Mujeres plantan cara a la crisis y emergen con iniciativas de autoempleo en Nicaragua

  • “Ante cualquier ambiente, por desafiante que sea, las mujeres utilizan su creatividad, generan soluciones, se adaptan de forma más eficaz, mantienen una actitud más positiva y de seguridad en lo que hacen, en comparación a la mayoría de los hombres”, considera Juan Manuel Sánchez, especialista en temas de Emprendimientos.

Redacción/ IP Nicaragua

El ánimo emprendedor de María Lourdes Aragón no se ha visto interrumpido ni por las malas noticias surgidas en el contexto de la pandemia del coronavirus.

Al contrario. Parece que se le despierta aún más.

En enero del año pasado María Lourdes se aventuró con Ideas Sublimación Creativa. Un negocio dedicado a ofrecer servicios de personalización de artículos publicitarios, casi de cualquier cosa.

“Te ofrecemos elementos promocionales y personalizables con buen impacto visual, de acuerdo a tus necesidades”, indica la publicidad en la página de Facebook del negocio.

En las fotografías compartidas en redes sociales se pueden apreciar tazas, mascarillas, uniformes, estolas, llaveros, bolsos, camisetas y otros artículos, todos con la sublimación de algún texto o imagen solicitado por los clientes.

Luego en marzo del mismo año pasado, cuando se decretó a nivel mundial la emergencia sanitaria por el coronavirus, María Lourdes empezó junto a su hermana otro negocio llamado Delicias Mamalú, dedicado a elaborar pasteles y  postres.

Tanto el negocio de la sublimación gráfica como el de elaboración de postres surgieron en los primeros tres meses del año pasado, en medio de las alarmantes noticias sobre el peligro del Covid-19, sin embargo, ambos mantienen activos hasta ahora.

Antes de iniciar ambos negocios en el 2020,  María Lourdes ha manejado por 15 años otro negocio: Crea Variedades Aragón, dedicado a la organización de eventos, planeación de bodas y manualidades.

Carpintera por necesidad

Aragón considera que no ha enfrentado ninguna dificultad al momento de echar a andar sus ideas de negocios.

Después de 14 años de manejar un negocio sobre planeación de bodas y eventos, María Lourdes se lanzó el año pasado a echar a andar dos nuevas ideas de negocio, en medio de la crisis sanitaria por el Covid-19. (Foto Cortesía)

Más bien asegura que por el hecho de ser mujer se ha visto impulsada a estudiar cosas que se supone son para varones y que ese conocimiento lo utiliza en sus mismos emprendimientos.

“Hasta que me ven trabajando, los hombres creen las cosas. Por ejemplo, yo soy carpintera, tuve que sacar un curso de carpintería porque dependía mucho de un carpintero para hacer cotizaciones y muchas veces por ser mujer, como decimos, me querían dar vuelta con los precios”, relata Aragón.

Mucha gente cree que uno emprende por hobby y no como lo que es: un proyecto de vida, expresa esta capitalina que se abre paso en medio de tiempos de pandemia.

Además, nos comparte el secreto de una mujer para no rendirse ante un emprendimiento.

“Creo que más que todo es la fuerza de voluntad, la perseverancia y ver materializado lo que uno tiene en mente. Las mujeres somos tercas: cuando se nos mete algo en la cabeza, mientras no lo tengamos, no se nos quita, entonces esa misma terquedad y ser obstinada, que para mucha gente es un defecto, para nosotras al momento de emprender es una fortaleza”, afirma Aragón.

Cada vez que puede María Lourdes aconseja a otras mujeres de no quedarse con las ganas de emprender.

“Algunas mujeres piensan que sin la ayuda de un hombre no pueden echar a andar un negocio, pero eso no es verdad. Yo no soy casada, todo lo he hecho sola y se puede. Mi madre fue madre soltera y se hizo cargo de mi hermana, de mi abuela y de su hermano menor, entonces más bien he tenido ese ejemplo de que una mujer todo lo puede hacer y que no dependa de nadie”, expresa.

Ella opina que el mayor problema de una mujer es la crianza de padres con pensamientos machista y limitantes.

“Antes que un hombre me discrimine por ser mujer, creo que lo que más influye es el condicionamiento con el que pudo crecer una mujer. Se trata del chip que le metan a la mujer en la cabeza, porque conozco mujeres que no tienen a un hombre cerca que las limite, pero ellas mismas se limitan porque no tienen ese pensamiento de que sí pueden hacer las cosas o piensan que todo el tiempo tienen que tener la aprobación de otras personas”, reflexiona María Lourdes.

