En Nicaragua Covid-19 produce terremoto en ingresos de remesas

“Me vine con muchas ilusiones de trabajar, cuando llegué a España me costó encontrar un trabajo, pero conseguí gracias a Dios. Podía mandarle a mi mamá mensual dinero para la comida y la escuela de mis dos niñas. Cuando empezó todo lo de la pandemia, esto cambió”, relata una migrante nicaragüense en España.

Lester Arcia

Marina García es una señora de 80 años de edad, aún conserva una inmensa sonrisa en el rostro y sobre todo una viveza inigualable. Cada mes recibe remesas de uno de sus hijos, el que se fue a Estados Unidos, desde los años 90. Antes de iniciar la pandemia del coronavirus, Francisco, el hijo de García le enviaba más de 400 dólares mensuales, dinero con el que se alimentaba y compraba medicinas para estabilizar su salud.

Hoy la historia es distinta, el Covid-19 detuvo el trabajo de Francisco en Estados Unidos y sobre todo, puso en jaque el envío de los 400 dólares que este hacía llegar a su mamá.  “Con dificultad logré mandarle $100 este mes. Soy pintor de edificios y con la cuarentena aquí en la Florida se detuvo todo”, dijo.

La historia de Francisco la repiten muchos nicaragüenses en el extranjero, igual que muchas familias en Nicaragua, que debido a la situación de pobreza, se sostienen en su mayoría con remesas que envían sus familiares. Hoy muchas de estas familias son más pobres que antes.

Doña Marina le preguntó a una de su hija, la que cuida siempre de ella, el por qué no tenía la misma cantidad de pañales desechables para adultos, como normalmente los compraban antes de la pandemia. Su respuesta fue bajar la cabeza y decirle que no había mucho dinero para comprarlos, porque la cantidad de plata que su hermano había enviado solo daba para “medio comer”.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) pronosticó en abril de 2020 que la economía mundial disminuirá un 3% en 2020 debido a la pandemia del coronavirus, un resultado peor que en 2008 y 2009, cuando se dio la recesión económica mundial. Según el organismo financiero, la eurozona registrará una caída en su PIB este año de -7.5%.

Cuando se habla de la eurozona, lo más cercano y pensable es España, país donde hay muchos nicaragüenses sorteándose la vida lejos de la familia que tienen en Nicaragua. Ellos también han vivido lo que nunca se esperaban. A la angustia de quedar sin empleo se les suma el dolor de no poder enviarle ni un solo centavo a sus seres queridos, sin embargo “nuestra sobrevivencia aquí es lo primordial, después veo de qué forma le mando dinero a mis dos hijas”, dijo a IP  Nicaragua vía mensaje de texto Ileana Marenco, una mujer de 32 años que decidió irse de Nicaragua en mayo de 2018.

“Me vine con muchas ilusiones de trabajar, cuando llegué a España me costó encontrar un trabajo, pero conseguí gracias a Dios. Podía mandarle a mi mamá mensual dinero para la comida y la escuela de mis dos niñas. Cuando empezó todo lo de la pandemia esto cambió. Me quedé sin trabajo porque el restaurante en el que estaba cerró, de hecho, varios nicaragüenses nos quedamos sin nada”, relató Marenco, quien por suerte encontró un espacio para vivir sin pagar mensualidad en el hogar de una amiga en Barcelona.

Información del Banco Mundial. Imagen: IP Nicaragua.

En Telica, municipio de León, viven las hijas y la mamá de Ileana, en una vivienda que está a medio construir. La nula llegada de la remesa enviada por Marenco detuvo el sueño que habían tenido y que esperan seguir levantando, luego de que la pandemia deje de hacer estragos en todo el mundo.

En este contexto, España, un país al que han migrado muchos nicaragüenses en los últimos años, experimentará una caída en su PIB del 8%. Por ende, impactará a la economía de un país ya empobrecido, Nicaragua.

