Barberías en Diriamba, el desafío de sobrevivir económicamente

barbería

Unos son barberos por la pasión que les genera el oficio y otros han incursionado a este mundo por la necesidad económica y la falta de un empleo.

Las cuchillas, tijeras, máquina de cortar, peines, secadoras y la capa, son algunos de los elementos que acompañan en su día a día a Enmanuel Traña y Amilcar García Villalobos, dos diriambinos, que a través de la barbería han encontrado un medio para sobrevivir y sacar adelante a sus familias.

En el 2006, bajo el nombre de Barbería Amilcar’s Styles, este joven inauguró con muchas expectativas su local, cuando eran “contadas” las barberías. Este negocio se ha proliferado por cada rincón del país.

Cuenta que fue en el año 2001, en la barbería de don Carlos que dio sus primeros “tijerazos”.

“Ahí estaba también su hijo, que también es barbero y un primo mío, en él me enfoqué bastante, al inicio tenía temor de agarrar la tijera y la máquina, pero ya cuando comencé a trabajar, le agarré más rápido”.

Relata que desde pequeño practicaba con sus primos y familiares y ya trabajando con otras personas sentía menos miedo, pues estaba familiarizado con los instrumentos.

“Aun así algunos clientes no se dejaban atender de mí, con el tiempo vieron mis habilidades y gracias a Dios tuve aceptación y de ahí vine agarrando una cantidad de clientes que me respaldan», García Villalobos.

Una de las cosas que ha puesto en práctica para adquirir un cliente es hacerse amigo de esa persona, señala.

barbería diriamba

«Al tener un amigo, él siempre te va a visitar, por tener la confianza y la comodidad de sentirse atendido por uno”, añade García Villalobos quien es graduado como ingeniero en sistemas.

Una frase que representa a Amilcar, de 39 años y que comparte en esta ocasión, es que “si uno se enfoca en la atención al cliente a un cien por ciento ese cliente va a recordar siempre eso y siempre va a volver a tu barbería”.

En las barberías de Diriamba hay días buenos, días malos

García Villalobos, asegura que la temporada está algo baja ahorita porque acaban de pasar las marchas y el desfile patrio.

Entre las temporadas fuertes, es decir donde llegan más clientes, es entre el 15 de noviembre y el 7 de diciembre.

“De ahí en todo diciembre hay clientes porque pagan los aguinaldos y la gente hasta se rasura semanalmente, luego en enero también porque aquí en Diriamba están todas las fiestas patronales de San Sebastián, y tenemos afluencia de clientes y en febrero buenísimo también por el regreso a clases, incluso una parte de marzo y en Semana Santa porque la gente va a los bacanales”, refiere.

Aunque no puede medir la cantidad de clientes que llegan a diario señala que «en días palmados recibimos ocho clientes y en días buenos, bien me puedo rasurar de 40 a 45 clientes, un sábado por ejemplo”.

Considera que el auge de las barberías es fuerte. “Ha venido a ser el sustento de varias personas, surgen muchas en los barrios, con eso se defienden y se consigue para la comida”, expresa García Villalobos.

La Barbería Manolo

Gracias a un amigo de infancia que es barbero y quien le enseñó a cortar cabello, hoy Enmanuel Traña es uno de los barberos más conocidos en el municipio de Diriamba y sabe que se enfrenta a una gran competencia.

«Aquí cerca de mi negocio, en un rango de 400 metros, hay 11 barberías, justo ahora está baja la demanda, las temporadas buenas son en diciembre, enero y febrero, luego en Semana Santa sube otra vez y luego en septiembre”, indica.

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A su negocio a diario pueden llegar unos 40 clientes, ya sea a depilarse las cejas, cortarse la barba, el cabello, pedir diseño de rayas, aplicación de mascarilla en el rostro, entre otros.

Una anécdota que nunca olvida, y que le parece muy bonita, “es cuando le corté el cabello a un señor que tenía como cinco años de no ver a su hijo que estaba en Estados Unidos».

«Resulta que cuando lo estaba atendiendo llegó también su hijo, estaba recién llegando a Nicaragua y quería cortarse el pelo antes de ir donde sus papás, y ahí se encontraron, fue un momento muy emotivo, un bonito recuerdo”, relata.

¿Emprendimiento o economía de subsistencia?

Para el sociólogo Luis Gustavo Murillo, el nivel de desempleo es una perturbación del sistema económico, en donde el principal factor de producción, -lo que es el recurso humano-, queda sin trabajo principalmente formal.

“En el caso de Nicaragua estos niveles de desempleo se han venido dando, cuando se dan principalmente las crisis, las últimas tres han sido cuando se dio el plan de compactación a finales de la década de los años 80, cuando se dio el plan de movilidad laboral en la década de los 90 y a partir de la crisis del año 2018, entonces”, refiere.

Murillo explica que las personas, cuando hay un periodo de economías de crisis, comienzan a llenar el mercado con algunas actividades económicas.

«Por ejemplo la venta de pollos asados en las vías públicas que ahora se ha proliferado o las barberías o salones de bellezas, o vemos la cantidad de personas ambulantes que andan vendiendo frutas y verduras, sí es una alternativa, pero la persona está más forzada a realizar una actividad económica que no necesariamente es un emprendimiento”, puntualiza.

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