“Como empresa privada y pueblo nicaragüense estamos solos en dirigir nuestra propia protección (ante el covid-19) y nuestro propio destino”

Manuel Bejarano / IP Nicaragua

Marcos Pierson Stadthagen. El recién electo presidente de la Cámara de Industria de Nicaragua (Cadin) dice que las empresas han tenido que adoptar sus propias medidas de protección para sus empleados, sus clientes y sus proveedores e invertir en ellas. “Nos ha tocado financiarlas nosotros al cien por ciento. Como hemos visto, la actitud del Gobierno ha sido más de ignorar el problema, que de enfrentarlo como lo han hecho otros países en el área centroamericana”.

Pierson Stadthagen, quien es administrador de empresas y se desempeña como director de Mercadeo y Distribución de Café Soluble, fue electo recientemente como presidente de Cadin, y sustituye en el cargo a Sergio Maltez.

Toma la presidencia de la Cámara de Industria en un momento muy difícil por las dos crisis que vive Nicaragua ¿Cuáles son los principales desafíos en este sector?

Sabemos que hemos estado viviendo momentos difíciles desde hace más de dos años. Empezamos con la crisis del 2018, incluso desde antes ya se sentía un poco recesiva la economía. Pero como todos pudimos ver en el 2018 toda la conmoción fue empeorando la situación y hemos estado tratando de manejar en medio de la tempestad, como industriales, tratando de mantener el empleo, y ver cómo salimos adelante.

El problema ha sido que en medio de la tempestad social que hemos visto, también hemos tenido que lidiar con reformas de impuestos que han puesto una tasa impositiva draconiana sobre la industria y el comercio nicaragüense, que ha hecho difícil el progreso para todos, tanto para los productores, como los consumidores.

Y encima también tenemos costos bien altos, particularmente en la electricidad. Se manejan costos muchos más altos que en el resto del área (centroamericano), lo que hace bastante difícil competir.

Entonces nosotros estamos enfocados en ver cómo sobreponernos a esas dificultades, cómo somos más eficientes, cómo hacemos ver al Gobierno que estas políticas que se han implementado van en detrimento del país. Al final todos somos nicaragüenses y todos queremos salir adelante. Una economía más pequeña no le conviene ni a los consumidores, productores ni al Gobierno.

Nuestro desafío es ver cómo manejamos esto hacia adelante, haciéndole ver al Gobierno que debemos de cambiar esa dirección para tener políticas más orientadas al progreso, al libre comercio y a la facilitación de creación de empresas y del crecimiento de las empresas, en vez de restricciones.

Me parece que son los mismos retos de todos los años ¿Eso quiere decir que no ha habido avances?

Han sido los retos de los últimos años, y el problema es que se han agravado. El costo de la energía continúa incrementándose, hasta ayer (jueves) que anunciaron una reducción pequeña, del tres por ciento, pero la verdad es que está muy lejos de lo que se necesita para aliviar esta carga tan pesada que tiene la industria nicaragüense y también los consumidores nicaragüenses. Lo que nosotros, hace un mes habíamos sugerido al Gobierno en un comunicado es una reducción en la tarifa eléctrica del 17 por ciento. El costo aquí, por kilowatts hora es de 23 centavos. En Guatemala es de ocho centavos. O sea, aquí pagamos tres veces más de lo que un guatemalteco tiene que pagar por la energía. Ya nos podemos imaginar cuánto significa esta carga para una familia que está tratando de alimentar a sus hijos.

¿Y la industria de Nicaragua también paga más que la de ese país?

Sí. Aquí podemos entrar en muchos más detalles. Te decía eso, como para ilustrar lo que significa eso de manera general. En la industria, el costo de la energía representa entre el 15 y el 20 por ciento de los costos de producción. Cuando el Gobierno dice “voy a ayudar a la gente y a los empresarios de Nicaragua, por medio de una reducción importante del costo de la energía”, en realidad está haciendo algo que verdaderamente va a tener impacto, y va a crear trabajo y crecimiento en la economía.

