Ortega sigue manipulando las canciones de la Revolución, pese al reclamo de los cantautores

* Carlos y Luis Enrique Mejía Godoy y Norma Elena Gadea dicen que no sólo usan sus canciones, sino que las manipulan.

Orlando Valenzuela

Cada vez que se acerca la fecha en que se conmemora un aniversario más de la Revolución Sandinista u otras efemérides, las radioemisoras del Gobierno saturan el espectro radiofónico con canciones revolucionarias para animar a la gente a ir a la plaza a celebrar. Lo mismo sucede con los canales de la televisión oficialistas, que repiten videos del partido de gobierno, con la música que caracterizó a aquella época.

Los mejores cantautores de música revolucionaria, creadores de obras épicas del pentagrama latinoamericano, como Carlos Mejía Godoy y su hermano Luis Enrique, el Dúo Guardabarranco, Pancho Cedeño y otros músicos de su generación, de quienes suenan hasta el cansancio sus canciones emblemáticas en los barrios y oficinas gubernamentales, irónicamente son considerados como “traidores” o “enemigos”, por pensar diferente o criticar algunas malas decisiones del Gobierno de Daniel Ortega, que ha estado en el poder y detrás del poder en Nicaragua desde hace 41 años.

Carlos Mejíia durante una presentación con Los de Palacagüiina. Foto: Orlando Valenzuela / IP Nicaragua.

Desde las canciones pre insurreccionales, que se escuchaban clandestinamente en la Radio Sandino, que transmitía desde Costa Rica, como “Luchar, Luchar, luchar” “La consigna”, “La tumba del guerrillero” “Las mujeres del Cuá”, hasta “La Tula Cuecho” y “La misa campesina”, de Carlos Mejía; y “Venancia”, “Yo soy de un pueblo sencillo”, “Allá va el general”, “Un son para mi pueblo”, “Josefana” y decenas más de su hermano Luis Enrique Mejía; así como “Guerrero del amor”, “Días de amar”, del Dúo Guardabarranco; y “La flor de pino” y “La pajarita de la paz”, interpretada por Norma Elena Gadea, son utilizadas por simpatizantes del gobierno, sin autorización, porque sencillamente son las más representativas y porque están metidas en el alma del nicaragüense, según sus propios autores.

Carlos Mejía: La tumba del guerrillero ha sido confiscada por el régimen

El cantautor Carlos Mejía Godoy, creador de más de 300 reconocidas obras musicales, incluyendo las más emblemáticas dedicadas a la revolución nicaragüense, cuenta la historia de la canción “La tumba del guerrillero”.

“El tema de ´La tumba del guerrillero´ nace de un breve poema de Ernesto Cardenal, que lo había leído años antes. No preciso la fecha cuando lo musicalicé. Fue una cuestión casi inmediata. Yo tenía una presentación en el auditorio 12, Fernando Gordillo, de la UNAN y allí la canté por primera vez. Estamos hablando del año 1971, antes del terremoto. Es una de las primeras canciones que yo escribo cuando era solamente un simpatizante del Frente y empiezo a escribir canciones sociales como el “Cristo de palacagüina”, “La tumba del guerrillero” y otras”, recuerda Carlos.Según Mejía Godoy, ese “poema de Cardenal está dedicado a los hermanos Báez Bone, que son dos héroes de la guerrilla del 54, que los agarraron en los cafetales de Carazo y los torturaron y allí viene la anécdota que yo le conté, dicha por sus padres, a Daniel Ortega en la primera carta que le mandé”.

Carlos dice estar siempre al día de la situación de Nicaragua. Foto: Orlando Valenzuela / IP Nicaragua.

Carlos asegura que esa canción la hizo sin ninguna pretensión ni expectativa, sin pensar que ésta iba a tener futuro. La llevó al auditorio 12 y acompañado solo de su acordeón y su voz, la dio a conocer ante los estudiantes. “Y bueno, la canción vino agarrando cancha y me sorprendió cuando yo llegué a Costa Rica donde vivía mi hermano y la tenían montada con un grupo de allá, la canción empezó a darse a conocer en América Latina, incluso, en Radio Habana la escuché en la madrugada”, contó Godoy.

A pesar que el Gobierno de Ortega y su esposa Rosario Murillo mantiene censurados y proscritos a los hermanos Mejía Godoy por sus posiciones críticas, sigue utilizando las canciones de éstos en sus actos partidarios, a lo que Carlos dice: “Igual que otras canciones, “La tumba del guerrillero” ha sido confiscada descaradamente por el régimen, en más de una ocasión yo he dicho, el más importante derecho de autor no es el dinero que te paga las regalías famosas, el más esencial derecho de autor es el derecho que tiene el autor de elegir quien cante tu canción. En este caso al Gobierno le dije que en sus manifestaciones públicas no interpretaran nuestras canciones, no quería que nuestras canciones fuesen utilizadas en ese contexto”, afirmó Godoy.

