El pícher nicaragüense lanzó cinco entradas de solo una carrera y dos imparables ante los Filis de Filadelfia.
Harold Briceño Tórrez
Desde su única aparición con los Medias Rojas de Boston el 16 de abril del 2019, Erasmo Ramírez no había subido a un montículo de Grandes Ligas, hasta que este lunes los Mets de Nueva York le dieron la oportunidad de debutar en la actual temporada, acto de confianza al que respondió con una tremenda faena monticular de cinco entradas en las que admitió solo una carrera y dos imparables.
Erasmo, quien viene de recuperarse de Covid-19, lució como quien ha estado actuando sin pausa en el mejor beisbol del mundo. Salvo ese parpadeo ante J.T. Realmuto, quien le conectó jonrón en el episodio número cinco, todo le salió bien. Incluso pudo ganar un juego que recibió perdido, pero el relevo de los Mets le impidió debutar con victoria. Fue un regreso categórico y hasta propiciador de nuevas oportunidades para el nicaragüense, que demostró lo útil que puede serle al equipo.
Ramírez, quien firmó con los Mets un contrato de Ligas Menores y que tras una tremenda pretemporada hasta ahora recibe la oportunidad de debutar en el equipo grande, lució controlado ante el bateo de los Filis de Filadelfia, a quienes no otorgó bases por bolas a lo largo de cinco entradas completas, y les pasó por la zona de strike 34 de los 54 lanzamientos que les realizó. Fue un trabajo por encima de las expectativas para quien viene de una año y cinco meses sin lanzar en el máximo nivel del beisbol.
Out por out
Erasmo subió al montículo en la tercera entrada, como relevo de David Paterson, a quien los Filis le fabricaron cinco carreras en las dos primeras vueltas. Frente a Ramírez, ese bateo de Filadelfia que parecía estar en plan grande, fue reducido a la nada. En ese tercer episodio, el rivense presentó sus credenciales de pícher serio al retirar en fila a los tres que enfrentó: Didi Gregorius, Phil Gosselin y Alec Bohm. Luego en el cuarto capítulo, también liquidó en orden a Kyle Garlick, Andrew McCuthchen y a Rhys Hoskins.
El quinto inning lo abrió dominando al peligroso Bryce Harper,y justo cuando su dominio parecía inalterable tras retirar a siete hombres en fila, apareció J.T. Realmuto para sacudirlo con un jonrón que en ese momento puso la pizarra 6-0. Acto seguido, Jean Segura le pegó sencillo, sin embargo, evitó un peligro mayor al dominar en roletazo para doble play a Gregorius. Ahí comenzó otra hilera de siete rivales retirados una tras otro.
En el sexto capítulo apagó a Gosselin, a Bohm y a Garlick, mientras que en el séptimo dominó en línea a la tercera base a McCutchen, ponchó a Hoskins y silenció nuevamente a Harper. Así terminó un trabajo que le permitió dejar su efectividad en 1.18 y que a la vez le garantizó continuar en Grandes Ligas, a la espera de oportunidades que le permitan establecerse en el cuerpo de lanzadores de los Mets.