Pero es importante que nos sentemos con el Gobierno y le hagamos ver eso. Se necesitan abrir las fuentes de comunicación con ellos, para que en realidad tengamos esas conversaciones francas, veamos los números y se den cuenta que realmente se pueden hacer cosas sencillas y que van a tener un gran impacto en la población nicaragüense.

¿Con base en qué parámetros, el sector privado ha decidido solicitar el 17 por ciento de reducción en el costo de la energía?

En base a los costos de producción que nosotros estimamos, pues sabemos qué porcentaje de la energía es producida con petróleo y luego es fácil saber cuál es el precio internacional del petróleo. Luego uno sabe cuál es el costo de una maquinaria utilizada para producir energía con petróleo. Entonces tomando en cuenta todos esos costos, que son del común conocimiento para cualquier ingeniero de la industria, y basados en cuánto se está cobrando ahorita, uno puede calcular fácilmente que es ese 17 por ciento. Eso es muy importante, porque nos vuelve más competitivo.

¿Cómo se propone usted enfrentarse a esos desafíos ahora que es presidente de la Cámara de Industria?

Tenemos que trabajar todos los industriales, juntos, como equipo, y no solamente los industriales, sino también el comercio y toda la gente de la empresa privada, para tener una voz y poder abordar estos temas con el Gobierno, para hacerle ver que podemos hacer algo mejor por este país.

Con coordinación, con una conversación franca, poniendo los números sobre la mesa y reuniéndonos con las personas del Gobierno que sean adecuadas, cuando este tenga la voluntad de venir y sentarse a conversar con los productores, entonces yo creo que vamos a poder avanzar. Nuestra labor es estar siempre a la disposición de tener esa conversación y mantener esa invitación abierta todo el tiempo, e insistirle al Gobierno que salgamos adelante y nos sentemos a resolver los problemas.

Pero en este momento los espacios de diálogo entre el Gobierno y el sector privado están cerrados, ¿Cómo se plantea llevar a cabo esa conversación de la que habla?

Ese es el problema con el Gobierno, porque es este el que tiene las puertas cerradas. Nosotros tenemos las puertas abiertas, y es nuestra responsabilidad mantenerlas abiertas y tener la invitación constante en los medios, para que en determinado momento el Gobierno recapacite y vea que no nos conviene que esta economía sigue decreciendo. A nadie le conviene, a ellos tampoco.

Ya hemos visto en los últimos tres años (este es el tercero) un decrecimiento importante en la economía, lo que viene en detrimento de todos los nicaragüenses. En algún momento, el Gobierno va a tener que decir sí sentémonos a hablar. Si todos somos hermanos nicaragüenses, y todos tenemos derecho de contribuir, y si todos contribuimos vamos a sacar a esta carreta de este despeñadero donde la hemos metido.

¿De manera personal, se ha propuesto alguna meta específica dentro del sector industrial?

Nuestra meta específica es el crecimiento. Nuestra meta es sacar a este país adelante. Nosotros trabajamos constantemente, incansablemente, en esa meta, con o la cooperación del Gobierno. Pero obviamente, el Gobierno tiene una incidencia enorme en el país. Y tenemos cargas impuestas, que no son normales, que nos hacen la labor más difícil. Pero estamos en medio de esa tempestad tratando de salir adelante, ayudándonos unos a otros.

Tenemos que enfocarnos en ayudar a las pymes, porque son de las empresas más afectadas, porque son más frágiles. No tienen reservas ni una infraestructura compleja, que les ayude a sobrevivir toda esta tempestad. Entonces, ayudándonos unos a otros, coordinándonos e ir saliendo adelante, pero requiere de un gran esfuerzo.

¿Qué tipo de políticas se requiere para recuperar las pymes, de las que se dice han sido muy golpeadas por estas crisis?

Lo que necesitamos es crear programas que incentiven el consumo interno; entrenamiento para las pymes, para que puedan funcionar más eficientemente y puedan mantener sus operaciones en medio de las dificultades; programas que ayuden al comercio interno, por ejemplo, que las empresas se conecten para ver qué productos se les pueden proveer y puedan ser hechos, sin necesidad de importar.

