El turismo rural de Nicaragua no había terminado de recuperarse de la crisis de 2018, cuando llegó el covid-19

* Empresarios de este sector cuentan cómo los está afectando el coronavirus y no tienen ninguna esperanza de que la situación mejore en todo este año.

Orlando Valenzuela / IP Nicaragua

Hoteles, fincas, albergues y pequeños alojamientos en medio del verdor de la naturaleza están reduciendo personal para no cerrar, unos, y otros se han visto obligados a cerrar temporalmente para mientras pasa el carro de la muerte que trajo la pandemia del coronavirus, que actualmente recorre todos los rincones de Nicaragua.

Desde pequeñas, medianas y grandes inversiones realizadas por familias emprendedoras, que apostaron por el turismo rural, hoy más que nunca tratan de sobrevivir como empresas, a la vez que sus dueños se resguardan en casa para evitar contagiarse del virus mortal.

La suspensión de vuelos de las principales aerolíneas del mundo por la emergencia sanitaria y el temor de la gente de viajar dentro del territorio nacional, tiene en coma a la mayoría de empresas turísticas del orbe y Nicaragua no es la excepción.

Los empresarios de este sector, no tienen esperanzas de que la situación mejore este año. Foto: Redes Sociales / IP Nicaragua.

En un recorrido virtual por varios hoteles que ofrecen servicios de turismo rural, IP Nicaragua pudo constatar de viva voz de sus propietarios la situación difícil que viven estos negocios ubicados entre montañas, valles y zonas de reserva natural, donde a pesar de la belleza de sus paisajes, bosques, ríos y verdes praderas, los turistas nacionales y extranjeros brillan por su ausencia.

Ubicado en medio del bosque de la reserva natural Cerro Datanli-El Diablo, en Jinotega, el hotel de montaña Aguas del Arenal es uno de los que actualmente está cerrado por falta de visitantes, según Anabel Jerez, su propietaria.

“De marzo, a la fecha, solo hemos atendido una excursión de nueve personas. Era una familia: papá, mamá y dos bebes, y una pareja, de allí, más nada”, dice resignada Jerez, quien, a pesar de la mala racha, se mantiene activa en las redes sociales promoviendo su pequeña empresa turística.

“Yo cuelgo fotos en mi página de Facebook, porque si dejo de publicar fotos, dejo de existir, la gente se olvida. Estoy dando consejos sobre mi paisaje, animalitos, etc. Y definitivamente empezamos con la esperanza de que esto del coronavirus fuera rápido. Estoy con la expectativa de abrir en julio, pero todo depende de cómo vaya la crisis sanitaria, porque turismo extranjero no vamos a tener, eso es un hecho. Los cheles están ahorita en su propia Europa, andan en un montón de clavos, restricciones y no quieren salir. Ya no se están moviendo mucho. Yo realmente no veo turismo internacional”, lamentó Jerez.

Recuerda el bajón que sufrió el turismo hace dos años, cuando estallaron las protestas contra el Gobierno y el país se paralizó. “Creo que será como en el año 2019, que fueron las excursiones nacionales las que me dieron de comer, pero con esta situación del coronavirus, estamos jodidos todos, no se puede hacer nada si no hay ingresos. Ya no tenemos para donde agarrar, yo tuve que bajar precios”, manifestó Jerez, quien agregó que están viviendo una situación difícil: “Menos mal que tenemos café y banano, no nos morimos de hambre, y allí estamos”.

Andrés Altamirano, gerente general de la Reserva Kilimanjaro, ubicada en la comarca el Aguacatal, del municipio de San Rafael del Norte, también en Jinotega, explicó que ellos cerraron aproximadamente hace dos meses: “Por la situación del covid, para preservar a nuestros colaboradores y a nosotros también. Son dos meses de no estar atendiendo al público. Antes estaba un poco baja la afluencia de clientes, pero estaba llegando gente. Fue prácticamente después del 18 de abril de 2018 que el turista extranjero dejo de llegar”, reveló Altamirano.

El gerente de ese negocio explicó que, desde el 2015, la finca Kilimanjaro fue elevada a la categoría de reserva, la que ahora cuenta con habitaciones para alojar hasta 40 personas a las que les ofrecen una estancia de armonía con la naturaleza, donde  los visitantes pueden ver todo el proceso del café, desde la semilla, todas las plantaciones, beneficio húmedo,  hasta tomarse la taza de café La Finca, andar a caballo, ordeñar por la mañana, ver el proceso de cómo se hace el queso, la cuajada, la crema, ver plantaciones de papa, frijoles, maíz y compenetrarse en la vida del campo.

