Sana sin senos: El testimonio de Vilma García, la mujer que por 18 años vivió la la enfermedad de implantes mamarios

De la experiencia de Vilma García nació su libro «Sana sin senos» que se publicó el 17 de marzo de 2022 y que está disponible en Amazon

La nicaragüense Vilma García, de 48 años, la autora de «San sin senos», se sometió a una cirugía para aumento de senos cuando tenía 26 años.

«Tampoco había tanta influencia de los estándares de belleza y hasta ese momento se comenzaba a ver o ser un poco más practicado en Nicaragua», dice García en entrevista con IP Nicaragua.

García fue operada y en sus senos le pusieron unos implantes de solución salina que llevó por tres años.

«Comenzaron a darme problemas, y lo que sucedió es que yo había quedado embarazada de mi hija y dándole de amamantar los implantes se rompieron o se vaciaron y el relleno que tenían de solución salina se perdió», afirma.

Por ello tuvo que pasar por una nueva cirugía en el año 2004, donde le cambiaron los implantes y se lo sustituyeron por unos de gel cohesivo o de silicón que tenían cobertura rugosa.

«Al pasar de los años, cuando ya llevaba unos cuatro años con esos implantes, comencé a presentar varios síntomas que no era posible asociarlo con los implantes», explica.

Vilma García confirma el Síndrome de Asia, pero silencioso

La Sociedad Argentina de Mastología confirma que el Síndrome de Asia (Autoinmune Syndrome Induced by Adjuvants en inglés, que significa Síndrome Autoinmune Inducido por Adyuvantes) es una enfermedad extremadamente poco frecuente y su reacción autoinmune o inflamatoria, atribuida a una sustancia extraña al organismo.

En el caso de las prótesis mamarias la sustancia extraña sería la silicona. La silicona como sustancia se encuentra presente en muchos otros tipos de implantes de uso médico, por lo que no es exclusivo de los implantes mamarios, refiere la asociación argentina.

García explica que «son enfermedades aisladas y al afectarte todo a nivel sistémico».

«Lo que se produce es una reacción inflamatoria autoinmune y en mi caso empezó con dolores musculares en la espalda y el cuello, fatiga crónica, el pelo se me empezaba a caer», cuenta.

Asegura que en todo el proceso que vivió con los implantes y tres operaciones nunca recibió un diagnóstico médico asertivo y responsable sobre su padecimiento.

En el año 2019, la salud de García estaba deteriorada y venía en «cascada» como ella lo describe. IP Nicaragua/Cortesía

«Yo tuve tres cirugías de reemplazo de implante. Luego a los 7 años de llevar los implantes de silicona y de un repertorio de visitas médicas de todo tipo, neurólogo, fisiatras, ortopedista, no al mismo tiempo, pero fueron 18 años en que yo tuve implantes y durante esos 18 años tuve distintos episodios de malestares y síntomas no asociados el uno con el otro», señaló.

Otros síntomas de la enfermedad de implantes mamarios

Esta pasa cuando el implante es atrapado por un tejido que tu organismo forma a su alrededor y se endurece y causa molestias, pero físicamente se nota.

«El implante se ve apretado, movés el brazo y te duele, ese es uno de los síntomas que tu cuerpo está rechazando un implante. Sin embargo, los cirujanos plásticos muchas veces te dicen que tenés una contractura capsular y te mandan a que los cambies y no a retirarlos», afirma.

En ese ínterin después de las visitas médicas, García descubre que tenía uno de los implantes rotos y debía someterse a una tercera cirugía para sustituirlos, pero se da cuenta que los implantes que llevaba eran de los peores, es decir los texturizados, que están asociados a un tipo de cáncer llamado linfoma anaplásico de células grandes, un cáncer peligroso y extraño.

«Esos implantes que a mi me pusieron incluso ya estaban prohibidos en otros países», asegura. Esta información la conoció muchos años después, porque nunca un médico le explicó sobre esta enfermedad.

Agrega que los metales pesados que llevan los implantes también le provocaron niebla mental y es porque son neurotóxicos. «No podés pensar bien», dice.