“Las previsiones del FMI también apuntan a que el terremoto económico del COVID-19 generará un importante aumento del desempleo, pronosticando que España cerrará 2020 con una tasa de paro del 20.8%”, subraya el sitio web sputniknews.com.

La economía mundial disminuirá un 3% en 2020 debido a la pandemia del coronavirus, según el FMI. Foto: El Nuevo Diario.

“Estos meses no han sido fácil”

El desempleo llegó a muchos países en el mundo debido a la pandemia, pero muchos nicaragüenses esperan pasar la tempestad. Ileana dice esperar con calma, pero a la joven Mikey Zeledón de 25 años le angustia volver a Nicaragua con las manos vacías, sin haber logrado su meta establecida.

“Como nicaragüense y como solicitante de asilo político en España ha sido duro. A lo largo desde hace 7 meses que me vine con mi esposo, mi hijo y mis tres hermanos, ha sido difícil, nadie se esperaba está gran pandemia que tiene aterrorizados a todo el planeta, el país se paralizó y actualmente llevamos 71 días en cuarentena, meses que no han sido fácil, puesto que somos inmigrantes y esta pandemia nos afectó mucho, ya que todo cerró y entre ellas el Restaurante donde trabajaba”, dijo Zeledón.

La pandemia del coronavirus, para los inmigrantes, ha sido un duro golpe para sus economías y sobre todo para su estancias en el extranjero.

El Instituto Nacional de Estadísticas de España, detalla que en ese país hay más de 42,000 nicaragüenses empadronados en las 19 comunidades autónomas de España. Foto: Orlando Valenzuela / IP Nicaragua.

“Para el inmigrante esta pandemia es difícil, ya que, estás en un país que no es el tuyo, y si no trabajás no comés. Gracias al trabajo que tenía logré ahorrar un poco de dinero y con eso he podido sobrevivir, también la ayuda de mi mamita que es la única que está trabajando (ella está legal en España) y trabaja como asistenta del hogar, cuidando a una anciana”, relató Zeledón.

A Zeledón le ha tocado recurrir a organismos de ayuda social para alimentarse, pero nadie ayuda, ya que somos una familia numerosa y no estamos trabajando, aquí tenés que pagar renta, energía, gas y los gastos de la casa. Desde que empezó la cuarentena el pasado 13 de marzo, no he podido mandar a Nicaragua, aquí cerraron todas las agencias de envíos y la verdad tampoco podía porque tenía que sobrevivir aquí con lo poquito que me quedaba”, mencionó.

Proyecciones abrumadoras

El Banco Mundial (BM) alertó recientemente que la llegada de remesas a la región latinoamericana se reducirá probablemente en un 19.3%.

El BM también señaló que en el contexto de la crisis del Covid-19, los costos de transferir remesas a la región podrían elevarse debido a las dificultades operativas que enfrentan los proveedores de esos servicios (cierre de agentes y de oficinas, acceso al dinero en efectivo, tipo de cambio, seguridad) y al cumplimiento de las normas contra el lavado de activos y el financiamiento del terrorismo.

“Las remesas provenientes de la zona del euro también se verán afectadas por la desaceleración económica que se observaba en la zona antes de la pandemia de Covid-19 y por la depreciación del euro frente al dólar estadounidense”, indicó ese organismo financiero.

El BM indicó que “la caída proyectada, que será la más abrupta de la historia reciente, se debe en gran parte al desplome de los salarios y el empleo de los trabajadores migrantes, que suelen ser más vulnerables a la pérdida de puestos de trabajo y de salarios durante las crisis económicas de los países que los albergan”.

Según el Instituto Nacional de Estadísticas de España, en ese país hay más de 42,000 nicaragüenses empadronados en las 19 comunidades autónomas de España, de los cuales el 73.7% son mujeres.