Reserva Kilimanjaro. Foto: Redes Sociales / IP Nicaragua.

Altamirano también está ansioso de reabrir operaciones, pero está claro de lo que la pandemia significa: “Tenemos que esperar primero que podamos superar esta crisis de salud, después sería montarle publicidad y ver si se logra que lleguen turistas extranjeros, que es el sector que más afluencia tenemos”, señaló.

En la Reserva Natural Miraflor, Estelí, Isabel Zeug, propietaria de la finca ecoturística Neblinas del Bosque, dijo que este lugar siempre está abierto al público, pero ya no llegan turistas extranjeros. “Solo llegan los vecinos de la misma reserva y en alguna camioneta, porque la carretera esta mala. De la ciudad (Estelí) casi no llega gente, por ese problema de la carretera y ese coronavirus. Nosotros aquí no tenemos ningún problema con el coronavirus, pero el problema está que la gente no sale mucho y que no hay vuelos de aviones, ni nada ahorita”, explicó Zeug, de origen alemán.

La empresaria turística refirió que, a pesar de la poca llegada de visitantes, han mantenido el personal que labora con ella. “Desde que comenzó el coronavirus no llegan visitas, antes estaban como un 60 por ciento que querían venir, pero no pudieron venir porque no entran carros, solo camionetas y camiones”, lamentó Zeug.

Otro negocio turístico fuertemente golpeado por la crisis sociopolítica y sanitaria es el Hotel Boutique Marduk Gardens, ubicado en medio de la Reserva Natural Tisey-Estanzuela, en Estelí, donde Oscar Duarte Dávila, gerente general refiere que ha bajado como nunca la ocupación de habitaciones (hasta un 10 por ciento), a pesar de los esfuerzos que se hacen para promocionar este exclusivo hotel de montaña en las redes sociales.

Enclavado en las brumosas montañas de la cordillera central de Nicaragua, el Marduk Gardens, con sus cuatro cabañas y capacidad para 22 personas, es uno de los mejores hoteles amigables del medio ambiente en el norte de Nicaragua, que por más de cinco años se ha ganado la preferencia de una nutrida clientela procedente de varios departamentos del país.

Hotel Boutique Marduk Gardens. Foto: Redes Sociales / IP Nicaragua.

Duarte Dávila cuenta que han sorteado varios momentos difíciles, como la caída de visitantes en 2018, a raíz de la crisis política que el país vivió ese año y que les obligó a reducir el personal en un 50 por ciento. “Lo que nos ha salvado a nosotros es que la mayoría de nuestros huéspedes pertenecen a un turismo nacional, ese es nuestro fuerte, porque nos visitan gente principalmente de Managua, Boaco, León, Chinandega y otros departamentos”, detalló.

Duarte Dávila refiere que en 2019 ya se estaban recuperando un poco, pero con la llegada del coronavirus este año la situación se puso más difícil.

“Hace tres meses tuvimos que negociar el salario con los chavalos (trabajadores), llegar a un acuerdo para no cerrar temporalmente, porque las cuentas no nos daban. Y hemos tenido que lanzar ofertas especiales, por ejemplo, una que le llamamos ‘Paquete Romántico de Invierno’ que, de su precio real de 190 dólares, lo bajamos a 148 dólares por persona”, dijo el gerente.

“Este es un hotel de bastante privacidad, con atención personalizada, se puede decir que este es un hotel de retiro y resguardo espiritual y de contacto con la naturaleza. Aquí cocinamos todo en cocina de leña para que la comida tenga más sabor. El menú está basado en los productos orgánicos que tenemos alrededor de tres kilómetros a la redonda, de esa forma apoyamos el consumo local”, explicó Duarte Dávila.

Mientras tanto, en Carazo, el gerente propietario del Hotel Boutique y Hacienda San Pedro, Adolfo Chamorro, explico que desde hace tres meses este hotel está cerrado al público.

“Desde que empezó la pandemia del coronavirus lo cerramos, por precaución, mandamos al personal a sus casas manteniéndoles sus salarios. Solo tenemos personal de mantenimiento. Como es un hotel boutique, un icono turístico porque está montado sobre una antigua hacienda cafetalera, que tiene más de 120 años de historia, tenemos 30 habitaciones, pero desde el 20 de abril, que no tenemos huéspedes, estamos completamente cerrados por razones de seguridad”, informó Chamorro, gerente propietario de este centro de descanso.