FDA advierte sobre riesgos

En Estados Unidos, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés) aprobó implantes para aumentar el tamaño de los senos, para la reconstrucción después de una cirugía o trauma a causa de cáncer de mama, y para corregir defectos de desarrollo.

La FDA es la agencia del Gobierno de los Estados Unidos responsable de la regulación de alimentos, medicamentos, cosméticos, aparatos médicos, productos biológicos y derivados sanguíneos.

Esta agencia también aprobó implantes de senos para corregir o mejorar el resultado de una cirugía previa.

Sin embargo, advierte que los implantes de seno puede conllevar a riesgos como: linfoma anaplásico de células grandes asociado a implantes de seno, que es un cáncer del sistema inmunológico, síntomas sistémicos, comúnmente denominados como Enfermedad de los implantes de seno (BII, por sus siglas en inglés), contractura capsular (tejido cicatricial que aprieta el implante), dolor en los senos, o ruptura (desgarros o agujeros en la cubierta) de los implantes rellenos con solución salina y con gel de silicona, entre otros.

El año en que se retira los senos

En el año 2019, la salud de García estaba deteriorada y venía en «cascada» como ella lo describe.

«Venía como cascada en caída libre, llegó en un punto que yo por mis propios medios, mi instinto me dijo, son los implantes y busqué en internet y empecé a leer y encontré tanta información», describe.

«Fue un descubrimiento por mi propia cuenta y cuando yo fui al médico y le dije vengo por esto y esto, solo me escuchó y empecé a decirle mis síntomas y nunca me dijo sí, tiene razón, y lo que me sugirió fue ir a un especialista inmunólogo, pero yo sentía que tenía una bomba de tiempo dentro de mí», cuenta.

Aconseja que cualquier mujer que desee ponerse o a quitarse implantes debe buscar un médico que sea empático y que le ofrezca respuestas y soluciones a sus inquietudes.

«Es un trauma, ya quitarte unos implantes con los que has pasado años, que te ha gustado la imagen que has proyectado, se siente como que estás mutilando tu cuerpo, en realidad no, pero en ese momento es lo que pensás», explica.

"Yo solita tomé conciencia, viví mi duelo y lo que hice fue convertir ese episodio de sufrimiento en algo positivo", dice. IP Nicaragua/Cortesía

García asegura que cuando se quitó los implantes no buscó ayuda psicológica, pero ya venía trabajando en temas de bienestar. «Yo solita tomé conciencia, viví mi duelo y lo que hice fue convertir ese episodio de sufrimiento en algo positivo», dice.

También aconseja que cuando se vayan a realizar este tipo de cirugía, las mujeres busquen a médicos especialistas, que conozcan la anatomía del seno.

«Tiene que ser alguien que vea cómo quedaron tus músculos, tus glándulas mamarias. En mi caso a mí me dejaron parte de los tejidos, no fue una cirugía hecha por expertos, me dejaron residuos de capsula», explica García quien debe someterse a una cirugía de reconstrucción.

Nace «Sana sin senos»

Durante su proceso de recuperación físico, cuando estaba vendada, con drenos, con dolor, cuenta que sintió la necesidad que otras mujeres supieran de ese tema y la mejor idea fue a través de la creación de su libro «Sana sin senos», que nació gracias a una «Diosidencia» como ella lo llama.

«Siempre tuve la espinita de contar mi experiencia. Yo me di cuenta que yo había pasado por una transformación de cuerpo, mente y espíritu», dice García, quien agrega que no es escritora y que no tenía idea de cómo escribir uno.

El libro se publicó el 17 de marzo de 2022 en honor al día de su cumpleaños. IP Nicaragua/Cortesía

Sin embargo, asistió a un retiro de crecimiento personal en Costa Rica con el autor de libros de liderazgo y desarrollo personal, Ismael Cala y en medio de una conversación una persona le confió que en el grupo del conferencista daban asesorías para escribir libros.

«Ella me dijo que tenía un testimonio muy poderoso y que podía ayudar a otras mujeres y que tenía material y así salió el libro», cuenta García.

El libro ella lo comenzó a escribir en abril de 2021, luego pasó un proceso de edición, y lo publicó como algo simbólico, un regalo para ella el día de su cumpleaños: el 17 de marzo de 2022. El libro está disponible en Amazon.