Centroamérica atenta a implementación del bitcóin en El Salvador

A partir de este 7 de septiembre El Salvador asume el bitcóin como moneda de curso legal

En Guatemala y Honduras esperan que la llegada del bitcóin como moneda de curso legal en El Salvador a partir de este 7 de septiembre no represente una “amenaza” a la operatividad de las transacciones comerciales diarias entre los países.

IP Nicaragua / La Voz de América

Un día antes de que entre en vigencia la polémica Ley Bitcóin y anunciados por el Banco Central de Reserva de El Salvador (BCR) -para consulta ciudadana-  los lineamientos para la «Autorización del Funcionamiento de la Plataforma de la Billetera Digital para Bitcóin y Dólares», el periódico Prensa Libre en Guatemala desarrollará un seminario web dirigido a sus suscriptores.

Desde España, Adolfo Contreras, experto en criptomonedas ahondará sobre “Los negocios después del bitcóin en El Salvador”, su pericia es como director de desarrollo de negocio institucional de Prosegur Crypto.

La llegada de la criptomoneda al país vecino no ha pasado desapercibida para los guatemaltecos, acostumbrados en las últimas décadas a transitar con los cambios de moneda de El Salvador como ocurrió en 2001 cuando el país abandonó el colón para dolarizar la economía.

Para Guatemala, Honduras y el resto de países centroamericano las operaciones comerciales con El Salvador son parte fundamental de sus economías.

Después de Estados Unidos, Guatemala es el país de la región que más exporta a El Salvador según registros comerciales entre las dos naciones; medicinas, cosméticos, plásticos, textiles, bebidas alcohólicas, gas propano y detergentes, son solo algunos de los productos de intercambio comercial.

Por ejemplo en 2019 las exportaciones guatemaltecas a tierra salvadoreña rondaron los 1.224 millones de dólares en transacciones formales, según registros del Banco de Guatemala.

El director de la Asociación Centroamericana de Usuarios de Criptomonedas, José Guillén, insta a Guatemala y al resto de países de la región a reconocer las operaciones con criptomoneda, según reportó Prensa Libre, y da por sentado que no representan “una amenaza”, porque a su criterio tendrían la opción de convertirlos a dólares o quetzales, a conveniencia.

“La legalización del bitcóin como moneda de curso legal en El Salvador generará nuevas oportunidades para los empresarios y ciudadanos, y abre la posibilidad para que plataformas tecnológicas sean un medio para intercambiar y recibir bitcóin, potenciando y facilitando las oportunidades de desarrollo económico”, afirmó Guillén.

No obstante, para el director ejecutivo de la Asociación Guatemalteca de Exportadores (AGEXPORT), Armando Carballido, la estabilidad del dólar genera más confianza y dado que la población salvadoreña no parece estar dispuesta a renunciar del todo al billete acuñado por la Reserva Federal de Estados Unidos las transacciones pueden seguir en dólares.

Aunque reconoce que habrá que convivir con la criptomoneda y evaluar su comportamiento en adelante, sobre todo si los salvadoreños deciden sacar de circulación los dólares y acoplar toda su economía al bitcóin.

“Si ese fuera el caso entonces sí tendríamos que adoptarla, pero el exportador cerrará sus negocios con la moneda con la que se sienta más cómodo”, explicó Carballido al rotativo guatemalteco.

En esa línea el presidente de la Asociación Nacional de la Empresa Privada de El Salvador (ANEP), Javier Simán, mide las dificultades que tendrán para operar los negocios formales con una moneda virtual tan fluctuante y cómo impactará en las transacciones  comerciales con terceros, comentó a la Voz de América

Sin discusión técnica sólo queda formular hipótesis

Desde El Salvador el economista de la Fundación Nacional para el Desarrollo (FUNDE) Rommel Rodríguez habla con VOA y reconoce que además de incertidumbre hay falta de claridad en cómo funcionará el bitcóin, sobre todo para hacer contabilidad, registrar ganancias en estados financieros y otros aspectos medulares para los negocios.

Y sobre todo porque los mismos lineamientos puestos por el gobierno de Nayib Bukele para consulta popular no despejan esas dudas; los responsables del aparto económico del estado han rechazado sentarse a discutir con los economistas esas partes tan cruciales del proyecto, lo que ha contribuido al problema, dice Rodríguez.

Y pone como ejemplo el tema de las remesas que el ejecutivo ha “vendido” como uno de los beneficios para los salvadoreños porque no pagarían comisiones por envío, pero sin explicar cómo es que si los salvadoreños compran bitcóin con dólares en Estados Unidos y transfieren esos bitcoines a las billeteras electrónicas de sus familiares en el país, estos extraerían los dólares, cuando la primera moneda no ha salido de la potencia del norte. Es más con ello prevé una grave falta de divisas.

