Voz de América
Los asesinos que mataron a tiros al presidente haitiano Jovenel Moise en su residencia privada tenían como objetivo «matar su sueño, su visión, su ideología», según la primera declaración pública de su viuda desde el tiroteo del miércoles antes del amanecer en un rico suburbio de Puerto Príncipe.
El magnicidio ha agravado la ya crítica situación política y social que padece la empobrecida nación. Haitianos se reunieron en la embajada estadounidense en el país para pedir asilo mientras el país y la región se preguntan por qué ocurrió este asesinato.
En declaraciones desde el hospital de Miami donde está recibiendo tratamiento por las heridas sufridas en el ataque, Martine Moise compartió nuevos detalles sobre cómo se desarrollaron los hechos.
«En un abrir y cerrar de ojos, los mercenarios entraron a mi casa y acribillaron a mi esposo a balazos (…) sin siquiera darle la oportunidad de decir una palabra», dijo la viuda en la declaración de audio en idioma creole publicada en Twitter el sábado.
“Estoy viva, gracias a Dios”, dijo. “Amo a mi esposo Jovenel. Luchamos juntos durante más de 25 años. Durante todos estos años, el amor irradió dentro del hogar. Pero de repente, llegaron los mercenarios y le dispararon a mi marido. Hay que ser un criminal notorio para asesinar impunemente a un presidente como Jovenel Moise sin darle la oportunidad de hablar”, dijo.
La policía haitiana aseguró que el asesinato fue cometido por 26 colombianos y dos haitiano-estadounidenses, identificados como James Solages, de 35 años, y Joseph Vincent, de 55.
Diecisiete de los hombres fueron capturados tras un tiroteo con las fuerzas haitianas en Petionville, un suburbio de la capital Puerto Príncipe, mientras que tres murieron y ocho están prófugos. Las autoridades buscan a los autores intelectuales del asesinato.
Un exmilitar colombiano muerto por la policía de Haití y acusado de estar implicado en el asesinato del presidente fue contratado para proteger a personas de alto perfil y no para atentar contra la vida del mandatario, dijo el sábado su hermana al defender la inocencia de su familiar.
Duberney Capador, de 40 años, un sargento retirado del Ejército de Colombia con curso de contraguerrilla, paracaidismo y fuerzas especiales, fue una de las personas abatidas el miércoles por la policía de Haití acusado de haber participado en el magnicidio de Moise. «Lo que yo tengo claro y se lo aseguro a todo el mundo, es que mi hermano era una persona correcta y que mi hermano no hizo lo que le están acusando, mi hermano es una persona inocente de lo que están hablando», afirmó Jenny Carolina Capador en una entrevista con Reuters.
Las autoridades haitianas han asegurado que van a llegar hasta el fondo de la cuestión. «La persecución de los mercenarios continúa», dijo Charles. «Su destino está fijado: caerán en la lucha o serán arrestados».
Moise, de 53 años, que ocupó el cargo desde febrero de 2017, había enfrentado protestas durante mucho tiempo exigiendo su renuncia por acusaciones de corrupción, mala gestión económica y tácticas de mano dura para consolidar el poder.
Los enemigos de Jovenel Moise
El propio Moise había aludido a políticos y oligarcas corruptos a los que señaló de estar presuntamente detrás de los disturbios y que eran contrarios a sus ideas porque -argumentaba- estos sentían que sus intentos de limpiar los contratos gubernamentales y reformar la política haitiana iban en contra de sus intereses.
“Sabías contra quién estaba luchando el presidente”, dijo Martine Moise. “Estas personas contrataron mercenarios para matar al presidente y su familia por los proyectos de carreteras, electricidad, suministro de agua potable, organización del referéndum y elecciones.
“Los mercenarios que asesinaron al presidente están actualmente tras las rejas”, reconoció. «Pero otros mercenarios actualmente quieren matar su sueño, su visión, su ideología”, afirmó.
Confusión y llamados a la movilización
Jimmy Cherizier, uno de los líderes de pandillas más poderosos de Haití, prometió protestas callejeras, informó la agencia Reuters. El ex policía y jefe de la federación de pandillas G9, culpó a la policía y a los políticos de la oposición por la muerte de Moise.
«Fue una conspiración nacional e internacional contra el pueblo haitiano», dijo en un video. «Le decimos a todas las bases que se movilicen, que se movilicen y que salgan a las calles para que se arroje luz sobre el asesinato del presidente».
No han sido esclarecidas las motivaciones detrás del magnicidio
Las autoridades haitianas no han revelado el motivo del asesinato, aunque aseguraron que el escuadrón de asalto fuertemente armado incluía a 26 colombianos y dos haitiano-estadounidenses.
Eljefe de la Policía Nacional de Haití, Léon Charles, dijo a los periodistas el jueves que 17 sospechosos, dos haitiano-estadounidenses y 15 colombianos, habían sido detenidos, tres sospechosos habían sido asesinados y ocho seguían prófugos.
La policía colombiana dijo el viernes que se cree que al menos 13 ex soldados colombianos estuvieron involucrados.
El Departamento de Estado de Estados Unidos no ha confirmado los informes de que dos ciudadanos estadounidenses están detenidos. Funcionarios estadounidenses dijeron el viernes que estaban desplegando personal del FBI y del Departamento de Seguridad Nacional en Puerto Príncipe para ayudar con la investigación.
Actual lucha por el poder
Moise había nombrado el lunes, dos días antes del asesinato, al neurocirujano Ariel Henry como primer ministro. Esta semana Henry dijo que él debe liderar la nación y no el primer ministro en funciones, Claude Joseph. Además dijo Henry que está formando un gobierno para liderar el país.
«Tras el asesinato del presidente, me convertí en la máxima autoridad, legal y regular, porque había un decreto nombrándome», dijo Henry a la agencia Reuters en una entrevista telefónica el viernes.
Henry no había jurado su cargo para sustituir a Joseph al momento del asesinato, lo que ha creado confusión sobre quién es el líder legítimo de Haití. Joseph, que había sido nombrado primer ministro interino en abril tras la dimisión de Joseph Jouthe, ha tomado las riendas del poder, encabezando la respuesta del gobierno al asesinato, solicitando el apoyo de Estados Unidos y declarando un estado de emergencia por 15 días.
El ministro de Elecciones, Mathias Pierre, dijo que Joseph mantendría esa función hasta que se celebren elecciones presidenciales y legislativas el 26 de septiembre.
Sin embargo, Henry dijo que el nuevo gobierno que está formando crearía un nuevo consejo electoral y que ese cuerpo determinaría una fecha para las elecciones. «No sé en qué fecha serán, lo único que sé es que no podemos tardar demasiado en hacer estas elecciones. Tenemos que hacerlas lo antes posible», dijo Henry.
El Senado de Haití, que actualmente cuenta con apenas un tercio de sus 30 senadores habituales, nombró el viernes a su titular, Joseph Lambert, como presidente interino, según un documento revisado por Reuters.
Henry dijo que estaría «dispuesto a dirigir el país con todos los que quieran colaborar» cuando se le preguntó si estaba dispuesto a gobernar junto a Lambert.
La Constitución de Haití de 1987 estipula que el jefe del Tribunal Supremo debe asumir la presidencia interina. Pero las enmiendas que no son unánimemente reconocidas establecen que sea el primer ministro o, en el último año de mandato de un presidente -como fue el caso de Moise-, que el Parlamento elija un presidente. El jefe del Tribunal Supremo falleció el mes pasado tras contraer COVID-19. Tampoco hay un Parlamento en funciones, ya que las elecciones legislativas previstas para finales de 2019 se pospusieron en medio de la agitación política.