Eva Inestroza
Al menos 11 niñas han sido asesinadas de manera violenta en lo que va del 2020, según organizaciones no gubernamentales que trabajan con la niñez y la adolescencia y feministas.
Alertaron que las niñas y adolescentes son el blanco de los abusos sexuales y los asesinatos, además de las mujeres, debido a la situación de vulnerabilidad en el que se encuentra el país por la crisis sociopolítica, la emergencia sanitaria por la pandemia del covid-19 y la falta de protección ciudadana de parte del Estado.
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Hasta el 31 de agosto, el Observatorio de Católicas por el Derecho a Decidir (CDD) reportó 50 víctimas de femicidio.
En esa lista se encuentran nueve niñas y adolescentes, a las que se le sumarán los femicidios de las dos niñas, de 10 y 12 años, de Mulukukú, en el Caribe Norte, ocurrido el sábado 12 de septiembre.
«El blanco ahorita son la niñez y las adolescentes, en el que el agresor, el violador se apega a este contexto por la inseguridad que tenemos las mujeres y sin ver edad. Ese es el producto de no tener protección, de tener un gobierno que no se compromete con brindarle la protección que necesitan las mujeres y la ciudadanía», señaló Martha Flores, defensora de los derechos de las mujeres de CDD.
Violencia machista: la saña evidencia el odio contra las mujeres
El más reciente caso de femicidio en el país lo cometió Rosario Soza Centeno, de 33 años, quien les arrebató la vida a dos niñas, el pasado fin de semana. El hombre dejó en evidencia el odio que sentía hacia las menores, producto del machismo cobarde.
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A la niña de 10 años la degolló y a la de 12 años le propinó 12 machetazos.
«Esa es la demostración misoginia que tienen en contra de los cuerpos de las mujeres, porque si un hombre mata a otro hombre, no es igual a como matan a las mujeres. Cómo va a ser posible que una niña haya recibido 12 machetazos, qué peligro representaba para ese delincuente, a la otra niña la degolló y no solo ha pasado con estas niñas, sino que en otras niñas se ha visto la saña con las que les han arrebatado la vida», expresó Flores.
La Federación Coordinadora Nicaragüense de ONG que trabaja con la Niñez y la Adolescencia (Codeni) condenó las reiteradas violaciones y abusos sexuales que se han perpetrado contra niñas y adolescentes en el país.
«La violación y el femicidio de las niñas en Mulukukú son el rostro más reciente de la violencia de género que en este 2020 ha cobrado la vida de 11 niñas y adolescentes víctimas de femicidio», expresó Codeni a través de un comunicado emitido este lunes.
En el pronunciamiento titulado «La culpa no es de las madres de las niñas y niños, la culpa es del agresor», Codeni reafirma su compromiso social e institucional con la niñez y la adolescencia nicaragüense.
En estado de desprotección por las autoridades
La mamá de las víctimas reveló a un medio de comunicación local que su hija mayor había sufrido dos abusos sexuales, cuando tenía seis y ocho años.
Por lo que, antes del atroz y horrendo crimen, la mamá ya había acudido a las autoridades policiales, pero estos hicieron caso omiso a sus denuncias, dejando el abuso cometido contra la menor en la impunidad.
«Esa mujer puso denuncia dos veces por las violaciones a su niña y ve en que terminó. No hay justicia, porque no hay un compromiso de parte de las autoridades de cumplir con esa seguridad en la ciudadanía, en las niñas, en las adolescentes y mujeres. Es un de más estar yendo a poner denuncia», dijo Flores.
«Ahí nos está demostrando esta Policía y las instituciones que estamos completamente desprotegidas institucionalmente», añadió la activista.
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Por otro lado, los organismos manifestaron su preocupación por las más de 23,300 liberaciones de reos comunes, que ha aprobado el Gobierno de Daniel Ortega, bajo el beneficio de convivencia domiciliar en los últimos meses, sin explicar los mecanismos para ese tipo de medidas.
Organismos defensores de los derechos de las mujeres han logrado identificar entre las liberaciones de reos comunes a un grupo de femicidas, golpeadores y violadores, que no habían cumplido ni la mitad de sus condenas, por lo tanto, señalan que estos indultos han puesto en riesgo la vida de niñas, adolescentes y mujeres, además de dejar en la impunidad los crímenes de femicidios.
«Entonces los hombres lo interpretan como que pueden matar a las mujeres y no pasa nada, porque el Estado más tarde los va a liberar. Todas las liberaciones de más de 20,000 delincuentes te indica que no hay confianza en las autoridades», señaló Flores.
«Aunque los agarren, los echen presos, el resultado después es dejarlo libre. Entonces, que es lo que quieren las autoridades que cada quien haga justicia con sus propias manos, porque ya aquí no existe la justicia», agregó.
¡Qué cumpla con su responsabilidad!
Codeni demandó al Estado de Nicaragua asumir y cumplir su papel de garante y protector de los derechos de la niñez y la adolescencia, disponiendo de los recursos humanos y económicos necesarios y voluntad política para garantizar la aplicación del sistema de protección de las niñas, niños y adolescentes.
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Asimismo, urgió a la Policía Nacional y al sistema judicial realizar investigaciones a profundidad, en tiempo y a ser transparentes de las situaciones de violaciones a los derechos humanos de las niñas, niños y adolescentes, para determinar a los responsables y alcanzar la justicia y reparación de las víctimas.
También demandó a las familias y a la sociedad escuchar y creer en las voces de las niñas, niños y adolescentes, además, de propiciar un ambiente de respeto, confianza y estar alertas a cualquier indicio de violencia sexual.
«Urgimos la garantía de entornos seguros y de protección para las niñas, niños y adolescentes, procesos educativos, orientados a transformar la construcción social sobre los roles de género tradicionales que limitan su crecimiento y desarrollo», insta Codeni.
Esa organización condenó la violencia hacia las niñas y adolescentes mujeres, a quienes señalan como las principales víctimas de violencia sexual y a las que la violencia les deja «consecuencias devastadoras en sus vidas a nivel físico, psicológicas, económicas y en sus relaciones personales y que en la mayoría de los casos quedan en la impunidad».
Codeni repudió la “complicidad y misoginia social” al culpar de las agresiones sexuales de las mujeres víctimas a las madres. «En este sentido reafirmamos que no existe otro culpable más que el agresor», apuntó esa organización.
