* La cifra de fallecidos es superior al registrado en las guerras de Corea, Vietnam y durante los ataques terroristas del 11 de septiembre.
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Estados Unidos ya suma más de 100,000 muertos por Covid-19, según el conteo de la Universidad de Johns Hopkins. Esto mientras el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, considera que se ha hecho un buen manejo de la epidemia en el país.
Los estados siguen flexibilizando sus medidas de distanciamiento social en un momento en el que la cifra de contagiados se acerca a 1.7 millones.
Las más de 100,000 muertes y 1,692,786 casos que la Universidad Johns Hopkins registra para EE. UU. están muy lejos de los 37,549 decesos que ha confirmado Reino Unido -el siguiente país del conteo- y de los 391,222 casos de Brasil- el que sigue en número de contagios.
La cifra de fallecidos es superior al total de vidas estadounidenses perdidas en las guerras de Corea, Vietnam y durante los ataques terroristas del 11 de septiembre y es el extremo inferior de la proyección que hizo la Casa Blanca el pasado mes de abril.
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En aquel momento el Gobierno advirtió que el virus podría causar entre 100,000 y 240,000 decesos, incluso se si tomaban las medidas preventivas de distanciamiento social que impulsaba el Gobierno federal. Tras conocer el pronóstico de su comité de expertos, el presidente Donald Trump -que se ha mostrado siempre más optimista- dijo que no habría más de 60,000 muertos. Más tarde, calculó que se perderían entre 100,000 y 110,000 vidas.
Sin embargo, las estimaciones de investigadores independientes son incluso mayores a las oficiales.
CÁLCULOS PESIMISTAS
Un experto en salud pública de Harvard dijo que los cálculos que él espera que sean “pesimistas” apuntan a que durante el verano podrían fallecer hasta 100,000 enfermos de Covid-19 más. Por su parte, el Instituto de Métricas y Evaluaciones de Salud (IHME) de la Universidad de Washington calcula que para principios de agosto EE. UU. ya habrá superado las 131,000 muertes.
Pese al aumento de la cifra de fallecimientos, ahora más sostenido, la Casa Blanca ha instado reiteradamente a retomar la actividad económica. Trump incluso se ha mostrado a favor de quienes protestan en contra de las medidas de seguridad de los estados y recientemente ha nombrado “esenciales” los lugares de culto para forzar su “reapertura”.
El mandatario tuiteó el domingo que los “casos, cifras y muertes” estaban cayendo en todo Estados Unidos, a pesar de que los datos no evolucionan de la misma manera en el conjunto del territorio nacional. Mientras que en Nueva York -epicentro estadounidense de la pandemia- sí se ha visto una tendencia a la baja, la curva de contagios de estados como California sigue siendo estable y las áreas rurales probablemente no se han enfrentado aún a los efectos más severos de la pandemia.
Desde que el pasado 6 de febrero se confirmara la primera muerte por COVID-19 en Estados Unidos, han muerto una media de 900 personas por día como consecuencia de la enfermedad.
No obstante, las más de 100,000 muertes registradas hasta este miércoles podrían no ofrecer una fotografía completa de la situación en el país ya que algunas víctimas murieron en sus casas y nunca se hicieron un test para detectar el virus. Además, los estados no siguen el mismo método en el conteo de los casos.
La diferencia en las estimaciones y la falta de preparación ponen en evidencia que, a pesar de que la ciencia trabaja a contrarreloj, aún hay un amplio desconocimiento del efecto del virus en las comunidades. Muchos expertos en salud pública están abogando por un buen sistema de pruebas y de rastreo para poder observar más de cerca lo que está por venir.