En un clima de creciente tensión en Nicaragua y continua hostilidad contra miembros de la Iglesia católica, los sacerdotes Ulises René Vega Matamoros y Edgard Sacasa fueron arrestados el primero de agosto durante las fiestas patronales de santo Domingo de Guzmán.
El arresto de estos representantes de la Iglesia en Nicaragua destaca un incremento en las acciones gubernamentales contra la institución religiosa en el país.
Desde su cuenta en X, el padre Edwin Roman denunció que el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo «aprovecha la atención mundial sobre Venezuela para encarcelar a sacerdotes en Nicaragua».
De los dos clérigos no se sabe nada, es decir ni el motivo ni el lugar de la reclusión. Las altas autoridades de la Iglesia en el país tampoco se pronuncian sobre estos hechos.
El pasado 26 de julio también fue detenido el Administrador Ad Omnia de la Diócesis de Estelí, monseñor Frutos Valle, quien fue trasladado hasta el Seminario Interdiocesano Nacional Nuestra Señora de Fátima en Managua, que se convirtió en un lugar de reclusión para los miembros de clero.
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En agosto de 2022 cuando arrestaron a monseñor Rolando Álvarez tanto Vega Matamoros como Sacasa asumieron la labor pastoral de la Diócesis de Matagalpa.
Iglesia en Nicaragua blanco de ataques
En Nicaragua, la Iglesia católica se encuentra bajo una creciente persecución por parte del régimen, como muestran los recientes arrestos de los sacerdotes en Matagalpa.
Se estima que al menos 140 clérigos y religiosos fueron obligados a abandonar el país desde el 2018. Además de las múltiples organizaciones de la Iglesia expropiadas y a las que se le eliminó su estatuto legal.
Los Estados Unidos en múltiples ocasiones expresaron su preocupación en varios informes, condenando las acciones del régimen nicaragüense y destacando la represión a la libertad religiosa como un grave atropello a los derechos humanos.