WASHINGTON, SAN JOSÉ, COSTA RICA —Las acciones del gobierno de Nicaragua contra los opositores políticos le han ganado el rechazo de líderes políticos latinoamericanos denominados «de izquierda», como Colombia, México, Chile y Argentina, quienes, según los expertos, estarían dejando atrás la “solidaridad ideológica”.
Recientemente, el presidente Daniel Ortega despojó de su nacionalidad a más de 300 opositores, algo que marcaría “la primera vez que los líderes de izquierda elegidos democráticamente se diferencian de los regímenes autoritarios, independientemente de su retórica ideológica”, dijo a la Voz de América Manuel Orozco, director de Migración, Remesas y Desarrollo del Diálogo Interamericano, un centro de análisis e intercambio político.
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“Nicaragua no es vista, ni interpretada, ni considerada como parte de la izquierda, sino como una dictadura común a la que las democracias no están preparadas para soportar”, agregó Orozco.
Entre los nicaragüenses despojados de su nacionalidad se encuentran varias personas exguerrilleras que combatieron junto a Ortega antes del triunfo de la revolución sandinista, como Dora María Téllez, por quien el gobierno de Chile, dirigido por Gabriel Boric, y el mandatario Andrés López Obrador, pidieron en reiteradas ocasiones su libertad, luego de ser detenida.
Boric fue el primero en reaccionar en la región tras enterarse que la poeta Gioconda Belli, el escritor Sergio Ramírez, entre otros, habían sido despojados de su nacionalidad. «No sabe el dictador que la patria se lleva en el corazón y en los actos, y no se priva por decreto», dijo Boric.
Un abrazo fraterno a Gioconda, Sergio, Sofía, Carlos y a todos quienes Ortega ha pretendido despojarlos de su nacionalidad nicaragüense. No sabe el dictador que la patria se lleva en el corazón y en los actos, y no se priva por decreto.
No están solos! https://t.co/7f8kMGwx1m
— Gabriel Boric Font (@GabrielBoric) February 18, 2023
Posteriormente siguió el mandatario de Colombia, Gustavo Petro, quien es un exguerrillero de tendencia izquierdista. Petro, por medio de la Cancillería colombiana expresó que «ha registrado con repulsión las medidas tomadas de manera arbitraria por Nicaragua contra ciudadanos de su país».
«Nicaragua no es vista ni interpretada como parte de la izquierda, sino como una dictadura que las democracias no están preparadas para soportar», Manuel Orozco, de Diálogo Interamericano.
El «único delito» de los opositores «ha sido defender la democracia, el derecho a la crítica y los derechos humanos universales», destacó el Ministerio de Relaciones Exteriores.
Son izquierdas que apuestan por los derechos humanos: socióloga
De acuerdo con la socióloga nicaragüense y feminista María Teresa Blandón, «se ha visto un protagonismo muy claro de gobiernos de izquierda» en la crisis de este país centroamericano.
«Estamos hablando de unas nuevas izquierdas que como lo ha dicho el presidente de Chile, Gabriel Boric, que tienen una apuesta por la paz, tolerancia y pluralidad de ideas, y derechos humanos, creo que eso nos da esperanza», subrayó la socióloga a la VOA.
Ryan Berg, director del Programa de las Américas del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, comenta que en Nicaragua «hay pocas razones políticas para que los gobiernos de izquierda defiendan a Ortega”.
A su juicio, este es un gobierno que comete graves violaciones a los derechos humanos, que ha cometido crímenes de lesa humanidad. «Nicaragua no ofrece más que dolores de cabeza para los gobiernos de izquierda en América Latina”, indica Berg a la VOA.
Argentina, gobernada por Alberto Fernández, de tendencia izquierdista, también ha ofrecido apoyo a los nicaragüenses afectados con las últimas decisiones de Ortega relacionadas a la nacionalidad de los opositores.
En ese sentido, la diputada argentina Luciana Echevarría, del Partido de Socialista de ese país, dijo vía zoom a la VOA que «es algo positivo que se les otorgue la ciudadanía», sobre todo viniendo de Argentina, que a su juicio «ha tenido una posición tibia y vacilante con lo que viene sucediendo en Nicaragua».
«No habíamos logrado una decisión firme del gobierno argentino catalogando al régimen de Ortega como lo que es, una dictadura… y esto no fue una reacción espontánea del gobierno, sino surgió fruto de la presión de intelectuales, artistas, reclamando un gesto hacia esas personas», indicó.
Según Echevarría, hay que seguir «condenando todos con fuerza a la dictadura Ortega Murillo para que se régimen caiga».
Izquierda debe ser progresista
Manuel Orozco, del Diálogo Interamericano, asegura que la izquierda latinoamericana actual “tiene claro que su agenda progresista debe ser pragmática y consistente con las demandas de la gente en la sociedad moderna”, por ejemplo, mejor acceso a servicios públicos, particularmente en salud y educación.
“Los países que se separan de eso se enfrentan a la protesta social, que es lo que se ve aumentar en México, o se observó con el referéndum chileno, por ejemplo”.
Estas diferencias entre los líderes, también responderían a la idea de que la izquierda en América Latina es heterogénea, desde Venezuela y Cuba hasta Chile, apuntó Benjamin N. Gedan, director del Programa Latinoamericano del Wilson Center, un centro de estudios en Washington D.C.
Gedan catalogó como un hecho “afortunado” que Ortega pareciera haber perdido casi todo el apoyo de gobernantes latinoamericanos de izquierda.
“Aunque Ortega conserva importantes aliados internacionales, incluida China, su aislamiento regional debería ayudar a presionar a su régimen para que reconsidere la represión de la oposición política, a los medios de comunicación independientes, la Iglesia católica y otros elementos importantes de la sociedad civil nicaragüense”, concluyó.
Con información de la Voz de América