* Ante el peligro de contagio por el contacto personal, varios profesionales de la medicina están ingresando al mundo digital para brindar sus conocimientos y atender a sus pacientes de forma segura.
Orlando Valenzuela / IP Nicaragua
Desde antes de declararse el nuevo coronavirus como una pandemia mundial, ya existían personas que ofrecían sus servicios profesionales desde sus casas utilizando las nuevas tecnologías informáticas, aplicaciones y redes sociales como Facebook, Instagram y Twitter.
Ante el peligro de contagio por el contacto personal, muchos profesionales de la medicina están ingresando al mundo digital para brindar sus conocimientos y atenciones a pacientes desde la comodidad y seguridad de sus hogares o clínicas privadas, resolviendo diversas situaciones de salud de una población que cada día va venciendo su apatía a la tecnología virtual. Pero la mayoría de la gente prefiere una cita personal, directa con su médico, a quien puede confiarle todas sus molestias y recibir ese trato familiar al que ya está acostumbrado.
El doctor Nery Olivas, especialista en Medicina Interna, está integrado a la plataforma de teleconsulta de E-salud llamada aliv.io, que ofrece un extenso directorio médico con especialistas y profesionales de la salud en diferentes especialidades y subespecialidades, según la necesidad del paciente.
«En lo personal, esta plataforma ha sido de poca utilidad, muy poco por ahora, pero pienso que en el futuro se va a hacer más útil, porque aunque la gente quiere que uno lo atienda en persona, a veces no se puede porque no se sabe que es lo que trae y uno no tiene equipos de protección en la consulta externa, no tenemos equipos de protección, solo mascarillas, un antifaz que se pone uno para protegerse la cara únicamente y entonces, si alguien viene infectado o contagiado, nos va a contagiar y no hay manera de parar eso, incluso de contagiar a otras personas, también hay contactos cruzados, que es cuando el médico después enferma a otra persona», señaló Olivas.
Uno de los problemas que enfrentan los profesionales al utilizar la plataforma de E-salud es la desconfianza del público a la hora de dar información personal y financiera.
«A la gente no le gusta dar datos personales, porque hay que inscribirse y tiene que poner todos sus datos, su nombre, número de cédula, incluso hasta su número de tarjeta de crédito, porque al final tiene que pagar la consulta y por eso no quieren llenar la hoja de inscripción, porque le da desconfianza», asegura Olivas.
Refiere que en el poco tiempo que tiene de usar la plataforma ya ha brindado consulta a gente de Guatemala, unos pocos casos de Europa, igual que en Nicaragua. En este país «la gente es más desconfiada con la cuestión de poner sus datos, yo les digo que eso queda registrado en un expediente electrónico, que incluso lo podemos compartir con otros médicos de la misma plataforma, no de afuera, o sea, que un paciente que pasa con un neurólogo, ese expediente queda allí y lo ve el otro médico que entra a atender ese mismo paciente, porque se puede interconsultar, no es lo mejor, porque lo mejor sería tenerlo en vivo, en físico, pero resuelve bastante», explica Olivas.
El internista cuenta que él también toma sus propias medidas de seguridad para evitar el contagio: «Yo solo estoy en la consulta externa, pero atendemos pacientes solo que ya son conocidos, los interrogamos antes de que vengan, pero a pesar de eso, el paciente puede venir aparentemente sano de enfermedades transmisibles, pero viene un con familiar y a lo mejor viene tosiendo o estornudando o es asintomático, es siempre problemático», reflexiona el galeno.
En cambio, una doctora de una clínica privada de la capital que pidió el anonimato, dijo que no está de acuerdo con las consultas médicas en línea.
«Eso de estar dando consultas por teléfono es una irresponsabilidad, porque jamás va a ser igual que uno vea al paciente, le tome la temperatura, le revise los ojos, la piel, la boca, le ponga el estetoscopio y le palpe el ritmo de su corazón, le tome la presión sanguínea, haga presión en el cuerpo y pregunte dónde le duele y conteste cada una de las interrogantes que el médico le hace al paciente, definitivamente, la consulta médica por teléfono o internet no creo que de buen resultado, para mí, tiene que ser presencial, no virtual», aseveró.
