Las mujeres periodistas están sujetas a diversas formas de violencia y discriminación basada en su género tanto en el ejercicio de la profesión como en los lugares en donde desempeñan su labor.
Vanessa, una periodista nicaragüense que prefiere anonimato para evitar persecución y asedio en Nicaragua, está de acuerdo con la anterior afirmación.
En 2009, con apenas 29 años, fue contratada por un medio de comunicación televisivo del país. Ejerció sin contratiempos sus labores y al año de estar en ese medio salió embarazada, una situación que no significó ningún contratiempo.
«Yo salía a trabajar normal, estar embarazada no fue ningún impedimento para continuar con mi labor periodística. Claro tenía más cuidado», comenta Vanessa.
Después de dar a luz y volver al trabajo, Vanessa se enteró que uno de sus colegas periodistas, un hombre mayor que ella, aprovechándose de la amistad que tenía con el director de noticias, era una de esas personas que insistía que no debían contratar mujeres.
«Él decía que las mujeres solo pidiendo permiso vivían, por cualquier motivo, y era peor cuando tenían hijos», recordó la comunicadora.
Situación es igual en otros países
El más reciente informe «Mujeres Periodistas y Salas de Redacción: avances, desafíos y recomendaciones para prevenir la violencia y luchar contra la discriminación», publicado por la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión, de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) recoge ese mismo problema en otros países de las Américas.
En Brasil, las periodistas también reportan dificultades para armonizar la vida familiar con las responsabilidades laborales.
Las periodistas brasileñas señalan ser «hostigadas para que no queden embarazadas y/o no tomen una licencia por maternidad», señala el informe.
Incluso, durante los procesos de contratación son consultadas sobre sus planes reproductivos.
En Ecuador, las mujeres periodistas señalaron sus dificultades para «mantener sus trabajos en los medios cuando son madres».
«Se considera que son menos productivas, y se genera un ambiente hostil que les impide continuar en sus trabajos», señala el informe.
Mujeres periodistas son discriminadas
En Nicaragua, las periodistas reportaron un patrón de discriminación en razón de su género cuando las empresas de medios de comunicación, al momento de adoptar decisiones sobre ascensos para competir por cargos jerárquicos.
“Cuando (el) pequeño número de mujeres dentro de los medios alcanzamos posiciones de poder como productoras o editoras –posiciones donde no existen muchas mujeres –, por más méritos que tengamos, se nos acusa de acostarnos con el jefe para obtener la posición o no se respeta nuestra autoridad», según el testimonio de una periodista que recoge este informe.
Vanessa recuerda que en ese medio televisivo en mayoría eran mujeres las presentadoras. «Se rumoraba que estaban ahí por favores sexuales. Para muchos es difícil creer que las mujeres podemos estar en la cima por nuestros propios méritos», señaló la periodista nicaragüense.
Esa discriminación que sufren no es solo de Nicaragua. Las mujeres periodistas de Ecuador denuncian que son “subvaloradas” y se les impone requisitos más exigentes cuando pretenden optar por un cargo jerárquico.
Informe reporta que sufren acoso sexual
En Nicaragua, las periodistas también señalan el frecuente «acoso sexual por parte de jefes, colegas y fuentes».
«Nos dificulta más el trabajo; cuando se les rechaza, se ofenden e intentan sabotearte», señala otra voz consultada por la Relatoría.
En Honduras, las mujeres periodistas también reportaron situaciones similares de acoso sexual en el ámbito laboral.
«Como consecuencia de la alta prevalencia de actos de violencia basada en género al interior de los medios de comunicación – y, en particular, de actos que configuran violencia y/o acoso sexual–, muchas mujeres periodistas deciden abandonar su lugar de trabajo o se ven forzadas a tomar decisiones que se traducen en una transformación involuntaria de su trayectoria profesional», revela el informe.
Lejos de ser abordadas con perspectiva de género, estas prácticas son frecuentemente naturalizadas.
En Brasil, 7 de cada 10 periodistas han escuchado comentarios o bromas de naturaleza sexual sobre las mujeres en su lugar de trabajo.
En Chile, las mujeres periodistas señalan que el acoso sexual “es una práctica normalizada e invisible”.
Precariedad laboral que viven las mujeres periodistas
Existen otras desigualdades agudizan las problemáticas para las mujeres periodistas como las relacionadas a la brecha salarial.
En Argentina, las mujeres están «sobrerepresentadas» entre quienes trabajan a tiempo parcial en las empresas de medios, señala el informe.
Es decir, “los varones son mayoría entre quienes trabajan en relación de dependencia y con carga
horaria full time» y eso impacta en el salario.
En El Salvador, las periodistas reportan “una creciente precarización laboral» y eso tiene su origen en varias razones.
«Ahora una persona resuelve toda la cobertura incluso multimedia, toma fotos, las sube a las redes, las hace para radio, esto suma a la precarización laboral», revela la Relatoría.
Diseñar políticas de participación de las mujeres periodistas
En distintos países, las redacciones de los medios de comunicación son un espacio hostil para las mujeres periodistas en el que no pueden ejercer el periodismo en condiciones de igualdad.
La Relatoría considera que se deben adoptar políticas internas para promover la equidad de género y abordar la violencia y la discriminación por motivos de género.
Las empresas de medios de comunicación deben designar a una persona como responsable directa de la implementación de estas políticas.