Estamos enfocados en tratar de crear la mayor cantidad de esos programas de hermanamientos para que las pymes puedan ayudarse unas con otras.

¿A parte de las pymes, usted cree que estas crisis han sido un golpe muy fuerte para el tema del emprendimiento en el país?

Sí. Siempre todo este tipo de políticas a las que nos hemos tenido que sobreponer se vuelven una dificultad para poder salir adelante, pero también se vuelven un reto en donde podemos aprender. Hemos tenido a veces soluciones bien creativas para poder hacerle frente. Yo creo que al final de esto, porque va a haber un final, y yo estoy seguro de que lo vamos a poder resolver, vamos a tener una industria más resiliente y vamos a poder recuperarnos rápidamente, una vez que tengamos las políticas de Gobierno que se enfoquen en hacer crecer el país.

¿Cuál ha sido el impacto de la pandemia, covid-19, en el sector industrial de Nicaragua?

En algunos sectores de la industria ya hemos visto una reducción en la demanda, y por otro lado hemos tenido incremento de costos, porque las empresas han tenido que adoptar medidas de protección para sus empleados, sus clientes y sus proveedores.

Nos ha tocado financiarlas nosotros al cien por ciento. Como hemos visto, la actitud del Gobierno ha sido más de ignorar el problema, que de enfrentarlo como lo han hecho otros países en el área centroamericana. Lo que significa que, como empresa privada y pueblo nicaragüense, estamos solos en dirigir nuestra propia protección y nuestro propio destino. Gracias a Dios el pueblo nicaragüense es bastante sabio y mucha gente está adoptando las medidas necesarias para protegerse. Igual las empresas hemos tomado iniciativas de reducción de horarios y personal que trabajan en las plantas, y el resto de la gente se va a trabajar desde su casa aprovechando las tecnologías. Cambios de horarios, para que también no haya aglomeraciones en el transporte público; el uso obligatorio de mascarillas también se ha vuelto bastante común en todas las industrias; caretas de sustrato. Hemos visto que la misma población ha reducido su presencia en el comercio porque quiere resguardarse y mantenerse sana lo más que pueda. Pero aún así hemos tenido una alta tasa de enfermos de (covid-19) y por desgracia también de mortalidad.

¿Usted está trabajando desde su casa?

Sí. Voy algunos días de la semana a la empresa, pero trato de mantenerme en la casa otros días para reducir mi movilidad dentro de la ciudad. Pero además tenemos menos gente dentro de la empresa. Nos turnamos. Unas personas van unos días, otras van otros días, y así contribuimos al distanciamiento social.

¿Los industriales coinciden en no bajar la guardia para la prevención de la pandemia?

Sí. Tenemos que estar siempre alerta. No nos podemos confiar, que la infección va bajando, que todo ya se acabó, porque el virus está ahí y necesitamos tener paciencia y mantener las medidas de cautela. Eso no significa que nos vamos a quedar inmóviles, no hacer nada. Estamos funcionando en las empresas, pero con medidas extraordinarias de precaución.

Si no tomamos esas medidas, las empresas se paran y nos fregamos todos. El país termina parándose y es una carga para todo mundo.

¿Cuánto está retrocediendo el sector industrial por las crisis y cuánto le costará recuperarse?

Ya hemos retrocedido entre 10 y 15 años de progreso en el país. Recuperar ese avance que habíamos tenido va a ser bien difícil. Es difícil decir la industria ha retrocedido tanto, el comercio, la agricultura, porque es un conglomerado. Tenemos que visualizarlo como un todo general.

Pero este retroceso le podemos dar vuelta fácilmente si nos sentamos todos los nicaragüenses a conversar como hermanos, y a sacar al país adelante como hermanos, teniendo procesos que sean abiertos, limpios y claros para todo el mundo.

Unas elecciones que se puedan ejecutar el año que viene, con observación internacional, con un proceso claro, y todas esas cosas le dan confianza al inversionista, al consumidor, y cambian las cosas rápido en la economía.

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