Persisten vejaciones contra familiares de presos políticos en Nicaragua

presos políticos

A los familiares de los presos políticos que permanecen en la Dirección de Auxilio Judicial «El Chipote» se les permitió el fin de semana una visita después de 85 días, pero en medio de un clima de humillaciones y tratos degradantes, donde les obligan a desnudarse para poder ingresar.

La abogada y defensora de derechos humanos, Tamara Suju denunció en su red social que se trata del «mismo manual para intimidar y tratar de humillar a sus oponentes».

«Vejar a los familiares de los presos políticos es una forma de torturarlos psicológicamente», insistió la defensora de derechos humanos.

Oscar Téllez Balladares, sobrino de la exguerrillera y opositora al régimen, Dora María Téllez, quedó detenido el sábado 19 de noviembre, tras reclamar las vejaciones a las que son sometidos al momento de la visita. Según denuncias, la Policía las obligó a quitarse la ropa y hacer sentadillas en ropa interior antes de entrar.

Presos políticos siguen perdiendo peso

Los familiares de los presos políticos confirmaron también que continúa su deterioro físico, así lo confirmó Alfredo Mairena, hermano del líder campesino Medardo Mairena.

«Medardo estuvo en huelga de hambre exigiendo que lo sacaran de la celda de castigo. Como resultado y afortunadamente, bendito sea Dios, ya está fuera de la celda de castigo, finalmente. A pesar de ello, nos preocupa mucho que sigue perdiendo peso, un total de 81 libras» desde que empezó su encierro el seis de julio de 2021, dijo.

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Alfredo confirmó ayer 20 de noviembre se les autorizó la visita después de casi 3 meses sin saber nada de Medardo.

«Medardo se mantiene aferrado a la fe y a la esperanza y le agradece al pueblo nicaragüense por todas sus oraciones. Nos anima que sigamos orando y ayunando por la libertad y democracia de nuestra querida Nicaragua», señaló el hermano del líder campesino.

El pasado 15 de noviembre, los familiares de las personas presas políticas en Nicaragua emitieron un comunicado en el que pedían una «prueba de vida» después de 81 días de no saber de ellos.

 

 

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