España ocupa el tercer lugar dentro de las naciones de origen de las remesas familiares que recibe Nicaragua. Según el Banco Central de Nicaragua, el 11.2% del monto total de las remesas de 2018 provinieron del país europeo, el cual se ubicó solo por detrás de Estados Unidos (55%) y Costa Rica (19%).

Los envíos procedentes de España, de acuerdo con el BCN, ascendieron a 168 millones de dólares en 2018, reflejando un incremento de 19.8% con relación al monto de 2017 (US$140.2 millones). El número de transacciones crecieron 17.1% con respecto a 2017 y el monto promedio de las remesas recibidas desde ese país se ubicó en 315.4 dólares, 1.8 por ciento mayor a lo observado en 2017 (US$309.7).

Un problema global

En Managua, la señora Esperanza Blass, no se detiene de palmear tortillas bajo una caseta hecha a base de zinc ubicada en las afueras de su humilde vivienda en el barrio 19 de Julio, dice que ha tenido que incrementar las horas de trabajo porque ya no recibe la ayuda que su esposo le enviaba.

“Tenemos que comer, aunque nos expongamos más tiempo aquí afuera trabajando, para donde voy a agarrar. Mi marido se fue el año pasado donde una prima a los estados (Estados Unidos), desde que llegó me empezó a mandar riales, pero cuando esta cuestión se puso fea (la pandemia) ya no pudo mandarme nada porque el lugar donde trabajaba cerró”, relató Blass.

El sector que vive del comercio informal no se puede quedar en casa . Foto: Orlando Valenzuela / IP Nicaragua.

Según doña Esperanza, el esposo lograba enviarle entre 200 o 250 dólares mensuales, con los que lograba mantener provisión para alimentación diaria y para los estudios del niño de 12 años, el cual dejó de ir a la escuela por temor a ser contagiado por Covid-19.

“Yo no sé cómo vamos a hacer si esto se pone peor, quién me va a ayudar a mí, si el único que lo hacía era mi marido, él está fregado allá y aquí vamos peor. Los pobres somos los que más sufrimos cualquier cosa que pasa. Así está un cuñado mío que se los llevaron a España a disque trabajar antes de esta cosa”, lamentó la mujer.

El economista y catedrático universitario Luis Murillo, señaló que también a mediano y largo plazo las remesas globales y específicamente de España caerán entre el 12 y el 15%. Esto, explicó, se debe a que, aunque España está levantando paulatinamente su cuarentena, los empleos destruidos muy difícilmente se van a recuperar a corto plazo.

Frase de Luis Murillo. Imagen: IP Nicaragua.

De acuerdo con el economista, en Nicaragua los gobiernos nunca se han interesado por crear una política de aprovechamiento de las remesas, por lo que una caída de las mismas impactará fuertemente a las familias que las reciben.

Murillo explica que “desgraciadamente a la mayor parte de los gobiernos les resulta más fácil exportar migrantes. Es decir, que la gente migrara y luego enviara remesas familiares, para obtener flujos económicos a nivel interno, pero no quisieron escuchar las advertencias de que cuando los países de origen de esas remesas entraran en crisis, eso nos iba repercutir a nosotros y es lo que está pasando”.

“Para la crisis de 2018 paradójicamente hubo un aumento del 6 al 8% de las remesas familiares, lo que hizo que (el monto total de remesas del país) pasara a representar del 10 al 11% del PIB. Pero en esta segunda crisis es el mundo el que está en recesión económica. Y en el caso de una recesión económica uno de los primeros indicadores que se ve afectado es el empleo. Cuando las personas pierden el empleo, principalmente si son extranjeras, muy difícilmente tendrán dinero para mantenerse allá y mucho menos para mandar remesas. Entonces ahora tenemos un doble problema. En el mediano plazo tendremos que repatriar a esa gente, y dos, ya no tendremos ese flujo de dinero para generar consumo a lo interno del país”, subrayó Murillo.

