Al menos 15 oficiales de la Policías en compañía de encapuchados y con armas de guerra fueron los encargados del desalojo de los jesuitas en Managua, tras el cierre y confiscación de la Universidad Centroamericana (UCA), según relataron por primera vez los religiosos en una crónica publicada por la Provincia Centroamericana de la Compañía de Jesús.
El sábado 19 de agosto, cuando los jesuitas que compartían la residencia Villa Carmen, en Managua, regresaban de un convivio cuando se encontraron con una patrulla policial que bloqueaba el portón ubicado en la parte trasera del complejo, el único acceso por el que se podía entrar o salir del lugar, tras la confiscación de la Universidad Centroamericana (UCA).
«Al llegar a la casa se encontraron con alrededor de 15 policías más con uniformes de campaña, encapuchados y con armas de guerra», narran.
Les indicaron que «podían entrar a sus cuartos a retirar sus objetos personales acompañados cada uno de dos policías con su armamento de guerra, uno se quedaba en la puerta del cuarto y el otro entraba con el jesuita».
Violencia emocional y psicológica
«Si bien no hubo ni golpes, ni gritos o empujones, los compañeros han manifestado que la violencia emocional y psicológica de verse despojados de su casa de esa forma es algo que continúan procesando», se lee en la crónica.
Uno de los sacerdotes jesuitas, de 99 años «permaneció en el carro encendido y con el aire acondicionado y, por tanto, no logró sacar nada».
Los jesuitas trataron de explicar al jefe policial que la propiedad que tenían rodeada no era parte de los bienes de la confiscada UCA, ya que en ese momento la personalidad jurídica de la organización en el país no había sido ilegalizada, pero éste les dijo que era propiedad del Estado de Nicaragua.
Jesuitas confirman salida de 5 miembros de la congregación
Cuentan que, el jefe del comando policial preguntó por el padre Rolando Alvarado, rector de la confiscada UCA, quien ese mismo sábado había iniciado su salida del país por puntos ciegos, para resguardas su libertad y su vida.
El rector de la UCA salió del país en compañía de otro miembro de la orden que solo identifican como hermano Leonardo.
Según el relato de los Jesuitas, fue el padre Everardo quien se puso al frente para decirle al jefe policial que desconocían en lugar donde se encontraba el rector.
Asimismo confirman la salida del país de los sacerdotes Arnaldo Zenteno y Richard Vélez, ambos con problemas de movilidad, que salieron de Nicaragua por el aeropuerto de Managua, acompañados por el escolar Herlin Samayoa, el miércoles 23, día en que el gobierno publicó en La Gaceta, diario oficial, la cancelación de la personería jurídica de la Asociación Compañía de Jesús de Nicaragua.
Un total de 11 jesuitas siguen en Nicaragua
En total quedaron 11 jesuitas en Nicaragua, alojados en la comunidad San Ignacio. Afirman su voluntad de permanecer en Nicaragua aunque «imaginando los distintos escenarios de lo que pueda ocurrir en los próximos días».
«Queremos seguir sirviéndole con humildad y acompañándole en su dolor y en su esperanza. Agradecemos, sentimos y necesitamos de las oraciones, la solidaridad y el cariño de tantísima gente, aquí en Nicaragua y de otros países hermanos. En verdad, ha sido algo que nos ha ayudado a seguir adelante en el trabajo cotidiano y a poder trasmitir la esperanza en que nuestro Dios es el Señor de la historia», expresan.
«Queremos decirles que nos habita una paz profunda en medio de la tormenta que estamos atravesando. Somos conscientes de que es una gracia que el Señor nos da el poder experimentar lo que buena parte de nuestro pueblo está experimentando: la total indefensión ante el abuso del poder por parte del gobierno», agregan.
Finalizan pidiendo que «no se olviden de orar por quienes llevan la peor parte en esta crisis nacional: los presos y presas políticas, que ya son 78 y es una lista que tristemente no deja de crecer».