Los nicaragüenses Francisco Javier Téllez y Kelvin Antonio Medina fallecieron ahogados en 2022 en el Río Bravo, Estados Unidos, cuando iban en busca del sueño americano. Debido a la dificultad de los trámites legales sus cuerpos no fueron repatriados a Nicaragua y permanecen en un morgue desde hace tres meses, según la organización Texas Nicaraguan Community (TNC).
Téllez se ahogó en el Río Bravo el 17 de febrero del 2022 y Medina se ahogó el mismo año el 22 de mayo de 2022.
La organización informó que los cuerpos fueron identificados a través del proceso de muestras de ADN a familiares de los fallecidos en Nicaragua.
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«A pesar que traían sus identificaciones en sus pertenencias y su fotografía correspondía al cuerpo que habían de encontrado, eso no ayudó que los hicieran hacer dos tomas de ADN ya que la primera se realizó la certificación a través de una clínica privada en Nicaragua y enviados a través de la Universidad de Texas y no la aceptaron y tuvimos que requerir apoyo del Equipo Forense Argentino que sin dudar apoyó a las familias en la toma de las muestras y solo así pudieron ser aceptadas y procesadas para su identificación», explica la organización.
Cuerpos fueron identificados en julio de 2023
TNC explica en una publicación que los cuerpos fueron identificados a finales de julio de este año y ambos podrían ser trasladados a una funeraria. Fue así que el 4 de agosto, Téllez y Medina fueron retirados por la funeraria Hernández y llevados a la morgue.
«Pero resulta que estos cuerpos fueron entregados sin el dictamen forense para que el juez pueda emitir una acta de defunción. Van a cumplir 3 meses de estar en una funeraria en Houston (Texas) y la jueza ha expresado su disposición a firmar los documentos cuando se los hagan llegar de la oficina forense», hace el llamado TNC.
Iban en busca del sueño americano
Al mismo tiempo denuncia la negligencia y señala a la morgue del condado de Webb County, que se encuentra a cargo de la forense doctora Corina Sterm, por la falta de empatía en la entrega de los cuerpos.
«Son seres humanos los que están allí, que tienen familia, padres, hermanos, hijos que están esperando cerrar ese doloroso ciclo de perder a un ser querido. Y se han encontrado con personas que no demuestran humanidad y compasión al dolor ajeno», señala TNC.