Desplazamiento forzado de periodistas

Otro efecto de la política de persecución, presión e intimidación estatal es el desplazamiento forzado al que se han tenido que ver obligados los periodistas independientes.

El exilio además de ser una consecuencia directa de la represión es promovida por el gobierno: “El exilio, la cárcel o la muerte”, es una expresión de sus operadores políticos que resume esa realidad, afirma el Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más.

El periodista Vladimir Vásquez, autor en Confidencial, fue uno de los últimos comunicadores que se vio forzado a pedir refugio en Costa Rica, en donde ingresó de forma ilegal luego que el régimen de Nicaragua le impidió salir del país y le ocupó su pasaporte.

Desde junio del 2021 a la fecha, al menos 25 periodistas se han exiliado para preservar su vida, libertad e integridad personal, siendo desde el 2018 la mayor oleada de desplazados forzados de este gremio.

Se estima que desde el inicio de la crisis sociopolítica al menos 70 periodistas nicaragüenses se han marchado.

“El exilio de periodistas significa no callar y significa una posibilidad más para mantener vivo el derecho a la libertad de expresión e información en Nicaragua”, dijo a IP Nicaragua el periodista exiliado Julio López, del programa Onda Local.

En junio de 2021 López tuvo que exiliarse luego de enterarse que las autoridades del régimen orteguista, sin un proceso judicial abierto en su contra y sin informarle oficialmente, le habían impuesto restricciones migratorias.

“El periodismo en el exilio significa resistencia, significa libertad y la posibilidad de continuar informando”, señaló López.

Campañas de desprestigio a periodistas independientes

“Si no es una cosa es otra, pero siempre están queriendo instalar temor y nuestro pueblo sabe cómo mienten, nuestro pueblo sabe cómo son de malignos, de hipócritas, de destructores, de criminales, de terroristas de la comunicación”, dijo Rosario Murillo en su monólogo del 25 de junio de 2021.

Ese día la vicepresidenta y vocera del régimen cargó contra los periodistas a los que acusó de “inventar cualquier cosa para sembrar el terror”, minimizando la labor de los comunicadores.

Las declaraciones de Murillo a través de sus medios oficiales se originaron después de conocerse que varios periodistas entre ellos Julio López, del programa radial Onda Local; Sergio Marín, del portal digital La Mesa Redonda; y Carlos Fernando Chamorro, director de Confidencial y Esta Semana salieron del país por temor a perder su libertad.

Los comunicadores salieron del país en medio de una ola de detenciones contra varios dirigentes políticos opositores, empresarios y periodistas.

El discurso de descrédito y de odio promovido desde los más altos niveles es replicado por los operadores políticos del régimen y sus fanáticos.