Pandemia más dura para mujeres

Mientras Aragón lograba emerger en medio de la crisis sanitaria, en Nicaragua y en el resto del mundo, ocurría la pérdida empleos como consecuencia del cierre de empresas y negocios, provocando una fuerte salida de mujeres de la fuerza laboral, quienes, por atender las demandas de cuidados en sus hogares, no retomaron la búsqueda de empleo, indica un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), publicado en febrero pasado.

En ese estudio titulado La Autonomía económica de las mujeres en la recuperación sostenible y con igualdad, se revela que la crisis generada por la pandemia del COVID-19 impactó negativamente en la ocupación y en las condiciones laborales de las mujeres en América Latina y el Caribe, generando un retroceso de más de una década en los avances logrados en materia de participación laboral.

Un grupo de mujeres recibe un taller sobre manualidades impartido de forma gratuita por María Lourdes Aragón. «Es una manera de agradecer a Dios por todo lo que me ha dado», expresa la propietaria de Crea Variedades Aragón. (Foto Cortesía)

Según el documento, la tasa de participación laboral de las mujeres se situó en 46% en 2020, mientras que la de los hombres en 69% (en 2019 alcanzaron un 52% y un 73,6%, respectivamente).

En 2020, explica el estudio, se registró una contundente salida de mujeres de la fuerza laboral, quienes, por tener que atender las demandas de cuidados en sus hogares, no retomaron la búsqueda de empleo.

Diversos estudios de organismos internacionales ya habían demostrado que al momento de una crisis o emergencia de cualquier tipo, son las mujeres las primeras que salen del mercado laboral y las últimas en volver.

Con más carga en la casa

“Por ejemplo, cuando los niños dejaron de ir a la escuela y empezaron a estudiar desde la casa, o el cuido especial hacia las personas de la tercera edad, eso ha significado una mayor carga para la mujer dentro del hogar y eso puede en alguna manera retrasar la decisión de las mujeres para reintegrarse después a un empleo”, indica Juan Manuel Sánchez, especialista en temáticas educativas para el empleo.

Explica además que existen serios problemas estructurales en el mercado laboral nicaragüense. Uno de ellos es que el reclutamiento de personal ocurre más por referencias personales, es decir no está bien definida una conexión real entre la oferta y demanda. Por eso, muchas veces las personas no saben dónde encontrar la información de las vacantes disponibles.

Todo eso hace más difícil a las mujeres lograr la reinserción laboral.

Ana Cecilia Chamorro, presidenta de la Junta Directiva de Emprendedores Juveniles-JA Nicaragua, reflexiona que a los nicaragüenses les ha tocado en los últimos tres años, enfrentar dos graves situaciones: la crisis sociopolítica que empezó desde abril 2018 y luego en marzo del 2020 la emergencia sanitaria por el coronavirus.

Por tanto, ambas crisis han agravado la situación de desempleo y pobreza de muchos nicaragüenses.

“Al no encontrar cabida en el mercado laboral, vemos que muchas personas consideran otras posibilidades y deciden emprender su propio negocio. Es decir que el emprendimiento viene siendo una solución ante el desempleo”, expresa Chamorro.

Ella considera que, en los últimos años, gracias al trabajo de diversos sectores de la sociedad civil y la empresa privada, se ha creado mayor conciencia sobre la importancia de la participación de la mujer en la economía, y que aún en medio de tantas dificultades, existen diversas iniciativas que favorecen a las mujeres, brindándoles herramientas y fortaleciendo sus capacidades con el fin de que puedan emprender en caso de no encontrar un empleo.

“En la actualidad, las mujeres están más empoderadas y tienen una participación más activa en sus hogares, ya sea acompañada de sus parejas o como madres solteras, lo que les permite brindar mayores y mejores condiciones a sus familias”, expresa Ana Cecilia Chamorro.

¿Emprendimientos o autoempleo?

Un reciente estudio realizado en enero del 2021 por la firma encuestadora CID-Gallup, ubicó a Nicaragua como el país de Centroamérica donde más personas han decidido iniciar un negocio, aún en medio de la pandemia del Covid-19.

