SAN JOSÉ, COSTA RICA —Tan solo minutos después de que el director y fundador del Canal 100%Noticias, Miguel Mora, y su jefa de prensa, Lucía Pineda Ubau, fuesen sacados a la fuerza por la Policía de su centro de trabajo la noche del 21 de diciembre de 2018, el Instituto Nicaragüense de Telecomunicaciones y Correos (Telcor) emitió un comunicado de forma expedita donde cancelaba la transmisión del canal; en ese entonces era el más visto en el país.
“A partir de las 9:00 pm queda sin autorización de transmitir 100% Noticias”, publicó la entidad, en ese entonces encabezada por Orlando José Castillo, quien fungía como director desde el 2007, cuando Daniel Ortega asumió la presidencia de Nicaragua.
Sin embargo antes de eso, Mora denunció presiones por parte de Castillo para que hiciera un cambio drástico en la programación y omitiera informar sobre las protestas que se dieron en 2018 y que dejaron al menos 300 muertos. Sin embargo, al rehusarse, las represalias no se hicieron esperar.
Telcor es el ente regulador de las telecomunicaciones y servicio postal en Nicaragua y tiene sus orígenes en el sandinismo al ser fundada en 1982, tras el triunfo de la revolución.
Al retornar Ortega en 2007 utilizó a figuras clave para dirigir la entidad que tiene grandes potestades para regular los medios de comunicación. Es ahí donde entró en acción Orlando Castillo, quien se mantuvo en el cargo durante trece años, hasta su muerte.
Con Castillo frente a Telcor, Ortega comenzó a cerrar varias emisoras locales críticas a su gestión, pero era un fenómeno que se daba silenciosamente a lo interno del país. Paralelamente Castillo otorgaba frecuencias televisivas a los hijos de Daniel Ortega.
“Los hijos del comandante Ortega, por ser hijos del comandante Ortega, no los vas a mandar a trabajar a la luna o les vas a decir: vos tenés que trabajar en el mercado Oriental o dedicarte a los bienes raíces”, alegó Castillo al ser consultado por el diario La Prensa en 2013 sobre el otorgamiento de frecuencias para el emporio mediático que empezaban a tejer los hijos de la pareja en el poder en Nicaragua.
Castillo murió en 2020, sancionado por Estados Unidos y entonces entró en juego Nahíma Díaz, quien forma parte del círculo cercano de Ortega. Su padre es el jefe de la Policía Nacional, Francisco Díaz, quien a la vez es consuegro del presidente Ortega.
Tanto la directora de Telcor como el director de la Policía se encuentran sancionados por Estados Unidos por su “complicidad” con la administración del sandinista Daniel Ortega.
“La función de Telcor es censurar”
Según la periodista Lucía Pineda Ubau, excarcelada en junio de 2019, Nahíma Díaz solamente es “un instrumento de confianza en ese círculo de nepotismo de la familia Ortega Murillo”. Y la función de Díaz es la misma que la de su antecesor Castillo: censurar a la prensa independiente.
“Telcor es un arma política para aniquilar medios de comunicación independientes”, dice la actual directora de 100%Noticias, que hoy únicamente quedó como un medio digital tras haber sido cancelada su frecuencia, y agrega que Díaz “en un país democrático nunca sería directora del ente regulador de telecomunicaciones”.
Joel Gutiérrez, exdirector general de Telcor durante el gobierno del expresidente liberal Enrique Bolaños, manifestó a la VOA que durante esa administración, la entidad respetaba la libertad de prensa y existía pluralismo político.
Explica que pese a que el gobierno del expresidente Bolaños “fue blanco de críticas” en ningún momento se tomó ningún tipo de represalia contra ningún medio de comunicación, incluso del Frente Sandinista.
“Quien se encargaba de gestionar la renovación de las licencias de las distintas emisoras y canales de televisión que tenían en ese momento (los sandinistas) era Rafael Ortega Murillo, hijo de Daniel Ortega”, recuerda Gutiérrez.
Joel indica que “lo que hicimos fue hacer una revisión de todos los aspectos técnicos y si todo estaba en orden, pues no había razón alguna para retenerle la renovación y estamos hablando de las emisoras que decían barbaridades de don Enrique, que en paz descanse”, rememoró el periodista.
“No había ningún tipo de represalias por razones políticas, en lo más mínimo, francamente”, asegura.
Solo en la primera quincena de agosto, Telcor ha cerrado al menos 17 medios de comunicación locales en Nicaragua, por lo que la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) alertó de un “nuevo desierto informativo en el interior del país”.
Uno de los últimos medios de comunicación cerrado fue Radio Darío. El ente regulador controlado por Ortega acusó a la emisora, ubicada en el occidente de Nicaragua, de supuestamente cometer varias infracciones, dentro de ellas modificar y alterar “las instalaciones autorizadas”, lo cual a su criterio “constituye una causal de cancelación de la licencia”.
Las sanciones de Telcor
Según la Ley General de Telecomunicaciones y Servicios Postales, dentro de las infracciones graves se encuentran “el incumplimiento de los principios generales y de las obligaciones expresadas en los reglamentos aprobados por Telcor”.
También hay “infracciones muy graves” como “no notificar en forma fehaciente que un servicio será dado de baja; el suspender el servicio sin motivo justificado; o negarse a entregar en plazo y forma la información solicitada por Telcor”.
Pero el expresidente de Telcor, Joel Gutiérrez, y el director de Radio Darío, Anibal Toruño indican por separado que las razones para la cancelación de las emisoras recientes “son absurdas”.
Gutiérrez recuerda que durante los gobiernos liberales los transmisores se desajustaban y entonces una emisora empezaba a interferir en la señal de otra, pero no se le quitaba la licencia a nadie.
«Esas cosas suelen pasar, simplemente nos asegurábamos de que el problema fuera corregido, pero de eso a quitar licencias, pareciera más bien que es para todo aquel que no amanece alabando a la vicepresidente (Rosario Murillo)”, dijo.
Joel Gutiérrez señala que en el caso de Radio Darío “no la soportan porque es una emisora independiente que informa según su línea editorial, que no es simplemente andar cubriendo los actos oficiales”.
quitar licencias, pareciera más bien que es para todo aquel que no amanece alabando a la vicepresidente (Rosario Murillo)”, dijo.
“A mí todas estas supuestas razones por las que cerraron las emisoras son una falta de respeto, una falta de respeto a la inteligencia de la gente, cuando esto a todas luces es un acto de represión al más vulgar estilo del somocismo. Ellos están haciendo lo mismo que hacía el somocismo, tratar de dar justificaciones; es una falta de respeto lo que dicen. Me parece un chiste de mal gusto”, concluyó Joel Gutiérrez.
Con información de la VOA