Voz de América
Las reacciones al esperado primer discurso del año del presidente Daniel Ortega en Nicaragua no se han hecho esperar, específicamente cuando el mandatario ofreció a la empresa privada un acuerdo nacional después de las próximas elecciones generales previstas para noviembre.
Analistas políticos consultados por la Voz de América consideran que el presidente está menospreciando el proceso electoral y dando por sentado su permanencia en el poder.
Oscar René Vargas, quien fue cofundador del Frente Sandinista y en su momento salvó la vida de Ortega de un operativo de la Guardia de Somoza, dijo a la Voz de América que el exguerrillero pretende permanecer en la presidencia del país y sostenerse con el mismo modelo de “diálogo y consenso” con la empresa privada.
“Promete al gran capital un diálogo nacional después de las elecciones de noviembre del 2021, dando por hecho su reelección, es decir, está proponiendo nuevamente la estrategia de relación capital privado- gobierno, es decir reactivar la alianza Ortega-gran capital”, señaló el analista.
Según Vargas, los representantes del “gran capital” apuestan todo a las elecciones de noviembre 2021 y el debate se centra en qué casilla, cuáles candidatos y en los miembros de la coalición electoral.
“Ya no se habla sobre la necesidad de impulsar la resistencia social para lograr los cambios necesarios, lo cual ha producido y puede producir una mayor desmotivación y desesperanza de sectores juveniles y de los ciudadanos en general”, añadió.
Su análisis sugiere que los representantes del poder económico tradicional están intentando nadar en dos ríos, como diciendo: “queremos modernizar el estado sin modificar las estructuras mismas de la economía, queremos que la política sea diferente sin cambiar la jerarquización del poder tradicional¨.
Y eso, a su criterio, simplemente no funcionará. Es un callejón sin salida.
Mientras, los opositores políticos mostraron su descontento con el discurso, apuntando a que no aporta elementos significativos para resolver la crisis de credibilidad del Consejo Supremo Electoral y por el contrario se encamina a un posible “robo de las elecciones”.
Juan Sebastián Chamorro, integrante de la Alianza Cívica, argumentó que se trata de “una total intención de minimizar que estamos en un año electoral y que va a haber un proceso electoral, tiene el objetivo de desmotivar y crear una impresión de que se las quiere robar”.
En las calles de Managua, las reacciones son encontradas. José Morales, integrante de la Juventud Sandinista del Barrio Camilo Ortega, mostró su apoyo a las propuestas presidenciales.
“Yo creo que las otras partes deben ponerse de acuerdo ya con el comandante para llegar a un acuerdo y que Nicaragua siga adelante, porque el comandante ha hecho las cosas muy bien por el país”, dijo el joven, quien organiza las actividades locales del partido.
Ortega prometió reformas electorales hasta el mes de mayo, complementando así lo que han expresado diputados sandinistas al explicar que las discusiones comienzan desde febrero hasta abril para ser aprobadas en mayo 2021.
Las discusiones serán con los partidos con personería jurídica, dejando de lado a los movimientos sociales, principales abanderados de las protestas de abril de 2018 y los analistas advierten que el país está frente a uno de los procesos electorales más complicados de su historia.