Nicas quieren regresar a un país sin suerte

El Servicio Jesuita de Migrantes (SJM), que forma parte de la Red Jesuitas con Migrantes, conoce al menos cuatro casos de nicaragüenses que viven en España que desean regresarse porque están pasando muy mal en el país europeo, y así ha sucedido en varios países donde nicaragüenses han llegado a “buscar suerte”.

Entre esos casos está el de una señora originaria de Ocotal, que salió de Nicaragua en diciembre de 2019, en búsqueda de un empleo para mejorar la situación económica en su familia, debido a que, desde la crisis sociopolítica de abril 2018, esta no ha encontrado oportunidades de empleo en Nicaragua.

La crisis sociopolitica de abril 2018 golpeó la economía. Foto: Orlando Valenzuela / IP Nicaragua.

“Ella llegó con la esperanza de encontrar una buena oportunidad, porque le decían que en España había buenos trabajos y que ganaría muy bien. Desde su llegada al país ha sido difícil la inserción social y laboral. Anteriormente, estuvo trabajando por un tiempo y ganaba para mantener el alquiler de un cuarto y poder cubrir los servicios básicos. Pero en la actualidad lleva meses sin poder trabajar, está viviendo en la casa de una conocida que le brinda techo y un sacerdote cercano la apoya con la comida”, contó a IP Nicaragua el SJM.

La mujer, de 58 años de edad, ha buscado apoyo en parroquias católicas en San Sebastián, de Guipúzcoa, en el País Vasco, donde vive, y en el SJM de España para regresar a Nicaragua.

“Porque con la situación sanitaria del Covid-19 que se está viviendo en el país europeo ve muy pocas posibilidades de insertarse pronto al campo laboral, siente mucho temor de quedar en la calle, se siente agobiada y teme no poder ver a su familia nuevamente”, explicó la Red Jesuitas con Migrantes

La ocotaleana quiere regresar a Nicaragua, aunque está consciente de que la situación de este país no está tampoco bien, “pero siente que estar cerca de su familia le da fuerza”.

“Y aunque no se puede hacer nada por el momento, porque están cerradas las fronteras, ella dice mantener la calma y esperar una respuesta de ayuda, porque no cuenta con las condiciones económicas para retornar. Y a través del contacto con el SJM España, nos han compartido que el retorno voluntario que está pidiendo, a corto plazo no será posible por motivos obvios de la crisis y también por el tiempo de arraigo de la señora (en principio el requisito son seis meses de estancia en España). No obstante, se realizan las gestiones para ir documentando su caso y pedir el recurso a los organismos competentes”, comentó el SJM.

Este organismo, desde el SJM Nicaragua, le está dando asistencia psicológica a la señora: Una psicóloga la atienda virtualmente, para mejorar su sentimiento de soledad y angustia ante la crisis y su situación laboral.

El SJM conoce tres casos más de nicaragüenses que viven en España y desean volver por la situación de la pandemia y el desempleo en España.

“Dicen que no tienen esperanzas que mejore su situación allá y puedan encontrar trabajo. A diferencia de la señora de Ocotal, estas tres mujeres sí van a cubrir sus gastos de retorno y tienen pensado venir trasbordando de país en país para que les salga más barato. Ellas escribieron para pedir algún tipo de colaboración cuando ya estén en Nicaragua”, contó el organismo.

Un hombre originario de Matagalpa, que viajó a España en febrero de 2020, también se contactó con el SJM, para pedir información sobre redes de trabajo y organizaciones que puedan ayudarle, porque se encuentra en una situación de desempleo, sin comida y rentando un cuarto. “Migró para buscar mejores oportunidades de empleo en aquel país, donde también radica su hermana. Dejó aquí en Nicaragua a su esposa e hija menor de edad. Llegó con la esperanza de encontrar empleo, pero la situación de la pandemia del Covid-19 no le ha permitido salir, se encuentra en cuarentena”, aseveró el organismo.

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