Cientos de católicos devotos de la Virgen visitaron esta mañana la la Basílica Menor de la Inmaculada Concepción de María, en el municipio de El Viejo, Chinandega, para practicar la tradicional “Lavada de la Plata”.
El Viejo albergó largas filas para poder frotar con mantas de algodón las bandejas, candelabros, recuadros, entre otros objetos, durante la actividad religiosa denominada «Lavada de la Plata».
Los objetos sacros que se limpian son generalmente adornos, que los creyentes han donado a la Virgen a lo largo de los siglos, en agradecimiento por favores milagrosos recibidos.
Durante la santa misa, el obispo de la Diócesis de León, Monseñor René Sándigo dijo que los nicaragüenses deben ser como los discípulos, quienes acogieron a la madre de Dios en las casas.
«La Virgen, Madre de Dios, está en este santuario, camina con nosotros», dijo el obispo.
Sandigo dice que la Virgen María debe estar presente siempre en la vida del cristiano.
«Los cristianos debemos tener a la Virgen María en nuestro camino, o no somos Iglesia. Una Iglesia sin María, no es iglesia todavía», señaló.
La «lavada de la plata» es una costumbre que nació en Nicaragua en el siglo XVI, que consiste en que los fieles católicos acuden a la basílica de El Viejo para limpiar, generalmente con paños, los tesoros de la Virgen del Trono, que son principalmente de plata.
La fe católica considera que, al limpiar la plata de la Virgen del Trono en Nicaragua, lavan las impurezas de sus almas.
Los devotos llegan de todos los puntos de Nicaragua e incluso es común ver ciudadanos de otros países de Centroamérica, que aseguran haber recibido favores de la Virgen. La basílica de El Viejo es considerada un Santuario Nacional del catolicismo en Nicaragua.