Joven vende café y aprovecha para llevar el «alimento» espiritual en Bluefields

Redacción / IP Nicaragua

Para Byron Gutiérrez Navarro, un joven de 23 años, salir por las principales calles de Bluefields no sólo representa una actividad económica que le permite llevar el sustento a su hogar, sino también una forma para interactuar con la gente y llevar la gente el «alimento» espiritual.

Desde horas tempranas recorre barrios y comercios ofertando café, lo que le da la oportunidad de estrechar comunicación con sus clientes y si éstos se lo permiten, aprovecha para compartir mensajes de fe y esperanza.

“La clave para que alguien pueda crecer y tener éxito en medio de estos tiempos es poniendo a Dios primero en todo. En lo personal yo lo practico, mi pequeño negocio lo inicié hace cuatro años” declaró el joven.

Confiesa que la iniciativa fue de su esposa que ya había realizado esta actividad en el populoso mercado Oriental de Managua.

Ella observó que no era común andar ofreciendo café de manera ambulante en Bluefields, así que armaron un carretón para facilitar la movilidad del producto y ahora es notoria la presencia de Byron por los comercios y calles de la ciudad.

Y en ese ajetreo diario este emprendedor se preocupa por dedicar tiempo para hablar con jóvenes que están sumidos en el alcohol o las drogas.

“Siempre cuando veo a personas que les cuesta salir del alcohol o las drogas, yo las motivo a que hay un futuro mejor, que eso puede superarse y en cuanto menos lo esperen van a ser personas de bien”, comenta.

Asfixiado por los costos

Byron es uno más de la enorme lista de emprendedores que salen día a día para ofertar sus productos en la localidad.

El emprendedor es el proveedor principal en su familia y lamenta que su materia prima tenga elevados precios, generando poca ganancia para sobrevivir.

La leche, café, azúcar han incrementado su precio y a veces ésto se traduce en pérdidas. No obstante, a pesar de enfrentar situaciones adversas, sale a las calles con entusiasmo y fuerza para sobrellevar el día de su venta.

“A veces llevo 600 o 700 córdobas de ganancia a mi hogar, pero son bien ajetreados, bien sudados, bajo sol y muchas veces lluvias, todo para evitar rendirme. Tengo una familia, esposa y dos hijos menores que dependen de los ingresos que salen de la venta de mi café, que también lo acompaño con el pan y refrescos naturales para variar el menú”, detalló Byron.

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