Kalúa Salazar: “Iban contra los periodistas de Bluefields”

Mientras Kalúa Salazar se desempeñó como jefa de prensa de radio La Costeñísima sufrió asedio de la Policía y de fanáticos sandinistas, agresiones, acusaciones por supuestas “injurias” y hasta amenazas de cárcel.

Toda esa situación de acoso y represión la llevó finalmente al exilio en mayo de 2023.

En abril de 2023, cuando se cumplieron cinco años de la Rebelión de Abril, Salazar sufrió asedio durante todo el mes.

“Un mes completo, día y noche a la Policía en mi casa, estaba presa en mi casa, no podía salir”, comentó.

“Sentía miedo, porque en ese momento también ocurrieron detenciones y allanamientos en las viviendas de varios opositores y amenazas contras periodistas”, recordó Salazar en entrevista con IP Nicaragua.

Kalúa Salazar es periodista y madre

La comunicadora es madre de tres niñas menores de edad y pese a que había “muchos detonantes” que la ponían en peligro por la labor que ejercía recordó que no podía dejar a su familia, sus hijas y su comunidad.

“Yo estaba y sigo comprometida con mi comunidad”, dijo Salazar desde su exilio.

Agregó que, la represión aumentó a tal punto que hasta era imposible estar en su propia casa. “Decidí irme de Nicaragua”, afirma.

A pesar que ya han pasado varios meses, Salazar refiere que el exilio es comparable con “un dolor” que no puede describir.

“Es como desprenderte de todo lo tuyo, de todo lo que has construido, de toda tu familia, dejar todo eso y seguir adelante sola, para iniciar desde cero, para volver a nacer en otro territorio, en otro país, donde todo es nuevo y hay mucha discriminación”.

Sus hijas tienen 13, 7 y 5 años. Su mamá, quedó a cargo de las menores en Bluefields.

“Iban contra los periodistas de Bluefields”

La periodista recuerda que el mismo día que dejó el país, la Policía se presentó a su casa con una orden de captura en su contra.

Estando ya fuera del país se enteró de la detención de la periodista Hazel Zamora y el asedio contra otros colegas de la zona.

«Iban en contra de los periodistas de Bluefields y tan cierto fue que todos decidimos irnos”, manifestó.

Desde el estallido de la crisis social y política en el país, el régimen mantiene campañas de desinformación que desacreditan no solo la lucha cívica de los nicaragüenses, sino la labor de periodistas de los medios independientes.

kalúa salazar
La periodista Kalúa Salazar sufre asedio policial.

Sin identificar por razones de seguridad, Salazar señala que son varios los periodistas de Bluefields que se exiliaron y los que quedaron “ya no ejercen” la profesión.

“Yo sé lo peligroso que es ejercer en un territorio del régimen, donde ni tu familia ni vos están bien. Si  si estás denunciando, si estás ejerciendo, si estás en un micrófono, si estás en una cámara, yo sé qué es lo que pasa, pero entiendo también que uno tiene que salvaguardar su vida y la de su familia”, reitera.

¿Cómo es hacer periodismo en el exilio? 

Salazar cuenta que desde el exilio hace investigaciones con mucha cautela para proteger a sus fuentes, pero lo hace desde el anonimato, es decir, sin firmar sus productos periodísticos.

“Eso duele mucho porque sabes que se están perdiendo tus trabajos. No te estás identificando como periodista, pero sabes que ahí estás y estás haciendo algo por tu población y estás haciendo incidencia. Y lo más bonito de todo esto, sabes que es que la población de las comunidades me sigue contactando, me sigue escribiendo, me sigue llamando”, explica.

Para Salazar es importante que la población de las comunidades entienda los periodistas independientes  salieron del Caribe, pero siguen comprometidos con el periodismo y están abiertos a la población.

“Las circunstancias y todo el sistema del régimen nos obligó a salir, pero no nos obligó a dejar nuestra profesión y no nos obligó a dejar nuestra determinación, nuestros valores como profesionales y como seres humanos, que amamos nuestra tierra del Caribe”, confesó.

Salazar reiteró que con el exilio de periodistas y líderes opositores de las comunidades “no hay puentes que estén cerca del micrófono y que denuncien” y eso se traduce en un “avance de la violencia, un avance de la censura”.

“Hay un avance de la violación a los derechos humanos, hay un avance de que en las comunidades las personas que se están robando las tierras, que se están agarrando a las mujeres y se las están llevando, las están raptando, todo esto está avanzando”, concluye.

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