La Conferencia Episcopal Ecuatoriana expresó su solidaridad y cercanía a la Iglesia Católica en Nicaragua ante la situación que están sufriendo sacerdotes y feligreses en las últimas dos semanas.
Los obispos ecuatorianos manifestaron estar “convencidos de que el Señor de la historia continuará acompañando y sosteniendo su labor profética y pastoral en medio de un pueblo que clama por el respeto y la defensa de sus derechos humanos fundamentales”.
La declaración, fechada el 15 de agosto, está firmada en nombre de todos los obispos del Ecuador y por monseñor Luis Cabrera, Arzobispo de Guayaquil y Presidente de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana (CEE); monseñor Alfredo Espinoza, Arzobispo de Quito y vicepresidente de la CEE; y monseñor David de la Torre, obispo auxiliar de Quito y Secretario General de la CEE.
Los obispos ecuatorianos expresaron su especial cercanía con monseñor Rolando Álvarez, obispo de Matagalpa, quien desde hace dos semanas permanece sin poder salir de la curia, junto a sacerdotes, seminaristas y laicos.
Álvarez, de 55 años y obispo de la Diócesis de Matagalpa, administrador apostólico de la Diócesis de Estelí, ambas en el norte de Nicaragua, se encuentra confinado junto a cinco sacerdotes, tres seminaristas, y dos laicos, en el Palacio Episcopal provincial desde el 4 de agosto pasado, que está sitiado por fuerzas especiales policiales.
El obispo fue acusado por la Policía Nacional de intentar «organizar grupos violentos», supuestamente «con el propósito de desestabilizar al Estado de Nicaragua y atacar a las autoridades constitucionales», aunque de momento no han ofrecido pruebas.
La carta, dirigida a monseñor Carlos Enrique Herrera, obispo de Jinotega y Presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), alienta la esperanza “de mejores días para todos los empobrecidos y marginados de la sociedad nicaragüense en un sistema democrático más libre, justo y fraterno”.
Además de la expulsión del nuncio apostólico, un grupo de sacerdotes, entre ellos el obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez, y el padre Edwin Román, han sido «forzados de salir del país en 2019 y 2021, respectivamente, igual que las recién expulsadas Misioneras de la Caridad» de la orden Madre Teresa de Calcuta, anotó ese grupo.
Asimismo, en lo que va de año las autoridades nicaragüenses han detenido a tres sacerdotes, uno de ellos, Manuel García, enjuiciado y condenado por violencia doméstica en contra de una mujer que pasó de víctima a acusada por no inculpar al religioso.
Los otros presbíteros detenidos son Leonardo Urbina, de la ciudad de Boaco, enjuiciado por el supuesto delito de abuso sexual a una menor; y Óscar Benavidez, de la Diócesis de Siuna, a quien de momento no le han formulado cargos.