Cardenal de Nicaragua prepara personalmente a feligreses que cargarán a Santo Domingo

El cardenal reúne a los cargadores de Santo Domingo para recordarles la importancia de la preparación espiritual y la responsabilidad de cargar a la imagen milagrosa.

El Cardenal de Nicaragua, Leopoldo Brenes, dio una bendición privada a los cargadores que llevarán en procesión a la tradicional imagen de Santo Domingo de Guzmán y a la virgen de Fátima este primero de agosto.

Brenes también tuvo un encuentro privado con los cargadores y se realizaron oficios de preparación religiosa, donde involucró el rezo de Santo Rosario.

El cardenal les recordó la importancia de la preparación espiritual y la responsabilidad de cargar la imagen milagrosa.

«Iniciamos una campaña para rezar el Santo Rosario por la paz del mundo, de nuestra patria, de la concordia, de la amistad. Por la paz en nuestras familias y la de nuestros corazones», destacó Brenes.

El rezo del Rosario se une no solo a la devoción de Santo Domingo, también a la de la virgen de Fátima, cuya imagen acompañará la procesión.

Según representantes de la Iglesia Católica, la procesión de Santo Domingo será acompañada junto a la imagen de la virgen de Fátima que recorre Nicaragua y que en las últimas semanas ha sido venerada en las diferentes parroquias de Managua.

Brenes, arzobispo Metropolitano de Managua, dijo en esa ocasión que recibir a la virgen de Fátima es recibir gracias y bendiciones.

«La virgen de Fátima viene a situaciones muy especiales para decirnos cuánto nos ama, pero también cuánta tristeza hay en su corazón cuando las familias sufren, cuando se confrontan, cuando hay dolor. Viene a visitarnos en nuestras propias parroquias», señaló.

En 2020, la pandemia del coronavirus hizo que la Conferencia Episcopal de Nicaragua suspendiera toda actividad que implicara poner en riesgo de contagio con la enfermedad mortal a la población.

La festividad religiosa se realiza con la presencia de devotos, mujeres, niñas y niños, vestidos de huipil, hombres untados de aceite negro y jóvenes que cargan miniaturas de Santo Domingo.

El objetivo de la romería es trasladar la pequeña imagen de Santo Domingo de Guzmán, de unos 18 centímetros de alto, hacia una parroquia que lleva su nombre en el norte de Managua, donde permanecerá diez días, que son sinónimo de fiesta para los católicos de la ciudad.

Como es tradición, la música de filarmónica pone el tono festivo y los creyentes bailan a la vez que avanzan hacia el norte de Managua, alrededor de la imagen, que es zangoloteada por los cargadores, como símbolo de alegría.

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