Redacción / IP Nicaragua
Matagalpa está en pie desde antes de la colonización española y es de las pocas ciudades que se encuentra en el mismo lugar desde su fundación.
Conocida como Matagalpa, Molaguina, Solingalpa y Guanuca, igual su lengua, su espíritu guerrero y alma indomable con que conquistaban el respeto de otras tribus y pueblos del resto de Nicaragua.
El joven antropólogo e historiador, Paul Cruz Olivas, considera que los registros sobre «Perla del Septentrión» datan del año 1615 cuando llega el conquistador Gabriel De Texeria.
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“Los misioneros católicos llegaron a Sébaco donde iniciaron el proceso de cristianización”, explicó el historiador.
Después fueron subiendo sobre las aguas del río Grande de Matagalpa hasta llegar al sitio en que se fundaría la futura “Perla del Septentrión”.
Afirmó que existe un censo muy anterior a la llegada de Texeria, que data desde 1581.
“Es el censo más antiguo que tenemos de las tres parcialidades (Matagalpa, Molaguina y Solingalpa), separadas cada una como por diez cuadras de la actualidad”, precisó Cruz Olivas.
En los registros oficiales se nombra la Villa de San Pedro de Matagalpa de 1803.
“Ya contaba con una población considerable, la catedral, los primeros intentos para construir lo que sería el barrio de Laborío, junto a la comunidad indígena y el barrio de Guanuca”, dijo el historiador.
Los misioneros
Explicó que los misioneros religiosos fueron primero los mercedarios y después los Jesuitas, quienes dejaron una huella imborrable en la Villa de San Pedro.
A criterio del experto, Matagalpa deja de ser villa y se convierte en ciudad, gracias a su participación en la batalla de San Jacinto en 1856.
“Matagalpa fue la capital provisional del país en la guerra contra Walker, pero una vez que éste fue
derrotado por la unión de los nicaragüenses, el 14 de febrero de 1862, el gobierno de Nicaragua, por medio del congreso, eleva la Villa de Matagalpa a la categoría de ciudad”, argumentó.
A partir de ese momento inicia la división política de Matagalpa como departamento, así como de Jinotega y Chontales, apuntó Cruz Olivas.
Matagalpa está cimentada sobre un valle con montañas como el macizo Apante y El Calvario.
El Río Grande cruza su casco urbano, con un relieve accidentado, más su población de origen indígena, al que se le añadieron los españoles, inmigrantes europeos y de otros puntos del país como Masaya, León, Managua, Granada, Costa Caribe, entre otros.
Interés económico
Desde siempre Matagalpa fue de interés económico para la Corona Española, para los criollos, las migraciones extranjeras y para el estado como tal.
En la opinión de Paul Cruz ese primer interés se fijó en la explotación del oro, cobre y hierro por medio de la minería.
Ya para 1860 empieza el auge del café como motor económico de Matagalpa con las primeras fincas en San Ramón y en 1880 el grano de oro se vuelve masivo y después las hortalizas, las flores, granos básicos, cacao, entre otros rubros”, anotó Cruz.
Personajes
La historia de Matagalpa no puede ser contada sin recordar a las personas que la forjaron desde sus barrios o desde el poder, pero que en igual medida la han honrado con sus acciones, dichos y andanzas.
Para el historiador matagalpino Uriel Cardoza Sánchez, administrador de la página de Facebook “Matagalpa andando ayer y hoy”, dedicada al rescate de la historia de la ciudad, recuerda a diferentes personajes.
Uno de ellos Benito Morales, quien fue Jefe de Estado de Nicaragua en 1833, senador y prefecto. Bartolomé Martínez, quien fue Presidente de Nicaragua entre 1923 y 1924, “el presidente más pobre y honrado que salió de Matagalpa,” asegura Cardoza.
“Hay que mencionar a don Matías Baldizón Morales, prefecto del departamento de Matagalpa, y manejador económico para la construcción de la Catedral, Ivania Navarro Genie, Miss Nicaragua 1976, la primera que llegó entre las 10 finalistas de Miss Universo.
Acerca de los personajes pintorescos, el historiador describe a “Marcos Tapa” o Marcos Leiva, recordado por su facilidad para inventar historias y hechos.
A don “Pedro Cosita” o Pedro Bracamonte, una persona muy respetuosa para hablar, pulcro para vestir y delicado en el trato con la gente.
En Matagalpa se destaca la historia de don Tomás Pravia, conocido como “Colocho”, un anunciador de muertos que con su vehículo de perifoneo informaba a la sociedad el deceso de algún matagalpino a cualquier hora.
“Cuentan que él mismo dejó grabado su propio anuncio mortuorio, con su propia voz, para que lo
divulgaran sus hijos como él lo hacía en vida”, expresó.
“Recuerdo a don Peña y sus semitas, las hermanas Morales y el aprendizaje de las primeras letras con ellas, a don Juan Morales, cuya casa hoy en día es el referente más conocido en la ciudad”, expresó.