Chamorro informó que, mientras tanto, ellos están dedicados a las actividades agrícolas propias de la hacienda, donde tiene sembrados plantíos de aguacate, limones, maíz, frijoles.

“Pero lo que es la actividad hotelera está completamente muerta. No hay ningún tipo de clientes. Nuestra clientela mayor eran los grupos que venían de Estados Unidos, de Europa y Canadá y eso se suspendió, de tal manera que no tenemos ninguna actividad. Básicamente estamos subsidiando al hotel, porque turistas nacionales no llegan en absoluto. De vez en cuando, llama alguien, pero no podemos atenderlo porque no vamos a abrir el hotel por una persona, y también por el hecho de que hay que observar una cantidad de medidas de seguridad. Entonces, está muy difícil la situación, en todo el sentido de la palabra”, advirtió Chamorro.

El propietario de este hotel boutique, contó que antes de la pandemia tenían un 80 por ciento de ocupación, incluso, durante los sucesos de abril de 2018 el local nunca cerro. “Tuvimos los portones cerrados, pero tuvimos alguna que otra clientela, pero a raíz de la pandemia sí tuvimos que cerrar por razones de seguridad”, concluyó.

Ya no llega nadie

Donde el turismo rural está completamente en el sótano es en Acoyapa, Chontales, ciudad de paso hacia Rio San Juan, donde Néstor Alvarado se muestra más que preocupado porque al hotel Campo Real, que él administra, no llega nadie desde hace meses.

“La gente ya no viene, no se quedan ni los vendedores que antes se quedaban y ya se imagina las razones. Ahorita, el sector hotelero de Acoyapa está muy malo. Yo hablé con mis colegas del otro hotel, Los Robles, y están igual, desde marzo se puso peor la cosa”, clama Alvarado.

Don Néstor cuenta que en el 2018 estuvo difícil la situación y que en 2019 iba poco a poco mejorando. El 2020 empezó bien. “Pero de pronto vino el coronavirus, y ahora estamos en cero, ahorita si acaso tenemos dos, tres clientes al mes. Por el momento tenemos que esperar que la pandemia termine, porque mientras esto no termine la gente no quiere salir, a la gente le da temor salir a otro lado. No sabe quién va a venir al hotel a pesar que estamos desinfectando todo, pero igual, a la gente le da temor y es normal”, dice Alvarado.

Proyectan reducción de 300 millones de dólares en turismo

Para Lucy Valenti, presidenta de la Cámara Nacional de Turismo de Nicaragua (Canatur), la pandemia del coronavirus vino a destrozar las expectativas de crecimiento que se tenían para este año 2020 en este sector de la economía nicaragüense.

“Yo diría que un 90 por ciento de los negocios están cerrados, porque no hay huéspedes. Estamos haciendo una investigación con el Funides, pero todavía no está lista. Apenas se están levantando los datos sobre el tema del impacto en el sector turístico, cuando estén listos los resultados los daremos a conocer”, informo Valenti.

La presidenta de Canatur valoro que el impacto económico de la crisis sanitaria será demoledor no solo para la industria del turismo, sino para todo el país.

“La proyección que nosotros habíamos hecho en febrero para este año 2020 era que íbamos a crecer aproximadamente entre un 8 a 10 por ciento en comparación con el año pasado, pero esas proyecciones ya no tienen nada que ver, más bien estamos dudando de eso. Este año no se va a reactivar el turismo internacional. En todo caso, abrirá para el turismo nacional, estamos hablando de que no se van percibir tal vez unos 300 millones de dólares por concepto de turismo este año 2020”, reveló Valenti.

El pronóstico para el futuro, a juicio de la empresaria turística, es más desalentador

“La industria está en cero y aunque la pandemia pase, hasta que no haya una vacuna el turismo no va a volver a la normalidad, la gente se quedara con miedo de viajar fuera de sus países y aunque pase, digamos que ya para septiembre, que ya baje la curva, si fuese el caso, los turistas internacionales no van a venir igual, porque lo que se va a reactivar poco a poco va a ser el turismo interno. Y si acaso, el próximo año, de poquito en poquito se va hacer turismo centroamericano, pero este año yo creo que no debemos tener expectativas de que el turismo internacional se va a reactivar”, sentenció Valenti.

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