Monseñor Rolando Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa, es una de las voces más críticas de la jerarquía católica de Nicaragua que no agrada al régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, y que debido a su ímpetu para denunciar las violaciones de derechos humanos y los abusos del poder de la pareja en el poder está preso desde hace un año cuando la Policía lo sacó de la Curia en Matagalpa y llevado por la Policía a Managua, tras varios días de asedio.
Para el secretario general del Secretariado Episcopal de América Central (Sedac), monseñor José Antonio Canales obispo de la diócesis de Danlí en Honduras, el obispo nicaragüense es la voz de la Iglesia que incomoda a los poderosos.
«La figura de monseñor Rolando Álvarez, sin duda, representa a la Iglesia, la institución declarada enemigo público número uno para el régimen nicaragüense, de tal forma que con este secuestro de monseñor no solamente han puesto a una persona en silencio, obligado, sino también ha sido una forma de amedrentar al resto de la población y aquellas voces que quisieran levantarla, pero por este tipo de represión se callan», dijo monseñor Canales en entrevista con IP Nicaragua.
Monseñor Rolando José Álvarez Lagos tiene 57 años y nació en Managua en un hogar cristiano. Su secuestro es uno de los peores zarpazos de Ortega y Murillo contra la Iglesia en Nicaragua. «El secuestro de monseñor Rolando Álvarez fue el primer zarpazo que ha dado la tiranía nicaragüense en contra de instituciones como la Iglesia que ha levantado su voz para reclamar que en Nicaragua se respeten los derechos fundamentales de derechos humanos», dice el obispo hondureño.
Feligreses oran por monseñor Rolando Álvarez
El 9 de febrero tras resistirse al destierro junto a los 222 presos políticos, el obispo Álvarez fue enviado al Sistema Penitenciario Jorge Navarro, en Tipitapa, conocido como La Modelo. Fue condenado a una pena de más de 26 años de prisión por traición a la patria.
«Jamás creí ver a un obispo detenido, privado de su libertad, privado de ejercer su ministerio, privado de convivir con la feligresía, con el pueblo, de participar activamente en la vida religiosa», dice una fiel católica que prefiere mantenerse bajo anonimato para evitar represalias del régimen.
Entre el 20 de junio y el 31 de julio de 2023 se registró la captura de un sacerdote y al menos 10 personas pertenecientes a la feligresía y/o trabajadores de ONGs católicas, registra el Mecanismo para el Reconocimiento de Personas Presas Políticas.
En las cárceles de Nicaragua hay 78 personas reconocidas como presas políticas a la fecha, según la organización que documenta los casos.
«Como ciudadano y feligrés católico sentimos en el corazón ya un año del encarcelamiento injusto de monseñor Rolando José Lagos, obispo de Matagalpa, esa injusticia cometida por el régimen todavía se siente la molestia en la población», dijo otro católico.
En mayo de 2018, Álvarez integró el equipo del Conferencia Episcopal que sirvió de testigo y mediador en el primer Diálogo Nacional entre el régimen de Daniel Ortega y la oposición.