Violencia en línea: «Pasó de lo digital a lo físico, y de una manera espantosa”

La violencia de género en línea hacia mujeres es más frecuente de lo que parece y en los últimos años creció exponencialmente y los modos en que se manifiesta se multiplicaron, señala un informe de la Alianza Regional por la Libre Expresión e Información y ONU Mujeres. 

«Demoré muchas horas para salir porque estaba con mucho miedo. Miedo de conducir el auto, miedo de hablar, miedo por mis niños. Quedé muy paralizada». «No podía ir a ninguna fiesta, hacer vida social, empecé a cuidarme muchísimo. Sí pasó de lo digital a lo físico, y de una manera espantosa”.

Son testimonios de los efectos personales de mujeres que sufrieron acoso y hostigamiento masivos y sistemáticos en línea.

El informe «Violencia de género en línea hacia mujeres con voz pública. Impacto en la libertad de expresión 2022″ expone la realidad ante los fuertes ataques en línea, por su condición de mujer, a raíz de su actividad periodística y sus activismos.

La violencia de género en línea abarca tanto el discurso de odio como las amenazas de violencia física o sexual, el acoso en línea y el acecho, el doxing, la vigilancia electrónica selectiva, la coacción, la exposición no consentida de imágenes íntimas y las fake news.

violencia en línea

«En el mismo lapso en el que este tipo de violencia creció y se multiplicó, distintos países se enmarcaron en contextos políticos institucionales con un cierre creciente de su espacio público, en los que se observan restricciones a la libertad de expresión, persecuciones a periodistas y personas
opositoras», revela el informe. 

Violencia en línea está silenciando voces

El informe recoge 15 casos, con entrevistas en profundidad a mujeres de Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Cuba, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Paraguay, Uruguay y Venezuela que recibieron «fuertes ataques en línea».

La violencia en línea casi siempre traspasa la virtualidad y tiene consecuencias directas en el entorno de las personas que lo padecen, revela el informe. «La violencia sistemática en línea tiene por objeto silenciarlas«, advierte el informe.

«Empecé a enfermarme mucho, cada quince días tenía una enfermedad diferente”. “En una semana me dieron diarrea y vómitos, vértigo y un lumbago que me tumbó en la cama”, señalan otras víctimas.

Cómo se manifiesta

Los trolls que dirigen ataques contra alguien en específico, los bots que son usados para viralizar rápidamente un hashtag, difusión de datos personales o publicación de fake news son algunas de
las estrategias visibles que se usan en las redes sociales para «dañar la reputación de una persona, atemorizarla y correrla del debate».

En el caso de la violencia dirigida hacia mujeres con voz pública no se puede decir que se trata de hechos aislados.

«La amplia mayoría de las entrevistadas refirió haber padecido difusión de información falsa sobre ellas, especialmente inventos sobre ser amantes de políticos, colegas, funcionarios», detalla el informe.

Algunas de ellas también pasaron por «hackeos o intentos de hackeo», mientras que otras experimentaron suplantación de identidad.

Amenazas de daño físico

Al menos 12 de las 15 entrevistadas recibieron amenazas de agresión física. Casi todas por mensajes privados en redes sociales. Por otro lado, 8 de las 15 recibieron mensajes violentos por Whatsapp y algunas de ellas recibieron mensajes violentos por correo electrónico.

«La amenaza de daño físico más frecuente es la de violación (…) Un 80% temió o teme por su integridad física y hasta por su vida», revela el informe.

La mitad de las entrevistas recibieron amenazas y manoseos durante las coberturas periodísticas, incluso los desconocidos les tomaron fotos. Debido a eso dos de ellas se fueron del país y una se exilió por un tiempo y dos se retiraron por un tiempo de su actividad.

Las situaciones de violencia provocó que el 80% limitara su participación en las redes, es decir «omite opinar o manifestarse sobre determinados temas».

La violencia en línea por razones de género tiene efectos limitantes en la libertad de expresión. El 40% manifestó haberse autocensurado evitando escribir o hablar sobre un tema de su pertinencia en el medio o ámbito en el que se desempeña.

Discursos de odio

Los discursos de odio, mensajes violentos, machistas, misóginos y racistas en redes sociales son formas frecuentes de ataques.

Un total de 12 de las 15 entrevistadas refieren haber sido objeto de vigilancia de su perfil y sus redes. Otras 13 identifican a personas públicas entre sus agresores, mayoritariamente varones y 12 de ellas identifican entre sus hostigadores a otras cuentas anónimas y no anónimas.

Son insultos, comentarios ofensivos sobre el cuerpo y la forma de vestir y usan el clásico de llamar a la mujer “gorda”, “puta” y referencias a que ocupa tal o cual espacio laboral por sus relaciones de índole sexual con alguien.

«Desde cuentas anónimas –o no anónimas, pero con pocos seguidores– el ataque escala un grado más en la violencia y el trolleo y se transforma en acoso», evidencia la investigación.

En otro nivel, 4 de las 15 entrevistadas pasaron por hackeos o intentos de hackeo y al menos 3 de ellas experimentaron suplantación de identidad lo que expone el nivel de violencia.

Las consecuencias

El informe destaca que en 14 de los casos analizados, las entrevistadas manifiestan vivir con síntomas de estrés como consecuencia de los ataques reiterados y masivos en línea, otras 13 manifestaron angustia; 14, ansiedad.

«En ningún caso se trata de episodios aislados sino de un estado permanente. Casi todas las entrevistadas están o estuvieron con tratamiento psiquiátrico/psicológico», revela el informe.

Las consecuencias van más allá todavía dado que un tercio de las entrevistadas manifestó pérdida de motivación para hacer su trabajo o su actividad como consecuencia de la violencia en línea y una tercera parte mostró pérdida de autoestima.

“Había hasta académicos y periodistas importantes trolleándome, yo estaba embarazada y me di cuenta de que ya no me podía tomar un ansiolítico para estar en redes sociales. En ese momento me salí de Twitter”, confiesa una de las entrevistadas.

Para ONU Mujeres y la Alianza Regional por la Libre Expresión e Información la forma de abordar este problema debe ser integral y debe interpelar a distintos actores.

«Los Estados están obligados a tomar medidas efectivas para crear conciencia sobre la violencia
de género en línea”, reafirma el informe.

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