Por su parte, la odontóloga Patricia Avilés, señaló que en este momento está limitada a la atención de emergencia, pero cuando el odontólogo tiene las condiciones de bioseguridad adecuadas para no poner en riesgo tanto al paciente como al odontólogo y otros pacientes que asisten a la clínica, éste sigue trabajando, pero con menos intensidad.
«La mayoría que está trabajando lo hace siguiendo las orientaciones de bioseguridad requeridas por las organizaciones más serias y esto requiere un protocolo de equipos de protección y un personal de logística y comportamiento dentro del consultorio que es muy delicado, entonces, la mayoría están tratando de atender solo emergencias para evitar el riesgo de contagio», refirió.
Avilés opina que hacer consultas por teléfono puede solucionar algunas cosas, «pero la odontología es eminentemente práctica, estamos en un periodo de espera para los pacientes y para nosotros mismos, muchos están laborando, pero ya son decisiones muy personales de cada profesional, sí se pueden hacer consultas virtuales, pero generalmente nuestro trabajo es eminentemente práctico. Tenemos que hacer procedimientos para resolverle al paciente en la mayoría de los casos», explica la odontóloga Avilés.
El doctor Alejandro Lagos también da consultas por teléfono y por su página de Facebook, solo que de forma voluntaria, sin cobrar ni un centavo por su labor humanista.
«Mire la necesidad porque realmente el sistema de salud ha colapsado. Hasta ayer llevaba 73 atendidos, muchos de ellos con un agradecimiento máximo. Muchos me han dicho que llegue (a sus casas) que me van a pagar, pero ese no es el asunto, yo lo estoy haciendo de forma voluntaria porque he visto lo trágico que es ver el cuadro clínico y que vos estés en tu casa con miedo de ir a un hospital y con una incertidumbre de que te vas a curar o vas a salir en una bolsa plástica y nadie te va a ver y vas directo al cementerio. Entonces la gente no hallaba cómo y entonces yo puse mi aviso allí, ofreciendo mis servicios gratis y allí voy poniendo todos los barrios de donde me van saliendo las personas que yo les llamo covi-respiratorio. Para mí la máxima es: Todo paciente con problema respiratorio es covid positivo, mientras no me demuestre lo contrario, el PCR , es decir, la prueba que hacen rápido en el Minsa», señala lagos.
Asegura que hay personas que le llaman diciéndole que todos en su familia están contaminados, otros de forma individual en el barrio Andrés Castro, Villa Venezuela, Villa Libertad, 8 de Marzo, Monseñor Lezcano, Altagracia, Villa Don Bosco en Masaya, Diriamba, Carretera a León, Ciudad Sandino, hasta periodistas le consultan. A esa gente le da el tratamiento del covid, asegura.
«Lo que pasa es que el nicaragüense, hasta que tiene el agua hasta el cuello es que está buscando el salvavidas y esto no debe ser así, este covid es mortal y lo peor es que el medicamento se ha agotado en las farmacias, no hay. Yo repartí entre los primeros pacientes medicamento que no te deteriora la salud, pero que da sus reacciones secundarias, como diarrea, ganas de vomitar, te pone un poco decaído, pero te salva la vida”, asegura Lagos.
El médico cirujano empezó el jueves pasado y ya tiene más de 70 consultas, a quienes atiende de forma sistemática. «Es como si yo estuviera en un hospital con gente hospitalizada, es virtual, me llaman a las 9 de la mañana y me llaman a las 6 de la tarde y si hay un evento anormal en el día, inmediatamente me lo comunican y ya estamos cambiando el tratamiento, adecuándolo, gracias a Dios han respondido. Estuvo gente muy grave, la mayoría son mayores de 40 años en adelante”, contó.
Alejandro Lagos Espinoza se dio a conocer desde abril de 2018, cuando empezó a atender voluntariamente a decenas de muchachos heridos por las balas de la policía y paramilitares que reprimieron las manifestaciones contra las reformas al sistema de seguridad social.