Voz de América
Los rescatistas buscaban el jueves a decenas de personas aún desaparecidas al día siguiente del sismo más fuerte en Taiwán en un cuarto de siglo, el cual dejó ha dejado al menos diez muertos, cientos de heridos y decenas de personas varadas en zonas remotas.
En la ciudad de Hualien, cerca del epicentro en la costa este de la isla, los trabajadores usaron una excavadora para estabilizar la base de un edificio dañado con material de construcción mientras algunos funcionarios tomaban muestras de la fachada del bloque, llamado Uranus, y algunas gallinas picoteaban entre las plantas en tiestos en el tejado inclinado.
La alcaldesa Hsu Chen-wei dijo previamente que 48 edificios residenciales resultaron afectados. Algunos de los inmuebles quedaron inclinados en ángulos pronunciados después de que sus primeros pisos se vinieron abajo.
Si bien algunos vecinos de Hualien seguían en carpas, buena parte de la vida cotidiana de la isla regresaba a la normalidad. Varias rutas de tren a Hualien se reanudaron y Taiwan Semiconductor Manufacturing Co., una de las fabricantes de procesadores informáticos más importantes del mundo, retomó la mayoría de sus operaciones, según la Agencia Central de Noticias.
Taiwán sufre sismos con frecuencia y su población está bien preparada para ellos. También tiene estrictas normas de construcción para garantizar que los edificios resisten a los temblores.
Hendri Sutrisno, profesor de 30 años en la Universidad Dong Hwa de Hualien, pasó la noche del miércoles en una carpa con su familia por miedo a las réplicas.
“Salimos corriendo del apartamento y esperamos cuatro o cinco horas antes de subir de nuevo para tomas algunas cosas importantes, como nuestra cartera. Y desde entonces nos quedamos aquí para evaluar la situación”, dijo.
Otros dijeron que no se atrevían a volver a casa porque las paredes de sus apartamentos tenían grietas y vivían en pisos altos. El primer ministro de Taiwán, Chen Chien-jen, visitó a algunas personas evacuadas por la mañana en un refugio temporal.
Miles de heridos
Más de 1.070 personas resultaron heridas por el sismo de la mañana del miércoles. De los diez fallecidos, al menos cuatro perdieron la vida dentro del Parque Nacional Taroko, una atracción turística famosa por sus vistas de cañones y acantilados en el condado de Hualien, a unos 150 kilómetros (90 millas) de la capital Taipéi. Una persona fue encontrada muerta en el edificio Uranus y otra en la cantera Ho Ren. Las autoridades recuperaron otro cuerpo en un sendero el jueves por la tarde.
Alrededor de 700 personas seguían atrapadas o sin localizar el jueves, incluidos unos 600 atrapados en un hotel llamado Silks Place Taroko, indicó la Agencia Nacional de Bomberos. Los empleados y huéspedes del hotel estaban a salvo y tenían comida y agua, y los esfuerzos por reparar los caminos al lugar estaban cerca de completarse, según las autoridades.
Otras personas atrapadas, como una veintena de turistas y seis estudiantes universitarios, estaban a salvo también, añadieron.
Las autoridades anunciaron que se había liberado a unas 60 personas que se habían quedado bloqueadas en una cantera debido a carreteras cortadas y dañadas. Todos salieron de la montaña en torno al mediodía, según la Agencia Central de Noticias. Seis empleados de otra cantera fueron evacuados por aire.
Todavía no se había conseguido contactar con unas 40 personas, en su mayoría empleados de hotel, que estaban en el parque nacional.
Durante varias horas después del sismo, la televisión transmitió imágenes de vecinos y rescatistas que ayudaban a las personas a salir por las ventanas de edificios dañados, en donde la sacudida trabó las puertas. No estaba claro la mañana del jueves si había más personas atrapadas dentro de edificios dañados.
Taiwán cifró la magnitud del sismo en 7,2, mientras que el Servicio Geológico de Estados Unidos lo situó en 7,4. La Administración Meteorológica Central ha registrado más de 300 réplicas desde la mañana del miércoles hasta el jueves.