Martha Patricia es una nicaragüense que en 2007 dio a luz a su «único hijo» y vivió en carne propia violencia obstétrica, una forma de violencia que sufren las mujeres al momento de dar a luz por parte del personal de la salud, que se ha «normalizado» y que en muchos países está «invisibilizada» y casi nadie habla.
“En 2007 di a luz a mi hijo y el día del parto yo no lo quiero recordar. Me di cuenta que no quería volver a repetir esa mala experiencia. El parto fue horrible y yo dije que no volvía a parir”, dijo Martha Patricia a IP Nicaragua.
Al momento del parto, Martha Patricia recibió «malos tratos del personal» que la recibió en un hospital público en Managua. Recuerda muy en especial a la ginecóloga que la atendió y que en varias ocasiones le gritó durante el nacimiento de su hijo.
«Yo llegué con dolores (contracciones) y eso me restó fuerzas. Esa doctora en tono elevado me dijo cómo era posible que no pudiera pujar, ‘si no me costó abrir las piernas para tener hombre’. Eso fue traumático para mí”, recuerda Martha Patricia.
El hijo de Martha Patricia ahora tiene 16 años y pese a que ha pasado más de una década todavía recuerda ese episodio como si fuera ayer. «Fueron muy groseros», repite.
«Yo les decía que no podía pujar más, pero eso no les importó y lo peor que aquí no hay dónde denunciar ese tipo de cosas», señaló Martha Patricia.
Poco se habla de violencia obstétrica
En Nicaragua muy poco se habla de la violencia obstétrica, pero en los últimos años se han identificado prácticas médicas que atentan incluso contra la vida de las mujeres.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en su informe “Violencia y discriminación contra mujeres, niñas y adolescentes: buenas prácticas y desafíos en América Latina y en el Caribe”, confirma que han recibido información sobre el trato que muchas mujeres sufren al momento del parto.
Es un «trato irrespetuoso y ofensivo durante el parto, que viola los derechos de las mujeres a una atención respetuosa y amenaza sus derechos a la vida, la salud, la integridad física y la no discriminación», refiere la CIDH.
El organismo de derechos humanos explica que «no existe una definición jurídica del concepto de violencia obstétrica» en el marco del derecho público internacional.
«La violencia obstétrica abarca todas las situaciones de tratamiento irrespetuoso, abusivo, negligente, o de denegación de tratamiento, durante el embarazo y la etapa previa, y durante el parto o postparto, en centros de salud públicos o privado», señala la CIDH.
Tipos de violencia durante el parto
En el informe la CIDH, tras advertir que la violencia obstétrica es una «práctica normalizada y común que se ha mantenido invisibilizada por una gran parte de los países de la región», identifica varias formas en las que el personal de salud viola los derechos de las mujeres.
- Trato deshumanizado: dejar a mujeres parturientas esperando por largas horas, inmovilización del cuerpo, partos sin anestesia.
- Abuso de medicalización y patologización de los procesos fisiológicos: prácticas invasivas, medicalización injustificadas.
- Maltrato psicológico: burlas, humillaciones, omisión de información, infantilización.
- Procedimientos no urgentes realizados sin el consentimiento de las mujeres: esterilizaciones, el llamado “punto del marido”, entre otros.
Este tipo de violencia encierra «concepciones machistas y estereotipadas sobre el rol de las mujeres, su experiencia de la maternidad y sobre sus cuerpos y por tanto, representa una forma de discriminación
contra ellas», advierte la CIDH.
Para la Comisión es necesario «mejorar la atención humanizada del parto y el nacimiento» en todos los países.