Matrimonios infantiles, tempranos y forzados: las consecuencias

Cepal: Se registran muy pocos avances en la generación de políticas públicas adecuadas e integrales para frenar los matrimonios infantiles.

Redacción / IP Nicaragua

“Luna” cumplirá 21 años este 2022. Se casó a la edad de 15 con un hombre que le duplicaba la edad.

Su familia la presionó para que aceptara tener una relación sentimental con él, todo el tiempo le repetían que aprovechará la “oportunidad”, pues era la única manera de poder llegar lejos.

Llena de miedo e incertidumbre por su futuro, se dejó llevar. Ilusionada con un cambio en sus condiciones de vida, renunció a la escuela, a sus amistades e incluso a su misma familia.

“Dejé de ser persona, para convertirme en un objeto. Nunca más volví a correr ni a jugar con una pelota, me quedé sin voz, porque, aunque le pedía auxilio a mi mamá me daba la espalda»,contó «Luna».

La joven no sabe explicar cómo logró escapar y cerrar ese capítulo de su vida, y reconoce que el matrimonio infantil es un atentado contra las niñas.

Las adolescentes no deben casarse a temprana edad, su prioridad debe ser la educación. Ilustración referencial.

“Casarte o juntarte con alguien mayor, no te saca de la pobreza, la educación sí, eso lo entendí gracias a personas de buen corazón que me ayudaron en este proceso», señaló la joven. 

Erradicar matrimonio infantil

La socióloga Celia Vega Sunzin explicó que en los matrimonios de adolescentes influye mucho la familia.

«Muchas adolescentes se unen a temprana edad como forma de escape a diferentes situaciones que puede estar viviendo en su hogar como violencia, falta de atención y de comunicación, buscan en estas relaciones a temprana edad lo que sienten que no tienen en sus hogares», mencionó Vega Sunzin. 

Las adolescentes se unen a temprana edad como forma de escape a diferentes situaciones de violencia. Foto referencial.

De acuerdo con la experta, este tipo de unión son el resultado de las desigualdades de género. 

«La niña está más vulnerable a sufrir violencia física y verbal, a tener embarazos durante la adolescencia que ponen en riesgo su salud, ya que pueden tener algún tipo de riesgo, tienen menos probabilidades de terminar sus estudios y están expuestas a mayores situaciones de pobreza», enfatizó Vega Sunzin. 

Cepal: Riesgos persisten

Una publicación del Grupo de trabajo del Programa Conjunto Interinstitucional para Poner Fin al Matrimonio Infantil y a las Uniones Tempranas en América Latina y el Caribe señala que el incremento de uniones tempranas de adolescentes con personas mayores no ha variado en los últimos 25 años en Nicaragua y demás países de la región.

Esta escalofriante situación pone en riesgo el crecimiento económico, la medición del índice en equidad de género y el desarrollo sostenible para este 2022.

El estudio es coordinado con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y agrega que “una de cada cuatro niñas y adolescentes contrajo matrimonio por primera vez o mantenía una unión temprana antes de cumplir los 18 años en América Latina”.

Este informe prevé que para el año 2030 el porcentaje de matrimonio infantil será más elevado. 

Violan sus derechos humanos

Para Cepal el matrimonio infantil es una violación a los derechos humanos de los niños, niñas y adolescentes.

La situación afecta desproporcionadamente y de manera persistente a las niñas, por lo que urge eliminar esta práctica nociva, es una meta por cumplir para lograr la igualdad de género y el desarrollo sostenible.

Lo que más preocupa a los autores de este informe es que los porcentajes de niñas y adolescentes varían desde menos del 10% en Jamaica hasta más del 30% en República Dominicana, Nicaragua, Honduras y Belice.

“Los números podrían ser mayores debido a la falta de datos y porque la información básica sobre matrimonios y uniones tempranas no está disponible en varios países”, señala el informe.

Otro aspecto que, según Cepal, frena el desarrollo económico es que las niñas y adolescentes casadas o en uniones duplican como mínimo la cantidad de horas de tiempo dedicado al trabajo no remunerado, incluyendo el trabajo doméstico. 

Programas públicos

En tres países con información disponible (Colombia, Guatemala y México), las niñas y adolescentes casadas o unidas dedican más de 40 horas semanales a este tipo de trabajo, lo que se acerca a una jornada laboral completa.

Cepal insiste que la existencia de algunas iniciativas y programas públicos es insuficiente frente a la gravedad y consecuencias de esta problemática.

Se registran muy pocos avances en la generación de políticas públicas adecuadas e integrales y con asignación presupuestaria, que erradiquen esta práctica nociva.

El estudio recomienda impulsar el compromiso político al más alto nivel; visibilizar la situación de los matrimonios infantiles y rendir cuentas sobre los compromisos asumidos en esta materia.

 

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