Voz de América
WASHINGTON DC – Militantes de Hamas dispararon cohetes hacia Jerusalén el lunes, lo que provocó sirenas de ataque aéreo en la ciudad, después de que cientos de palestinos resultaron heridos en enfrentamientos con la policía israelí fuera de la mezquita de al-Aqsa.
El grupo militante islámico disparó los cohetes minutos después de las 6 pm en la fecha límite que había fijado. El grupo le había dado a Israel un ultimátum para que retirara sus fuerzas de seguridad de la mezquita de al-Aqsa y de otro punto de conflicto en Jerusalén.
El ejército israelí dijo que se disparó una ráfaga inicial de siete cohetes desde la Franja de Gaza, uno de los cuales fue interceptado por el sistema de defensa de Israel. En total, los informes de los medios israelíes dijeron que se dispararon más de 30 cohetes. No hubo informes inmediatos de daños o víctimas.
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Los cohetes hicieron sonar sirenas en Jerusalén junto con advertencias por altavoces en hebreo e inglés.
Un portavoz del ala militar de Hamas, Abu Obeida, dijo que el ataque con cohetes fue una respuesta a lo que llamó «crímenes y agresión» israelíes en Jerusalén.
Anteriormente, testigos dijeron que las fuerzas de seguridad israelíes dispararon gases lacrimógenos y granadas aturdidoras contra la mezquita de al-Aqsa, mientras que los fieles arrojaron piedras y otros proyectiles a las fuerzas israelíes. La Sociedad Palestina de la Media Luna Roja dijo que más de 300 palestinos resultaron heridos, incluidos 228 que fueron trasladados a hospitales cercanos.
La secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo el lunes que Estados Unidos está monitoreando de cerca la situación en Israel y que la Administración Biden tiene serias preocupaciones sobre la escalada de violencia.
Para evitar los enfrentamientos, los organizadores israelíes de una marcha para celebrar la captura del Este de Jerusalén por parte del Estado judío en 1967 alteraron la ruta del desfile para evitar el Barrio Musulmán de la Ciudad Vieja.
Escalada de tensión
La violencia del lunes es la más reciente después de semanas de crecientes tensiones y enfrentamientos entre palestinos y tropas israelíes en la ciudad, provocadas en parte por los planes israelíes de llevar a cabo desalojos de familias palestinas en un barrio del este de Jerusalén.
Decenas de palestinos resultaron heridos en violentos enfrentamientos con la policía en Jerusalén desde la noche del sábado hasta el domingo, cuando los musulmanes marcaron el Laylat al-Qadr, o la «noche del destino», el período más sagrado del mes de ayuno musulmán del Ramadán.
Las escaramuzas ocurrieron a las puertas del complejo de la mezquita al-Aqsa en la Ciudad Vieja, un sitio conocido por los judíos como el Monte del Templo y por los musulmanes como el Santuario Noble, considerado el sitio más sagrado del judaísmo y el tercero más sagrado del Islam.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dijo el domingo que las autoridades «no permitirán que ningún extremista desestabilice la calma», después de varios días de enfrentamientos entre manifestantes palestinos y la policía israelí en las afueras de la Ciudad Vieja de Jerusalén.
El presidente palestino Mahmoud Abbas la semana pasada responsabilizó a Israel “por los peligrosos acontecimientos y ataques pecaminosos que tienen lugar en la ciudad santa” y pidió al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que celebre una sesión urgente sobre el tema.
El Consejo de Seguridad de la ONU estaba el lunes celebrando discusiones a puerta cerrada sobre las crecientes tensiones en el este de Jerusalén alrededor de al-Aqsa. Naciones Unidas ha pedido a Israel que detenga los desalojos de palestinos en Jerusalén oriental.
El asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, habló el domingo con su homólogo israelí, Meir Ben-Shabbat, «para expresar la seria preocupación de Estados Unidos sobre la situación en Jerusalén», así como la preocupación por los posibles desalojos de familias palestinas. Sullivan dijo que Estados Unidos está comprometido con la seguridad de Israel y con la paz y la estabilidad en el Medio Oriente, según un comunicado de la Casa Blanca.
Israel considera a toda Jerusalén como su capital unificada. Los palestinos quieren que Jerusalén oriental sea la capital de un estado futuro.