El vagón presidencial del Ferrocarril del Pacífico, en abandono y deteriorado

* Tres dictadores de la misma familia fueron los últimos que lo utilizaron.

Orlando Valenzuela

Bajo el techo de un galerón de zinc en la ciudad de Granada, oxidándose sus ruedas de hierro sobre dos hileras de rieles, yace quieto, en silencio, sin acceso del público a su interior, el que durante muchos años fue el espacio más importante del Ferrocarril del Pacífico de Nicaragua, el vagón presidencial.

Este vagón estaba destinado solo a atender a un pasajero especial; al Presidente de la República y sus invitados.

Construido con las mejores maderas preciosas: caoba, cedro real y otras, este vehículo de lujo halado por una locomotora de vapor, es el último vagón que se construyó para trasladar a los jefes de Estado que tuvo Nicaragua entre 1943 y 1994. Este último año es cuando cerró el Ferrocarril, siendo tres dictadores de la misma familia los últimos en hacer uso de él, a saber: Anastasio Somoza García, Luis Somoza García y Anastasio Somoza Debayle.

Este vagón de primera clase actualmente está ubicado dentro de los patios de la antigua estación de trenes de Granada. Foto: Orlando Valenzuela / IP Nicaragua.

De los presidentes que siguieron después de la caída de Somoza; Daniel ortega 1984-1990 y Violeta Barrios de Chamorro 1990-1997, no se tiene constancia de que lo hayan utilizado.

Hasta hace más de dos años, este vagón de primera clase, ubicado dentro de los patios de la antigua estación de trenes de Granada, convertido en pieza de museo en exhibición, se podía acceder y recorrer su interior pagando una módica suma de dinero.

Lujo y comodidad

Este lujoso carruaje de madera y metal, cuenta con una escalinata para abordar, un pequeño balcón en la parte trasera, finísimas ventanas, servicios higiénicos privados, bar, mesa para comer al centro de una sala que se puede usar para reuniones, dos hileras de sillones giratorios y una campanita.

Fue construido en 1943 y después de la caída de la dictadura de Somoza, estuvo abandonado en los predios de la estación central en Managua, a un costado del barrio Rubén Darío, de donde fue trasladado a Granada, donde ahora se encuentra en franco abandono, con varias ventanas de vidrio quebradas a la vista y no se sabe por dentro cómo estará.

Este vagón estaba destinado solo para atender al Presidente de la República y sus invitados. Foto: Orlando Valenzuela / IP Nicaragua.

Esta invalorable pieza de la historia del transporte nicaragüense adquiere mayor importancia no solo por haber sido utilizada por presidentes, caudillos y dictadores, sino también porque en uno como éste, hace más de un siglo, viajó el más ilustre de los poetas de habla hispana; el gran Rubén Darío a su regreso triunfal a su tierra natal, en 1915.

Mientras el tiempo pasa, la madera y el hierro de las ruedas del vagón presidencial la destruye el sol, el viento, la humedad y la oxidación.

Aún se puede ver, aunque sea desde afuera, porque por ahora, no hay indicios de rehabilitarlo para que lo conozcan las nuevas generaciones.

Foto portada: Orlando Valenzuela. 

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