Pinita Gurdián fue una luchadora social incansable

pinita gurdián

María Josefina Gurdián Mántica, mejor conocida como “Pinita Gurdián” nació en León, en el occidente del país, y aunque vivió en Managua, sintió que nunca dejó de pertenecer a esa ciudad. Quienes la conocieron, aseguran que de una plática con ella, uno nunca se iba vacío. Siempre tenía algo que contar y como toda una figura de televisión, lo sabía hacer de forma amena.

“Pinita Gurdián” solía decir que su pasión por la cocina la heredó de sus abuelos que eran de Italia y que cocinaban muy bien. Ella hizo una carrera respetada en la cocina, fue la autora de 16 recetarios, dirigió el programa de TV “Cocinando con Pinita”, superó los 50 años dando clases de cocina y fundó la Pastelería Margarita con sucursales que son una referencia en el país.

Su amor por el arte culinario comenzó cuando ella tenía 34 años. Había procreado con Miguel Ernesto Vigil seis hijos: Josefina, Miguel, Virginia, Félix, Francisco y Ana Margarita. Aunque su esposo era ministro del gobierno revolucionario instalado en la Nicaragua de 1979, no ganaba lo suficiente. “Eran tiempos en los que en la revolución se ganaba muy poco”, dijo en su relato.

Sus inicios en la cocina

“Empecé a preguntarme ¿Qué puedo hacer? Decidí probar haciendo galletas. Pero ¿Cómo hacer galleta? Me tocó ser emprendedora, porque no había nada en los supermercados. Entré a una cooperativa de panaderos donde tenía una cuota semanal de los materiales que necesitaba para hacer las galletas. En la cooperativa también me daban bolsitas para empacarlas”, contó a el blog La fábrica de Startups en el año 2016.

Contó que un amigo de sus hijos le diseñó una etiqueta para su emprendimiento. “Yo las fotocopiaba y las pegaba a mano una por una. También me las ingenié, de una receta básica de vainilla llegué a sacar ocho tipos diferentes de galletas. Les llamé galletas ´Margarita´, el nombre actual de la pastelería, el nombre de mi bisabuela, abuela, tía, hermana e hija. Y así empecé”, relató.

“Doña Pinita” dijo en esa entrevista que llegó a distribuir galletas en 16 lugares. Que ella hacía de todo, cocinaba, empacaba, entregaba y cobraba.

“Usaba el horno y la batidora de mi casa. Aun así era súper estricta con la calidad, cuando no conseguía mantequilla no hacía galletas, prefería no tener ingresos a dar un producto que no era el esperado”, dijo.

En algún momento su esposo empezó ayudarla sobre todo con cuentas y ventas y de pronto, la familia subsistía del salario del ministro de la revolución y de su emprendimiento.

Pinita Gurdián fue una luchadora

“Doña Pinita” era católica. Fue bautizada al nacer, pero su verdadera conversión fue a los 22 años cuando participó en un Cursillo de Cristiandad. “Nos integramos activamente en Comunidades Cristianas”, relató en esa ocasión.

En 1979, después del triunfo de la revolución Su esposo fue nombrado ministro de la Vivienda. Sergio Rámirez, el escritor nicaragüense, le llamó “una mujer de ñeque” en su blog, dónde contó que en 1978, cuando el Grupo de los Doce al que él pertenecía, regresó a Nicaragua desafiando el proceso por terrorismo y traición a la patria que la Fiscalía de la dictadura de Somoza les había abierto ante un juez, fueron acogidos en la casa de “Pinita” en León.

Recordó aquella vivienda de “Pinita” Gurdián y Miguel Ernesto Vigil, como una de amplios corredores en las afueras de la ciudad, a la que entonces se habían recién pasado. “Si hubiera que buscar el ejemplo de una familia de aquellos tiempos, que a través de su entrega a la fe cristiana llegó al compromiso profundo de luchar por una Nicaragua distinta, era esta”, destacó el escritor en el artículo que dejó claro que “Pinita”.

Aún y con ese lado de la historia antisomocista, el Frente Sandinista de Liberación Nacional que dirige Daniel Ortega y Rosario Murillo, no titubearon en mostrarle su crueldad. “Pinita” contó que su familia se distanció de los líderes revolucionarios a raíz de la derrota electoral de 1990, cuando muchos vieron con asombro el comportamiento del sandinismo derrotado, que quiso dejar el país en ruinas solo por haber perdido el poder. “Era mucha corrupción, los ideales se distorsionaron”, recordó.

Sin imaginárselo, ella sería atacada por el régimen sandinista y una vez más se vio obligada a reclamar la libertad para su hija y su nieta, ambas comprometidas con las luchas sociales y los derechos humanos.

En septiembre de 2022, la dirección de Migración y Extranjería la despojó de su pasaporte cuando pretendió viajar a Costa Rica para atender su cáncer. La cárcel que su hija y su nieta padecieron influyeron en su quebranto de salud y ella admitió que descuidó su atención.

María Josefina Gurdián dedicó sus últimos días para luchar por la libertad de su hija Ana Margarita y de su nieta Tamara Dávila, ambas activistas que se convirtieron en presas políticas del régimen de Daniel Ortega. Fue testigo de que ambas fueron puestas en libertad en febrero de este año, pero no pudo abrazarlas.

“Pinita” Gurdián murió este domingo 27 de agosto debido a un infarto. Tenía 79 años y fue muy elocuente hasta el último de sus días. Desde junio de 2021 que secuestraron a Ana Margarita y a Dávila, no paró ni un momento en demandar su libertad. En cartas que escribió para ellas, les anunciaba que un día serían libres.

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