Ante todas esas inquietudes agrega Rodríguez solo queda plantear hipótesis sobre cómo terminará de operar el bitcóin; el mayor riesgo para él es que los defensores de la criptomoneda parten de su experiencia personal y los riesgos asumidos, pero en el sistema económico esos riesgos llevados a extremos pueden generar turbulencias de dimensiones incalculables.

El profesor de Economías Aplicadas de la Universidad Johns Hopkings en Maryland, Steve H. Hanke, dice que solo puede vaticinar un “caos monetario y hasta un colapso de la economía salvadoreña” con la aventura del bitcóin como moneda del país.

“Será casi imposible para El Salvador, bajo la Ley Bitcóin, satisfacer las regulaciones del GAFI (Grupo de Acción Financiera Internacional). Por no hablar del lado turbio de El Salvador que ha recibido recientemente cierta atención internacional”, apunta Steve H. Hanke, como la inclusión de funcionarios del gobierno salvadoreño en la lista Engel difundida por el Congreso de Estados Unidos.

Poco entusiasmo en las calles de El Salvador

Contrario a la familiaridad que los habitantes del poblado costero de El Zonte tienen con el bitcóin, sufragado por un donante anónimo en Estados Unidos que hace aportes mensuales a las billeteras digitales de muchas familias bajo la condición de no cambiarlo a dólares, y operar sus transacciones locales de  bienes y servicios con la criptomoneda, en otras partes del país esa historia no cala.

Manuel de Jesús Fuentes, quien vende helados como ambulante en un parque de Santa Tecla dice de tajo que no apoya el bitcóin y pide infructuosamente que se eche atrás la medida.

El gobierno salvadoreña llevará a escala nacional ese experimento Bitcóin Beach tutelado por el cooperante estadounidense Mike Peterson de la organización Hope House, en El Zonte, quien mantiene en estricto secreto el nombre del benefactor de los bitcoines desde Estados Unidos.

En populosas ciudades como  Santa Tecla y Antiguo Cuscatlán que forman parte del Gran San Salvador priman las dudas y hay poco entusiasmo. El gobierno salvadoreño se ha comprometido a aportar 30 dólares por persona para engancharse en la billetera “Chivo”. La Voz de América recorrió plazas de estas ciudades para constatar las inquietudes de los lugareños.

La implementación del bitcóin inicia con un costo de 205,3 millones de dólares para los contribuyentes salvadoreños, más los gastos en campañas publicitarias desde el ejecutivo para convencer a la población de las bondades de la criptomoneda, fondos que no se han calculado al ser parte de la propaganda gubernamental.

Un fideicomiso de 150 millones de dólares servirá para que el estado asuma los costos de las fluctuaciones del bitcóin, mientras que 30 millones adicionales servirán para el bono que entregarán a la población que decida enrolarse en la billetera digital del gobierno. El resto  servirá para instalar quioscos y cajeros en las ciudades y pueblos de todo el país, que serán operados por entidades privadas.

Cuando El Salvador transfirió su economía al dólar en 2001; el gobierno dijo que el colón seguiría en circularía al lado del dólar. Pero el colón fue desplazado totalmente. En el nuevo contexto el dólar goza del respaldo de la Reserva Federal, diferente al bitcóin que no tiene garantía, coinciden los expertos.

Dada el rechazo popular de la mayoría de salvadoreños al bitcóin -según sondeos de opinión pública- el presidente Bukele ha asegurado que se respetará la doble moneda, y que el dólar seguirá siendo la moneda de curso legal, mientras que el bitcóin será una opción para quien decida operar en criptomoneda.

El economista Rafael Lemus lee entre líneas esos mensajes y dice que es difícil conseguir el rechazo de la población al dólar al ser este más confiable e incluso. “mientras más pobre es el segmento de la población más se rechaza el bitcóin por sus desventajas: falta de celular inteligente, falta de internet y desconocimiento sobre el tema”, apunta.

Al plan de impulsar la criptomoneda y más la dificultad de atar todos los cabos sueltos para su implementación queda otro factor clave para el país centroamericano, la abultada deuda soberana que ya sobrepasa el 90% del Producto Interno Bruto (PIB).

Embarcarse en el bitcóin incorpora otra factor de riesgo país que hace más cara la deuda externa, explica la economista Tatiana Marroquín, experta en finanzas públicas, quien mide los síntomas de la economía salvadoreña en contraste con las señales que llegan desde el mercado internacional.

El Salvador será el primer país en adoptar el bitcóin como moneda legal; un anuncio que el presidente Bukele hizo en inglés en un país de 6,7 millones de hispanohablantes, aunque su mensaje fue dirigido a los llamados “evangelistas del bitcóin”, reunidos en junio en un congreso en Florida.

“Esto ayudará a proporcionar inclusión financiera a miles de personas que están fuera de la economía formal”, dijo el mandatario justo antes de apresurar con su equipo económico la aprobación de la ley con una Asamblea Legislativa controlada por el oficialismo desde el 1 de mayo de este año.

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