Las autoridades policiales capturaron a Jairo Amador Hernández, de 32 años, quien asesinó a sus padres a machetazos, una prueba más del aumento de la violencia en el Caribe de Nicaragua.
El atroz crimen ocurrió la noche de este miércoles en la comunidad San Marcos Nasawé, en Siuna, de la Costa Caribe Norte de Nicaragua.
Las víctimas son dos señores de la tercera edad, Francisco Amador, de 62 años, y Daysi Hernández, de 52.
Los hechos
Medios locales informaron que Hernández discutió con sus papás porque estos se negaron a entregarle más dinero para comprar licor, y acto seguido, este los atacó con un machete.
El cuerpo de Francisco Amador quedó en la entrada de la vivienda, mientras que el Daysi Hernández fue encontrado en el patio. Se presume que la progenitora intentaba huir de su hijo luego que asesinaron a su esposo.
La vela se realizó en la iglesia de la comunidad y la mañana de este viernes, las dos víctimas fueron sepultados, según el medio Informativo de Jinotega.
Terror en el Caribe
Otro caso que muestra la violencia en esa zona del país es el asesinato a sangre fría de la joven de 19, años, de Luvis Vargas López, quien fue rociada con gasolina y quemada viva por su pareja Juan Manuel Rivas Brown, de 32 año, tras una discusión en el municipio de Waslala, en la Costa Caribe Norte.
El femicidio ocurrió aproximadamente a las 5 de la mañana de este domingo 5 de noviembre, en el municipio de Waslala, en la Costa Caribe Norte, cuando la pareja discutía en su vivienda.
Aunque la joven fue rescatada con vida por sus vecinos y miembros del cuerpo de bomberos, su cuerpo presentaba quemaduras en más del 70 por ciento del cuerpo. Murió en hospital César Amador Molina de Matagalpa.
Más de 60 femicidios en lo que va del año
De acuerdo con la organización Católicas por el Derecho a Decidir (CDD), en lo que va del año un total de 65 mujeres nicaragüenses fueron víctimas de femicidios: 45 dentro del territorio nacional y 20 en el extranjero.
La organización que trabaja en la defensa de los derechos de la mujer afirma que no existen políticas efectivas para la prevención de la vida de las ciudadanas y los victimarios gozan de impunidad.