Así fue el emotivo encuentro entre la exrea política Tamara Dávila y su hija, luego de 20 meses separadas

Entre lagrimas de alegría, abrazos y con globos en la mano, así recibió la activista feminista y exrea política, Tamara Dávila a su hija, de 7 años, este Jueves Santo, en un aueropuerto de Estados Unidos, luego de estar 20 meses separadas.

A Dávila, el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo la mantuvo secuestrada desde el 12 de junio de 2021, en las celdas de la Dirección de Auxilio Judicial, de Managua, conocidas como el nuevo Chipote.

«El día de hoy, jueves, 6 de abril, a las 8:00 p.m., finalmente pude reencontrarme con mi hija en libertad, después de un año y 8 meses de estar separadas», dijo Dávila tras el reencuentro con su hija.

A la vez agradeció al Gobierno de Estados Unidos «por facilitar esta reunificación, que espero pronto llegue para todas las familias de personas excarceladas políticas», agregó.

La activista también agradeció la «compañía, la solidaridad y el cariño de todas las personas que han luchado por nuestra libertad y la reunificación familiar».

Testimonio ante la OEA

A finales de marzo, la feminista y defensora de derechos humanos Tamara Dávila ocupó el asiento de la representación diplomática de Chile para exponer la situación de Nicaragua.

Dávila recordó que fue «secuestrada e ilegalmente enjuiciada y condenada» en medio de una escalada represiva.

«Fui secuestrada con violencia y encarcelada el 12 de junio del 2021. Durante 14 meses estuve en una celda sellada, sin más contacto humano que el de mis carceleros; permitieron escasas visitas a mi familia. Luego me mantuvieron en confinamiento solitario, al igual que a Suyen Barahona, Dora María Téllez y Ana Margarita Vijil», denunció.

Señaló que tras estar «sometida a vigilancia y asedio por meses», su detención fue «muy violenta» para su hija y para ella misma.

«Imaginen a una niña de 5 años que presencia el asalto violento de su casa, el lugar que debía ser el más seguro para ella. Personas armadas que registran todo, que se llevan sus cuentos, su diario de nacimiento, su música y que además se llevan a su mamá. Ella le preguntaba constantemente a su abuela “¿Abu mi mamá está muerta? ¿Por eso no puedo verla?” Ese horror lo vivieron decenas de niñas, niños y familias en Nicaragua», denunció Tamara Dávila.

La opositora dijo que «todas las personas -en cualquier condición- tenemos poder» y «yo usé el mío en esa celda, para resistir. Mi hija usará el suyo, cuando ella lo decida, para denunciar la negación de su derecho a estar y vivir con su madre y en su país (…) Ustedes también pueden usar el suyo. Actúen por una transición democrática en mi país. Por la vida, la paz, y la justicia. Por el fin de los crímenes y la impunidad», pidió a los diplomáticos de la OEA.

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