Pero lo más notorio fue que el estudio reveló que la mayoría de los nuevos emprendimientos han sido iniciados por mujeres, de 40 años de edad, impulsadas a desarrollar negocios de comida.

La encuesta realizada entre los 6 países de la región centroamericana, ubica a Nicaragua en primer lugar con un 44% de iniciativa emprendedora; en segundo lugar, El Salvador, con un 33%; mientras los costarricenses demostraron menos ánimo emprendedor, ubicándose en el último lugar con un 26%.

“Lo que está mostrando la encuesta es que los nicaragüenses somos resilientes y que a pesar de las situaciones adversas están encontrando mecanismos para poder sobrevivir”, reflexiona Juan Manuel Sánchez, especialista en Mercado Laboral y Empleabilidad.

Aunque de manera general se les llame “emprendimientos”, Sánchez prefiere usar el término autoempleo.

“En Nicaragua, las mujeres tienden a iniciar lo que yo le llamo autoempleo, que son iniciativas de sobrevivencia, que les permiten entonces también balancear un poco más su rol en el hogar, pero a la larga, si solo se quedan en el auto empleo, siempre estamos hablando de sobrevivencia”, explica Sánchez.

Sin embargo, lo interesante a destacar, según el especialista en Empleabilidad, es que las mujeres tienen mayor capacidad para ser más creativas, resilientes y determinadas que los hombres.

“Las mujeres en el hogar, buscan a como dé lugar subsistir para poder mejorar la condición de vida de ella y la de su familia. Ante cualquier ambiente, por desafiante que sea, las mujeres utilizan su creatividad, generan soluciones, se adaptan de forma más rápida y eficaz, mantienen una actitud más positiva y tienen un poco más seguridad en lo que hacen o sienten que pueden hacer, en comparación a la mayoría de los hombres”, considera Sánchez.

Creatividad y talento en todo nivel social

Estas tres actitudes o características que son más marcadas en las mujeres que en los hombres, se pueden encontrar en los diferentes estratos sociales de las mujeres en Nicaragua.

Por un lado, están aquellas mujeres que viven el día a día, que participan en el mercado laboral informal, y que se han visto obligadas a auto emplearse, y que utilizan como únicos recursos su propia creatividad y talento para iniciar algún negocio.

“Y es así que la mayoría de los emprendimientos que vemos tienen que ver von ventas de productos, negocios de comida, manualidades”, comenta Sánchez.

Luego están las mujeres que han laborado en el mercado formal, ocupando posiciones ejecutivas, que han podido acceder o tienen prácticas financieras sanas, que pueden tener ahorros o alguna línea de crédito, y que muy probablemente en estos tiempos de pandemia han perdido su empleo.

“Tenemos a estas otras mujeres que están pasando de un mercado laboral formal, a emprender en un sector informal, con algunas debilidades o falta de capacitación en desarrollo de negocios, más que la experiencia laboral que ya tienen, y eso las hace emprender bajo un modelo de prueba y error, que lógicamente limitará su crecimiento de manera organizada, pero que igual cuentan con la creatividad, la resiliencia y la determinación, al momento de emprender”, analiza Sánchez.

Un ejemplo de creatividad

Ejemplo de esto es Lilliam Pérez Somarriba, fundadora de la clínica Vishanti, un negocio dedicado al servicio de terapias naturales, con la visión de rescatar el conocimiento de sanación ancestral aplicando tratamientos holísticos milenarios, donde el servicio estrella es el masaje terapéutico.

“Cuando en marzo del año pasado se anuncia la emergencia sanitaria mundial por el virus, pasamos como un mes sin atender a nadie, no dimos ni un solo masaje porque nadie quería que lo tocaran. Entonces empezamos a orientar nuestros servicios a la preparación de productos medicinales naturales, los cuales empezaron a tener una enorme demanda”, relata Lilliam.

En la clínica Vishanti, el servicio estrella es el masaje terapéutico, y solo trabajan mujeres «porque somos más responsables», dice su fundadora Lilliam Pérez, aunque no descarta asociar su negocio muy pronto con varones. (Foto cortesía)

Fue así que todas las colaboradoras de la clínica Vishanti han logrado mantenerse empleadas hasta hoy en día, en medio de la crisis de desempleo que todavía golpea a Nicaragua y al resto de países latinoamericanos.

Lilliam también nos revela otro secreto que la ha mantenido a flote, en medio del mar de incertidumbre que vivimos.

