* Aun después de las elecciones, se prevé una nueva oleada de protestas en el país, independientemente de que gane la oposición o el FSLN.
Redacción IP/Nicaragua
En un contexto postelectoral, gane o pierda el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), en Nicaragua habrá una nueva oleada de protestas, de acuerdo con un estudio dado a conocer este lunes por la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides).
El estudio “Nicaragua en movimiento: Análisis de las protestas 20016-2020”, lo realizó Funides en conjunto con Sismología Social: Observatorio de Protestas de Nicaragua, que dirige el sociólogo Sergio Cabrales, y que permite simular distintos escenarios de movilización social en el país.
Un primer escenario postelectoral, basado en un posible triunfo de la oposición y de manera competitiva, abriría camino a protestas que serían encabezadas por la “nueva oposición sandinista” y habría un escalamiento “desde abajo”.
“Van a haber protestas, y van a continuar, y posiblemente van a aumentar las protestas en el país en torno a asuntos sociales, económicos y políticos (…) Ya no va a ser el mismo régimen autoritario y van a percibir esa posibilidad para movilizarse y por tanto lo van a hacer”, mencionó Cabrales.
Tolerancia cero a protestas políticas
En un segundo escenario, con mínimas aperturas, donde se lleve un “triunfo competitivo” el FSLN, podrían ocurrir protestas con las mismas características, cuyas demandas serían de índole social y económica.
Esas demandas serían atendidas por las autoridades como lo hacían antes de abril de 2018.
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“Evidencia de esto es que gestionaban muy bien las protestas. Si había un grupo de vecinos protestando por un acceso de servicio básico, las autoridades atendían esa protesta y la canalizaban (…) Es posible que observemos esto, no van a ser necesariamente reprimidas”, señaló Cabrales.
No obstante, en ese segundo escenario postelectoral habrá “poca tolerancia a las protestas políticas de los opositores”, agregó.“Esto podría ser parecido a lo que veníamos observando antes de 2018, que lo político no era tan tolerado (…) El régimen va a ganar legitimidad a nivel internacional y posiblemente a nivel nacional y va a salir fortalecido”, advirtió el sociólogo.
Escalamiento del conflicto
El estudio presentado por Funides, refiere que un tercer escenario postelectoral estaría marcado por un “triunfo no competitivo del FSLN” en el que estaría ocurriendo un “rápido escalamiento del conflicto” suponiendo que no hubo anomalías antes del proceso electoral, pero que los resultados muestran “manipulación”.
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Durante la presentación, Cabrales explicó que serían protestas de “alta intensidad”, muy parecidas a las que se observaron entre mayo y julio de 2018, por lo tanto, se abriría una nueva coyuntura “crítica en el país”.
“Hay muchas posibilidades de que este escenario vuelva a generar una oleada de protestas electorales como está sucediendo en otros países, sin lugar a dudas estas movilizaciones se van a enfrentar con represión y de altos niveles, porque son protestas que exigen un cambio de régimen”, manifestó.
Se descarta por completo que, antes de las elecciones, haya nuevas oleadas de protesta, debido a que, “la población percibe el riesgo de movilizarse y tiene aversión a ese riesgo de ser asesinado, o herido. No se perciben señales positivas en ese sentido”.
No obstante, en un contexto inmediato al periodo electoral, los actores percibirán oportunidades para movilizarse, habrá más presión internacional y debilitamiento del régimen.
En Nicaragua se cuenta con una base de datos inédita que lleva registro de este tipo de movilizaciones desde el 2016. Según los datos recabados por Sismología Social se han registrado 3,300 eventos de protestas hasta 2020.
Durante la presentación del informe este lunes, a los medios de comunicación, los estudiosos de Funides y Cabrales concluyeron que en cualquiera de los escenarios que se proyecten las protestas no van a terminar en Nicaragua.