Carlos piensa que al pueblo no se le puede prohibir escuchar sus canciones. Por eso dice: “La música es del pueblo y el pueblo la canta, incluso pensés como pensés. A mí eso no me ofende. Lo que no me gusta es la manipulación, siendo tan arrogante (el Gobierno) y que tiene músicos y tantos poetas, ¿por qué no pone a trabajar a su gente en vez de usurparle a los demás su obra? Pero esto no pasa solamente con la música de Carlos Mejía, han usurpado la música de los Beatles, del chileno Sergio Ortega, autor de “El pueblo unido”. Nunca ellos han cumplido con el mínimo decoro de reconocer las obras, incluso utilizan tu canción y no ponen el autor, como si la canción se hizo automáticamente o fuera anónima, y ese es uno de los grandes problemas en Nicaragua. Usan tantas canciones, las que les conviene, ¿Por qué no usan “Vivirás Monimbó”? Porque no les conviene, porque hasta sale el propio nombre de su hermano (Camilo Ortega) como ejemplo de valentía que se puso al frente de ese barrio aguerrido. Ellos utilizan lo que les conviene, como les conviene, el pedacito que les conviene, es decir, es una manipulación absolutamente descarada, cobarde y artera, así lo expreso yo”.

El artista pinolero asegura que sigue creando canciones. Foto: Orlando Valenzuela / IP Nicaragua.

Desde que Carlos dejó el partido sandinista, el gobierno y muchos de sus seguidores lo acusan de traidor, a lo que él responde con franqueza: “Yo siempre he dicho, que me pregunten mirándome a los ojos ¿a quién traiciono, a qué frente traiciono? La pregunta que a mí me irritaría sería ¿Por qué traicionaste tus principios, tus valores? eso es lo más importante, yo no traiciono a un líder o a un partido, porque los lideres pasan, Stalin pasó, Hitler pasó, Mussolini pasó, Pinochet pasó, todos los grandes tiranos de la historia van a pasar y lo que queda son los principios”, sostuvo el cantautor.

Luis Enrique: el FSLN utiliza mis canciones sin mi autorización

Por su parte, Luis Enrique Mejía, creador de muchas canciones emblemáticas dedicadas a la revolución, cuenta detalles de una de sus primeras y más populares creaciones: Venancia.

“Venancia es una canción que nació en 1974 y que yo se la dediqué a la campesina torturada por la Guardia Nacional, Amanda Pineda de Arauz, es uno de los más representativos temas que compusimos en la lucha contra la dictadura somocista. Es una historia de ficción sobre una muchacha que es correo en la guerrilla y a la que le advierto que tiene que cuidarse para no ser torturada como su madre. También hago una referencia al dirigente campesino Bernardino Días Ochoa y es la primera canción en la que yo hablo de la guerrilla como un claro apoyo al FSLN», cuenta Luis Enrique.

Luis creó varias canciones emblemáticas dedicadas a la revolución. Foto: Orlando Valenzuela / IP Nicaragua.

El cantautor recuerda que “Venancia” fue la primera canción que escribió y grabó en un disco en el que usa la palabra “teta” para referirse a los senos de una mujer en esa época. “Hay canciones que por algunas razones el pueblo las hace suyas, las populariza, las lleva de boca en boca y una de mis canciones más comprometidas es “Venancia” pechos de cabra, que al igual que otras como “Las mujeres del Cuá” o “La tumba del guerrillero” de Carlos, primero se empezaron a escuchar de forma clandestina en algunas radios. Luego cerraban las radios, quemaban los discos, entonces Radio Habana, de Cuba empezó a promocionar estas canciones, pero cuando nació Radio Sandino en la clandestinidad, por supuesto que las empezó a divulgar. Eran canciones que ya la gente las conocía, porque nosotros las habíamos cantado en algunas manifestaciones por la liberación de los presos políticos de Nicaragua entre 1971 y 1974”, rememora Luis Enrique.

De igual forma que sucedió con Carlos, cuando Luis Enrique salió del Frente Sandinista, fue atacado y calumniado por los seguidores del Gobierno, pero sus canciones las siguen utilizando en sus actos masivos.

