Carlos Pavón, el padre de Richad Pavón, joven asesinado durante las protestas sociales de 2018, llegó a Estados Unidos beneficiado por el parole humanitario, sin dejar atrás su decisión de continuar pidiendo justicia.
Pese a que han pasado cinco años desde el asesinato de su hijo, dice que “desde su pérdida nada volvió a ser igual”.
“Sigue doliendo”, dice en tono muy triste. “Es algo que no se superará nunca, como nunca dejaremos de pedir justicia para quienes le arrebataron la vida cuando tan solo tenía 17 años”, aseguró tras llegar a Indianápolis en el Estado de Indiana, Estados Unidos.
Pavón aplicó al beneficio humanitario para ingresar a ese país y le fue aprobado. “Vamos a luchar, a vivir esta nueva vida”, dice al mencionar que en Nicaragua, las cosas no andan bien, menos para una familia que tiene algún pariente asesinado durante la rebelión cívica de hace cinco años», dijo.
Richard Pavón deja un legado de amor
Pavón recordó que su hijo se unió a las protestas el 19 de abril del año 2018 en Tipitapa, municipio ubicado al norte de Managua, y fue asesinado por simpatizantes sandinistas frente a la Alcaldía de esa localidad.
El crimen solo sería el inicio de un drama familiar que no termina y que continúa en la actualidad, obligándolo a salir de su país.
“Esta pérdida de nuestro hijo es bastante lamentable. Nos ha afectado mucho, a mí, a mi esposa y a mis otras hijas, porque Richard era un joven bien llevado, buen hermano, buen hijo, le gustaba hacer amistades, le gustaba jugar con sus hermanas, era bien dinámico y amado”, recuerda Pavón.
Afirma que su hijo dejó “un legado de amor al pueblo nicaragüense”, igual que todos aquellos que fueron asesinados en el contexto de 2018.
“Vio que sus amigos, y que otros que no conocía, estaban en una lucha justa y él decidió ser parte de eso. Nadie lo mandó, fue solo, sintió que su país lo llamaba, su patria lo necesitaba y ya ve, su amor por la patria fue tan grande que ofrendó su propia vida por Nicaragua”, agregó Pavón.
Perseguidos por el régimen
Desde la muerte de Richard Pavón, su familia fue objeto de asedio y persecución. Ellos han defendido la acción de su hijo y se ha visto como un delito que exijan justicia. No han podido ni siquiera ir al cementerio y llevarle flores, porque han sido asediados en el cementerio y en la casa, la policía y paramilitares los vigilan todo el tiempo.
“Después de la muerte de nuestro hijo, siempre nos han asediado. Nosotros nos hacemos la pregunta, ¿A qué le teme la policía!? En vez de hacernos justicia, nos asedian y nos han tachado de terroristas”, reiteró.
Ahora en Estados Unidos empezará a trabajar para ayudar a su esposa y a sus dos hijas, pero mantendrá la resistencia y continuará exigiendo justicia por su hijo, agregó.
“En cinco años no hemos visto nada, no hay investigaciones, no hay nada, y los jóvenes caídos merecen justicia y no repetición de todo lo que ha pasado”, expresó.
Aprovechó para hacer un llamado a todas las familias de las víctimas, “a continuar en pie” y exigir justicia para que los culpables sean llevados ante los tribunales y paguen por sus crímenes.
El padre del joven asesinado se hospeda en la casa de un amigo en Indianápolis que por solidaridad le abrió las puertas y se encuentra en busca de trabajo para poder sobrevivir.