¿Cómo puede postularse Nayib Bukele a la reelección?

A pesar de los límites que la Constitución de El Salvador impone a la reelección inmediata, ya se habla de la posibilidad de que el gobierno salvadoreño, con Nayib Bukele al frente, se prolongue por cinco años más.

Son seis artículos de la Constitución Política de El Salvador en los que directa o indirectamente se prohíbe la reelección inmediata. A pesar de ello, el presidente salvadoreño, Nayib Bukele, busca competir una vez más como candidato a la presidencia en las elecciones de 2024, una aspiración que no había materializado ningún presidente salvadoreño desde hace 78 años.

El camino que busca seguir lo allanó una resolución hecha por un grupo de magistrados de la Sala de lo Constitucional, nombrados por los aliados de Bukele en el Congreso, solo unos meses después de destituir a los anteriores magistrados.

Estos jueces, en su calidad de intérpretes de la Constitución, analizaron una sentencia pasada en la que se hablaba de que un presidente debía terminar su período de cinco años y esperar 10 para buscar nuevamente la presidencia. Ahora, le compete “al pueblo” decidir si el presidente debe continuar o, por el contrario, decantarse por otra opción, sostiene una resolución emitida el 3 de septiembre de 2021.

Con el poder que da una resolución judicial, Bukele anunció el 15 de septiembre, día en que se celebró la Independencia en Centroamérica, su intención de competir nuevamente como candidato a la presidencia de El Salvador, en un panorama donde no hay otros políticos que equiparen la popularidad del mandatario.

“La candidatura se va a presentar y ya. No van a reformar la Constitución para eso ni nada por el estilo. Sencillamente van a excusarse y alegar como justificación esa resolución, entre comillas, para mantenerse en el poder”, dijo a la Voz de América, el abogado constitucionalista Enrique Anaya.

Un fallo de la Corte Suprema de El Salvador, el 3 de septiembre de 2021 permitirá al presidente Nayib Bukele aspirar a un segundo término consecutivo. / Archivo

En un escenario en el que la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia de El Salvador avala una nueva candidatura presidencial de Nayib Bukele, no hay, por el momento, ninguna institución pública que se oponga.

Por ejemplo, el Tribunal Supremo Electoral, que es la máxima autoridad electoral en El Salvador dijo al día siguiente de la resolución que estas “y las sentencias (de la Sala) son inapelables y de obligatorio cumplimiento”, refiriéndose a la decisión de abrir espacio para una candidatura presidencial continua.

Bukele tiene de su lado la resolución de la Sala, la venia del Tribunal Supremo Electoral, la mayoría de la Asamblea Legislativa y al menos el 86 % de aprobación popular de acuerdo con algunas encuestas de opinión publicadas en los últimos meses.

Las voces en contra

Pero los dos principales argumentos de algunos abogados que se sitúan en contra de la reelección presidencial son los artículos de la Constitución que lo prohíben y la “ilegitimidad” de la Sala que avala la reelección.

“Hay seis disposiciones en la Constitución que pretenden garantizar la alternabilidad en el ejercicio del poder. Estos, de forma directa o indirecta responden a ese principio y el principal es el artículo 152 donde se prohíbe expresamente la reelección presidencial inmediata o continua. Ahí no hay ninguna duda de interpretación”, dijo a la Voz de América, el abogado José Marinero.

De igual manera, la decisión de autorizar la reelección presidencial es una decisión enteramente “ilegítima”, agregó, pues “proviene de un tribunal que no está “legítimamente constituido”.

Una postura compartida por Anaya, quien señaló que quienes integran la Sala de lo Constitucional que ha dado la vía libre para una reelección son “usurpadores que ingresaron a la Corte Suprema de Justicia a través de las armas, con la Policía”.

La noche del 1 de mayo de 2021, cuando el Congreso salvadoreño, en su primera sesión, destituyó a los magistrados de la anterior Sala de lo Constitucional y al Fiscal General, el edificio donde fungían los anteriores jueces fue tomado por la Policía Nacional Civil, en un afán de impedir el ingreso de los magistrados destituidos.

“Lo que tenemos en El Salvador es la imposición de los hechos por la fuerza. No hay aplicación jurídica, no hay Estado de Derecho. Estamos en una dictadura y cada vez se va a ir consolidando más”, agregó el abogado constitucionalista.

El país más cercano a El Salvador que avala dos periodos presidenciales continuos ejercidos por la misma persona es Estados Unidos. En Centroamérica, por el contrario, hay una tradición de rechazo a la reelección y la jurisprudencia internacional también lo deslegitima, expuso a la VOA, el experto en relaciones internacionales, Napoleón Campos.

“La jurisprudencia internacional sobre la no reelección deslegitima y despoja de toda validez la pretensión de quien sea que desee reelegirse en El Salvador. (…) Cualquier propuesta de reelección está claramente prohibida por la Carta Magna de El Salvador y tiene a su vez en contra el desarrollo de jurisprudencia internacional comenzando por el sistema interamericano”, agregó Campos.

Pero, ¿qué dice el gobierno sobre la legalidad del proceso?

De acuerdo con el vicepresidente Félix Ulloa, el artículo 152 de la Constitución de El Salvador no prohíbe la candidatura presidencial continua.

En una entrevista al canal estatal 10, dijo que las prohibiciones para que el presidente pueda ser candidato son dos: que no haya ejercido la presidencia en el período inmediato anterior ni en los últimos seis meses.

“El periodo inmediato anterior es el que terminó con el mandato de Sánchez Cerén (2019) (…) y otra, si él (Bukele) decidió que se va a presentar como candidato tiene que dejar de ejercer la presidencia seis meses antes”, señaló.

Pese a los cientos de denuncias en torno a detenciones arbitrarias durante el régimen de excepción o la legalización del bitcóin como segunda moneda, Nayib Bukele, de 41 años, anunció en medio de la ovación de funcionarios y las críticas de la comunidad internacional por su deriva autoritaria, que busca ser presidente de El Salvador por segunda vez.

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