En 20 años Nicaragua podría quedarse sin bosques, o al menos esa es la proyección que adelantan académicos, investigadores y ambientalistas consultados por la Voz de América, basados en estudios sobre la tala que se vive en este país centroamericano.
Los expertos alegan que «siempre ha habido falta de atención para el manejo racional de los bosques» y a esto se han agregado políticas «corruptas» que otorgan concesiones a empresas madereras que se encargan de talar incluso zonas protegidas en Nicaragua.
«El proceso de corrupción que existe en Nicaragua en el sector forestal genera un deterioro de las condiciones y la cobertura forestal a nivel de país», subraya a la VOA el ambientalista Amaru Ruiz.
Ruiz indica que actualmente Nicaragua tiene el 24 % de su superficie territorial con cobertura forestal, pero ha habido un aumento en el proceso de deforestación que ronda entre 140.000 y 170.000 hectáreas anuales de deforestación en el país.
«En 20 años, Nicaragua se quedaría sin los bosques actualmente en áreas reducidas considerablemente y en áreas protegidas», alertó Ruiz. Nicaragua es «uno de los países que más rápido se deforesta a nivel regional», sentenció.
El científico nicaragüense y ex asesor del gobierno de Daniel Ortega en temas ambientales Jaime Incer Barquero, menciona que «siempre ha habido una falta de atención para el manejo racional de los bosques» en el país.
«La gente corta lo que quiere cuando quiere y porque quiere. A veces consiguen o compran los permisos con alcaldes que realmente no reconocen la importancia del medio ambiente. Otros dueños realmente están cortando esos bosques en sus propiedades y hacen negocio con las maderas. No existe ningún control en ese sentido», lamentó Barquero.
El científico dijo que a la fecha no hay ningún programa de educación «de ningún gobernante, alcalde o jefe de provincia que realmente esté haciendo algo para favorecer la conservación de los últimos pinos que todavía nos quedan».
«Es un proceso progresivo que viene desde hace mucho tiempo. La capacidad del pino de regenerarse ha quedado muy por debajo de la cantidad de pinos que son cortados artificialmente para uso comercial. Yo estaría pensando que a la vuelta de 20 o 30 años, ya no vamos a tener pinales», agregó Barquero.
El gobierno de Ortega ha expuesto ante organismos internacionales que Nicaragua y sus instituciones «han sido ejemplares en la misión de cuidado de la Madre Tierra».
De hecho en marzo de 2024, el gobierno de Nicaragua reclamó al Secretariado del Fondo Verde del Clima, un mecanismo financiero de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, por el retiro de unos fondos millonarios destinados para contribuir a la protección y defensa de las reservas protegida en Nicaragua.
El gobierno de Ortega alegó que fue el primer país suscriptor de la Declaración Universal de los Derechos de la Madre Tierra y la Humanidad, «siendo también consecuentes con el reconocimiento de los derechos de propiedad de las Comunidades Originarias y Afrodescendientes».
No obstante, los expertos consideran que las políticas nicaragüenses en realidad son un «maquillaje» e indican que el panorama podría ser «desolador» en caso de que pase lo de Haití, donde la mayoría de bosques han desaparecido.
«Algo que ha pasado, sobre todo en países que han perdido sus bosques, como Haití, es que se genera una mayor pobreza y peores condiciones sociales. Los bosques en muchos países representan sitios turísticos y al no tener esas condiciones, esos servicios se pierden», lamentó el ambientalista Amaru Ruiz.