SAN JOSÉ, COSTA RICA —Dos días antes del viaje, *María empacó sus cosas en una mochila. Se iba de Nicaragua en una excursión de turismo a Guatemala. Pero su objetivo era seguir hacia Estados Unidos.
La mujer de 33 años, que pidió no revelar su verdadero nombre por temor a represalias del gobierno de Nicaragua, trabajaba como profesora en una escuela primaria, con un salario de 200 dólares mensuales. Para pagar el viaje hipotecó su casa. Con ese dinero pagó los 160 dólares de la excursión a Guatemala, y con la mayor parte del resto del dinero pagó a los llamados “coyotes” que la iban a llevar de Guatemala a México y posteriormente a la frontera sur de EEUU.
Algo similar hizo Jorge Luis Bermúdez, de 35 años, quien salió hace poco más de un mes de Masaya, al sur de Managua, en una excursión que llegó hasta Guatemala. Vendió su automóvil y algunas pertenencias para empezar el viaje a EEUU. El costo de la excursión fue de 150 dólares. Esas excursiones o viajes de turismo son más accesibles en relación a un boleto de avión, que oscila entre 300 y 500 dólares a Guatemala, aseguró.
Aprovechando un convenio de movilidad del 2005 -suscrito por El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua- que permite a los ciudadanos de esos países transitar sin pasaporte por los mismos, los nicaragüenses están saliendo de su país en excursiones de turismo que en realidad usan como puente para seguir rumbo a EEUU, asegura Hans Amaru Cano, de la Pastoral de Movilidad Humana, con sede en Guatemala.
Los migrantes se benefician del convenio regional, conocido como CA-4, y viajan en autobuses que van de excursión a Guatemala, y desde ahí comienzan «su travesía por todo México» hasta la frontera estadounidense, agregó Amaru Cano.
La touroperadora que María utilizó hace dos viajes a la semana: martes y viernes. Pero en Managua hay más servicios de ese tipo que salen de las gasolineras. Las personas encargadas de coordinar los viajes tienen todo planeado, dijo la mujer.
“En teoría, son excursiones, porque te llevan ahí, al punto, que es en la capital de Guatemala, a un hotel, y ahí se baja todo mundo”, dijo.
En el caso de Bermúdez, la touroperadora sale de Masaya los viernes por la noche y demora tres días para llegar a Guatemala.
Las autoridades nicaragüenses no ofrecen datos específicos sobre la salida de los viajes de excursiones en autobús, pero Amaru Cano asegura que son miles de personas las que viajan de esa manera. La demanda es tanta que trató de reservar un viaje para su madre desde Nicaragua a Guatemala en octubre y en varias turoperadoras le dijeron que no había cupo hasta diciembre.
Arturo Cano, presidente de la Cámara Nacional de Turismo de Nicaragua, dijo a la Voz de América que no es posible saber el número de negocios que brindan esas excursiones ni la cantidad de pasajeros que trasladan, ya que «muchos son temporales, otros no están registrados y otros viajan en grupos en las líneas terrestres de transporte que comunican Centroamérica».
La Dirección General de Migración y Extranjería dijo que registró la semana pasada 69.086 servicios y atenciones de «ingresos y salidas por las puestos fronterizos de nacionales y extranjeros», sin precisar más datos.
Según el Instituto Nacional de Migración de Honduras, desde comienzos de año hasta el 16 de noviembre, 276,340 nicaragüenses ingresaron a ese país, de ellos 117,354 en tránsito a Guatemala.
Migración y Extranjería de Guatemala no respondió a una solicitud de comentario de la Voz de América sobre el número de turistas nicaragüenses que ingresan al país.
Entre octubre y noviembre de este año fueron detenidos en la frontera sur 20.983 nicaragüenses, según cifras de CBP. En agosto pasado la cifra fue de 11,832 y en septiembre 18,276, según datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EEUU (CBP, por sus siglas en inglés).
En el año fiscal 2022 se produjeron 160.600 detenciones de nicaragüenses en la frontera sur, frente a 50,722 en el 2021 y 3.164 en 2020.
La embajada de Estados Unidos en Managua ha advertido sobre el peligro que conlleva hacer viajes de forma irregular a la frontera sur y asegura que no hay garantías de que las personas puedan ingresar a EEUU.
En una publicación a inicios de noviembre, la embajada estadounidense advirtió sobre no dejarse engañar por “falsas promesas de los coyotes”, que en algunos casos terminan ocasionando tragedias o en secuestros.
Nicaragua vive una crisis política desde el año 2018, cuando surgieron protestas contra el presidente Daniel Ortega, que fueron reprimidas, dejando al menos 300 muertos y decenas de heridos y detenidos.
La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) contabiliza que más de 200.000 nicaragüenses han emigrado de Nicaragua desde 2018.
El exdiputado opositor Enrique Sáenz dijo que la emigración ha aumentado drásticamente en los últimos meses a medida que la crisis política se profundiza, un reflejo de «la desesperanza» que hay en el país.
Con información de la Voz de América