La policía de Nicaragua arrestó a 24 personas que invadieron un territorio indígena y supuestamente atacaron a sus pobladores en el noreste del país centroamericano, en un hecho que no ocurría desde que comenzaron las ocupaciones de tierras en la zona hace más de siete años.
La Policía informó que 22 hombres y dos mujeres fueron detenidos el jueves 26 de enero en la comunidad de Musawas, municipio de Bonanza, Región Autónoma de la Costa Caribe Norte (RACCN), después de que “se tomaron tierras” en la comarca indígena de Alal.
Las autoridades recibieron denuncias de los habitantes de la zona sobre la presencia de un grupo armado con machetes, palos y piedras.
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El informe señaló que los detenidos, a quienes se les conoce como “colonos” (mestizos), fueron llevados a la cárcel Modelo de Tipitapa, al norte de Managua, y que serán enjuiciados por “crimen organizado, usurpación al dominio privado y delitos ambientales”.
Dirigentes de organizaciones civiles y defensoras de pueblos indígenas reaccionaron escépticos ante la noticia. Indicaron que, según relatos de testigos, fueron los pobladores del lugar quienes capturaron a los “colonos” y los entregaron a la policía.
“Ellos no detuvieron a los invasores, fueron los propios comunitarios quienes los atraparon”, dijo a The Associated Press la abogada María Luisa Acosta, directora del colectivo no gubernamental Centro de Asistencia Legal a Pueblos Indígenas (CALPI).
Acosta detalló que los pobladores de Musawas detectaron la presencia de los “colonos” en la zona desde el pasado 19 de enero y que el día 23 “se organizaron en su autodefensa” y “lograron detenerlos”.
“Es la primera vez que el régimen anuncia la detención de personas vinculadas a las invasiones de territorios indígenas”, confirmó por su parte a AP el ambientalista Amaru Ruiz, director de la ecologista Fundación del Río. Agregó que “hay que esperar con suma cautela” el proceso de judicialización, pues en ocasiones anteriores “han detenido a este tipo de personas y luego las han liberado”.
Ruiz cuestionó el hecho de que el gobierno de Daniel Ortega “no reconozca la problemática de invasión que afecta no solo a ese territorio indígena sino a muchos más” en Nicaragua.
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De acuerdo con los indígenas, los “colonos” son agricultores de las zonas norte y occidente del país, que ocupan sus tierras para extender sus cultivos y talar los bosques, en complicidad con empresas agrícolas y madereras autorizadas por el gobierno.
Según dirigentes de agrupaciones indígenas, las incursiones de agricultores mestizos en tierras comunales tituladas por el Estado iniciaron en el año 2005. Una década después, en 2015, los “colonos” comenzaron a invadir los territorios de forma violenta, atacando con armas de fuego a los pobladores del lugar.
Los ataques más frecuentes ocurren contra comunidades indígenas miskitas y mayangnas, que habitan en la reserva de la biosfera de Bosawas, en la RACCN, donde los gobiernos regionales han permitido las invasiones violentas pese a las denuncias constantes de los comunitarios.
En agosto de 2021, al menos 15 personas murieron tras el ataque de “colonos” armados a la comunidad minera de Kiwakumbaih, una aldea remota del Caribe Norte. La policía no sólo no detuvo a los atacantes, sino que arrestó a cuatro indígenas mayangna que fueron condenados a cadena perpetua el 18 de febrero de 2022, en un caso que generó protestas de organismos humanitarios.
Varios ataques más han ocurrido desde entonces en la región, dejando a centenares de indígenas desplazados a la fuerza de sus lugares de origen.
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Con información de la Voz de América