Esto se debe a varias circunstancias. En primer lugar, a los altos niveles de desempleo. La gente se ha quedado sin trabajo; en segundo lugar, los productos se han encarecido como producto de una ola específicamente especulativa; y normalmente no hay una política pública que esté incentivando el proceso de producción”, explicó Murillo.

La tasa de desempleo abierto, según el Banco Central, pasó del 3.3 por ciento en 2017 al 6.2 por ciento en el tercer trimestre de 2018. En tanto, 157,923 trabajadores formales perdieron su trabajo en todo el año. Eso representó una disminución del 17.3 por ciento de asegurados del INSS.

¿En qué estado se encuentran actualmente esos indicadores? Oficialmente no se conoce, porque las autoridades de Gobierno no han actualizado las estadísticas.

“Si no hay producción e ingresos, el nivel de consumo relativamente baja. Eso significa mayores niveles de pobreza extrema, pobreza general, desempleo y exclusión social”, subrayó el economista y catedrático universitario.

Alexandra Bermúdez, estudiante de segundo año de magisterio, comenzó a dar clases este año en un preescolar privado en Nagarote. Recibía un pago de 4,000 córdobas al mes, pero cuando entró la pandemia al país, por seguridad, los padres dejaron de mandar a los niños, lo que la ha afectado grandemente.

“Algunos enviaron sus pagos de marzo y abril, pero otros no. Este mes de mayo que acaba de terminar, ningún padre mando el pago a pesar que a los niños se les envían guías de trabajos por internet. Pero, no se les puede exigir (porque) se entiende que la situación económica está mal y muchos han quedado sin trabajo”, expresa Bermúdez.

En marzo, la mujer recibió un poco más de la mitad de su salario y en abril, menos de la mitad.

“Así que busqué otras alternativas de ingresos porque soy madre soltera y mi hijo depende solo de mí. Los gastos de su colegio y cubrir principalmente la comida. Mi mamá vende pan de manera ambulante todas las noches en el pueblo así que para medio cubrir mis gastos estoy saliendo a vender yo también en las noches. Me gano entre 150 y 200 córdobas. Y así me he defendido con la comida diaria, porque en mayo los padres de familia no pagaron del todo”, relata Bermúdez.

La población es la que hace más sacrificios

El economista y catedrático Murillo criticó a las autoridades del gobierno, porque señaló que siempre cometen el error de trasladar todos los sacrificios a la población.

Por el otro lado aseveró que normalmente salen los especialistas en finanzas a darles consejos a la población como que ahorren lo necesario y planifiquen sus gastos, etcétera, cuando lo que se debe es exigir que haya una respuesta de los tomadores de decisión para resolver el problema de la economía de raíz y hacer un manejo responsable de las decisiones macroeconómicas.

En ese sentido, Luis Murillo criticó que la política fiscal que implementó el Gobierno fue de carácter recaudatoria y generó un mayor peso en los niveles de disminución del consumo de la población y las empresas.

“Un punto más es que la política en materia de remesas familiares ha sido dejar ir a las personas a otros países y que enviaran remesas, pero no se aplicó una política que permitiera un uso adecuado de las remesas y ahora estamos pagando las consecuencias”, afirmó el especialista.

Productividad en riesgo

Si bien, para muchos nicaragüenses como Guillermo Ampié, lo último que disminuirán será su gasto en alimentación, para Luis Murillo muchas personas ya han cambiado sus hábitos alimenticios y advirtió que eso incidirá en el futuro en la productividad del país.

Ampié dice que la crisis económica lo afecta “mucho”. Es el único que tiene salario fijo en el hogar y el negocio de su mamá no está yendo muy bien. “Tengo que cubrir todos los gastos básicos yo solo”, refirió. “Por el momento no he reducido mis gastos en alimentos, pero sí he reducido gastos innecesarios. Ya no compro cosas innecesarias como jugos enlatados y productos que no sean del plato necesario”, relató el nicaragüense.

“Yo creo que aquí va a haber un efecto dominó. Y ya lo estamos teniendo. El primer afectado con esta crisis es la población más pobre y más vulnerable, porque lo primero que hace cuando no le alcanza el dinero es disminuir su consumo en alimentos, y eso genera un problema de productividad en el mediano y largo plazo”, alertó Murillo.

El economista también cree que “vamos a tener un problema serio en el sector financiero, porque la mayor parte de la población está endeudada, y los bancos y el resto del sistema financiero están usando una política de recuperación como si esta economía estuviera en sus mejores tiempos”.

“Entonces tarde o temprano la gente dejará de pagar y los bancos tendrán problemas de liquidez, y ese es un problema serio”, concluyó.

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