Economía informal en Nicaragua mantendrá igual o peor los niveles de pobreza

Mientras el estado no invierta seriamente en educación, y las crisis sociopolíticas mantengan estancada a Nicaragua, la pobreza y la desigualdad seguirán escalando a niveles alarmantes, consideran analistas consultados por IP Nicaragua.

Redacción/ IP Nicaragua

Los actuales niveles de pobreza que prevalecen en Nicaragua se deben en parte a que la economía nicaragüense desde hace unos 40 años migró desde una estructura formal a una informal, asegura el economista Luis Murillo.

“Es decir que la mayor parte de la actividad económica es informal, entonces ¿Qué se está haciendo mal? Lo primero es la falta de aplicación de políticas económicas que verdaderamente incentiven el sistema económico, segundo se han venido generando una serie de crisis sociales y políticas que no han permitido crear las condiciones adecuadas para un desarrollo económico”, indicó Murillo.

Murillo asegura que antes del 2018, el mercado informal de Nicaragua era del 75%, en cambio ahora se encuentra en un 83%.

“Eso significa que el país está funcionando bajo la lógica de una economía de subsistencia, donde las personas realizan actividades económicas marginales que les permiten sobrevivir pero que no están aportando verdaderamente a un crecimiento o un desarrollo económico del país”, argumentó Murillo.

Además, el economista indicó que cada vez se observa un nuevo nivel de desigualdad porque surgen nuevos ricos, que están acumulando grandes cantidades de riquezas y la población está empobreciéndose.

La pobreza en las comunidades indígenas es mucho mayor que en la zonas urbanas.

“Solo en los últimos 3 años, los niveles de pobreza aumentaron de un 28% a un 33%, pero en la práctica mientras en Nicaragua y en los países centroamericanos no resolvamos el problema social y político, no vamos a mejorar los niveles de crecimiento y desarrollo ni vamos a bajar los niveles de pobreza y persistirá la desigualdad social”, consideró Murillo.

Otros aspectos que son importantes considerar para hacer una reducción sostenible de la pobreza en la sociedad, tiene que ver con las realidades en las que estamos viviendo, considera el especialista en Empleabilidad Juan Manuel Sánchez.

“El 68% de la población actualmente en Nicaragua tiene menos de 35 años, eso significa que es una población eminentemente joven y si nosotros como sociedad, como gobierno, como sector privado, como academia, como sociedad civil, no tomamos las medidas necesarias para garantizar una formación de este capital humano, entonces no estaremos haciendo nuestra tarea para que el futuro de Nicaragua sea menos pobre, porque el futuro está en los jóvenes”, expresa Sánchez.

El especialista en temáticas educativas expone que en los próximos años Nicaragua tendrá una mayor población económicamente activa joven que estará buscando empleos dignos y decentes.

“Sin embargo, debemos entender que los jóvenes son el presente de Nicaragua y que se les debe crear la igualdad de condiciones para que accedan a educación, a protección social, a salud y a todos los derechos y recursos suficientes para que ellos puedan desarrollarse plenamente como ser humano”, considera Sánchez.

Otro punto a considerar según Sánchez es que la población nicaragüense es en su mayoría mujeres, aproximadamente un 52% de la población, por tanto, indica que es importante que, en todos los planes, programas, políticas públicas y proyectos, se logre incorporar el enfoque de género.

Invertir en educación para salir de la pobreza, ha sido una de las recomendaciones de los especialistas a los gobiernos.

“Es importante desarrollar acciones positivas para que más mujeres participen de la vida económica y la vida cívica de las comunidades, y que más mujeres logren acceder a recursos que les permita tener un crecimiento económico pero también un desarrollo humano integral”, afirma Sánchez.

Además de todo el tema de la inclusión de las mujeres y priorización de los jóvenes, Sánchez destaca que también hay un gran capital humano en todos los adultos y que existe un gran potencial en las minorías étnicas y personas con discapacidades, y que se deben desarrollar y programas y políticas públicas que sean específicas para atender estos temas y estos desafíos, de lo contrario la sostenibilidad en la reducción de la pobreza será deficiente.

“Si no hay empleo, ni educación, y no genero ingresos y no puedo consumir, no tengo cómo llevar comida, se afecta la seguridad alimentaria de mi familia y probablemente esto podría llegar a lanzar a muchos jóvenes a unirse a la violencia y el crimen como el único mecanismo que les queda para acceder a un ingreso”, advirtió Sánchez.

Inversión en educación es vital

El especialista en Emprendimiento, recordó que la investigadora Yoka Brant, en un reporte de Unicef del año 2015 llamado: La educación, la inversión más poderosa en nuestro futuro, indica que hay evidencia que por cada año adicional de educación que completan los adultos jóvenes, la tasa de pobreza del país disminuye en un 9% y el PIB aumenta en un 18%.

“Por eso es importante que, como un elemento básico para la reducción de la pobreza, a nivel de las políticas públicas, invertir en educación, porque esos estudios que están desde el 2015 dan evidencias fehacientes sobre el retorno de esa inversión en términos de reducción de la pobreza y de un crecimiento económico, que acompañado de otras políticas sociales, como la de inclusión, protección social y ambientales, hacen que el crecimiento económico sea sostenido en el tiempo”, aseveró Sánchez.

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