«Junto a otras canciones como “Compañero César” y “Allá va el General”, siempre las ha utilizado y abusado de ellas la dictadura Ortega Murillo, aun cuando hace muchos años desautorizamos su utilización en sus actividades políticas, y por supuesto que el pueblo puede cantarlas, porque es quien ha hecho que esas canciones sobrevivan, pero el FSLN, léase partido familiar, las ha utilizado junto a muchas otras para sus mítines y manifestaciones políticas. Ellos utilizan nuestras canciones porque saben que son importantes para el pueblo que las ha hecho propias, pero ellos las usan y abusan de ellas. Si las canciones no fueran populares no las usarían. El Derecho Internacional del Autor me protege y me da la razón para impedir que el FSLN utilice mis canciones sin mi autorización, como lo ha hecho y sigue haciendo”, expresó el cantautor nicaragüense desde su exilio en Costa Rica.

Norma Elena Gadea: Las canciones están en el corazón de la gente

Las mujeres también dan su aporte al arte con su voz, como es el caso de Norma Elena Gadea, poseedora de una impresionante voz e intérprete de una de las canciones más gustadas de los últimos cuarenta años, como “La Flor de Pino”, escrita por Carlos Mejía Godoy.

Norma Elena también ha sido víctima de la censura del Gobierno. Foto: Orlando Valenzuela / IP Nicaragua.

Sobre esta canción, Norma Elena dice entre risas que “lo que pasa es que yo prácticamente se la caché a Carlos y empecé a cantarla y cantarla por todos lados en la época de la dictadura somocista, se hizo famosa, la gente amó la canción y la guardó en su corazón hasta la fecha”.

Norma Elena, que desciende de una familia de artistas, en la que su mamá era una profesional de los tangos de los años cincuenta y su papá un actor de teatro, radio y cantor gardeliano, que tocaba la guitarra, cuenta que tenía 17 años cuando conoció a Carlos Mejía una vez que éste llegó a Ocotal, su pueblo natal para hacer una presentación artística.

Allí ella le dijo, con un poco de ingenuidad y pena, que quería cantar lo que él cantaba y él la mando a organizarse en los Talleres de Sonido Popular y así lo hizo.

“Me organicé, empecé y me fascinó ese valsecito que es La Flor de Pino y la agarré y empecé a volarle merengue por todos lados, era fácil de tocar, yo tocaba elementalmente la guitarra y me acompañaba bien La Flor de Pino a mi modo. Pero la canté tanto tantas veces, porque siempre sentí que la gente amaba la canción, la querían, me la pedían y llegué a perder hasta mi nombre. Ya no me llamaban Norma Elena, sino que la Flor de Pino. Los niños de los semáforos cuando me miraban decían: ´Ahí viene la Flor de Pino´, ´Hey, Flor de Pino, vení comprame chiclets´, y así me hacía amiga de ellos», refiere Gadea.

La cantautora recuerda que a veces le preguntaban qué canciones le habían molestado más a Somoza y ella dice: “Yo creo que a Somoza le molestaban todas las canciones de protesta que hacía que la gente levantara su espíritu y adquiriera conciencia de que estábamos viviendo bajo una dictadura. Hasta una canción, con esa ternura tan grande, por el solo hecho de mencionar a Sandino, ya era una canción ofensiva, subversiva para Somoza. Una ternurita de canción, un valsecito dulce  de montaña adentro por mencionar al general de los hombre libres, ya era suficiente motivo para que fuera una canción que golpeara al tirano”, recuerda la artista.

Norma Elena, que también ha sido víctima de la censura del Gobierno Sandinista, refiere: “A todos los que pensamos por nuestra propia cuenta somos perseguidos por el gobierno actualmente. A todo ser pensante ellos no lo quieren. Obviamente, nosotros nos retiramos por una cuestión de visión de la vida, de justicia y de todo lo que tiene que ver con el futuro, cuando las cosas iban cogiendo un rumbo que no era. Entonces, lo que se va es una macolla enorme de músicos de larga trayectoria y yo no creo que fácilmente vayan a sustituir a un autor como Carlos Mejía Godoy o Luis Enrique Mejía. Es imposible. Ellos son precursores de todo un género, de todo un canto testimonial nicaragüense, pero hasta el tuétano».

A Norma Elena también le molesta el uso que hace el gobierno de Ortega Murillo y sus seguidores de las canciones que ella interpreta.

“Considero que la canción me pertenece, con el permiso de sus autores y como una cuestión moral, pero la verdad es que las canciones no le pertenecen a nadie más que a la gente que las ama. Pero una cosa es eso y otra es que las manipulen y las usen sabiendo que nosotros no nos prestaríamos a eso. Pero las canciones realmente están en el corazón de la gente, no en la manipulación que se puedan hacer de ellas, y la gente sabe distinguir eso”, expresó la intérprete de La Flor de Pino.