«Yo creo que el secreto está en aprender resiliencia. Sobre todo en un entorno como Nicaragua, como emprendedora es bien difícil porque cuando te estás levantando te vuelven a dar otra patada, pero aquí es clave también el liderazgo, porque si tenés un equipo que cree en tu misión y cree en vos, ellos van a estar en las buenas y en las malas, y eso yo lo viví», manifiesta Lilliam.

En Vishanti solo trabajan mujeres y su administradora tiene unas cuantas razones para justificar una planilla totalmente femenina.

«Creo que somos más responsables, no nos morimos por una enfermedad, somos más organizadas, aunque en el futuro no descarto asociarme en negocios con varones», indica Lilliam.

Cuatro consejos claves si deseas
arrancar con una idea de negocios

1.- Según especialistas del área de emprendimientos, en lo primero que deben pensar las mujeres al momento de emprender es en el tema de la capacitación.

“Hay una gran cantidad de información a la que se puede acceder en línea, donde hay plataformas de educación que tienen cursos buenísimos de universidades  extranjeras que son gratis o de muy bajo costo en marketing digital, en comercio electrónico, en planeación de negocios, en metodologías de diseños de productos, que son nuevas metodologías que te van a ayudar a entender al consumidor de este tiempo y aprender esas nuevas competencias digitales, financieras, de mercadeo, de producción, que ya no son las mismas que se utilizaban hace años atrás”, recomienda Juan Manuel Sánchez, especialista en temáticas educativas para el empleo.

Por su parte, Ana Cecilia Chamorro, presidenta de la Junta Directiva de Emprendedores Juveniles-JA Nicaragua, coincide en que si las emprendedoras se capacitan, eso les ayudará a iniciar con buen pie ofreciendo productos o servicios con valor agregado y calidad.

“Los emprendedores deben estar en constante formación para conocer las técnicas que le permitan administrar mejor su negocio, ganar clientes y vender más. También deben ser creativos y tener la capacidad de reinventarse y adaptarse a los cambios, en especial referente al uso de la tecnología, esta es una gran herramienta que debe ser aprovechada por los emprendedores para impulsar sus negocios”, destaca Chamorro.

2.- Lo segundo que aconsejan los expertos es hacer es un ejercicio de autoconocimiento, pues muchas de las mujeres que están en autoempleo, tienen como recurso principal su talento.

“Recomendamos que los emprendedores identifiquen sus habilidades e intereses personales. Lo ideal es emprender en algo que les apasiona. También es importante saber identificar las necesidades de los clientes y analizar la competencia de manera que puedan reconocer dónde hay oportunidades de mejora y cuáles errores no deben cometer al momento de ofrecer su servicio o producto”, reitera Chamorro.

“A veces nos acostumbramos en un trabajo a desempeñar ciertas funciones y actividades y terminamos olvidándonos de otros talentos que tenemos y para los que somos buenos. Hay personas que tienen un talento para vender, otras para organizar, otras tienen un talento innato para los números, por lo tanto, es importantísimo que toda mujer emprendedora tenga pleno conocimiento de cuáles son sus talentos y cuáles son las brechas de conocimiento que tengo para entonces tener el acceso a recursos educativos que me ayuden a disminuir esas brechas”, recomienda Sánchez.

3.- Lo tercero que aconsejan es investigar las tendencias de consumo, y eso es clave porque en todo negocio, se le vende y se depende de un consumidor.

Deben desarrollarse habilidades, competencias y recursos que permitan escuchar al cliente, saber hacia dónde caminan las decisiones de compra de los consumidores, para poder ir adaptando el modelo de negocios o productos o servicios que se ofrecen.

“Y una manera interesante de hacer eso es revisar las redes sociales, cuando pago publicidad en Facebook, debo revisar las métricas, para saber cuáles son los intereses de los consumidores, saber si son mujeres, varones, si son jóvenes, si son urbanos o rurales, hay que entender quién es el consumidor al que estamos llegando y después tenemos que desarrollar bastante empatía. Debemos desarrollar una observación empática hacia el consumidor. Escucharlo. Estar pendiente de lo que quiere”, observa Juan Manuel Sánchez.

4.- Un cuarto elemento es trabajar sobre un presupuesto anual. Aquí son claves los temas de las habilidades financieras, así como las digitales en estos tiempos actuales de incertidumbre, asegura Sánchez.

Agrega que toda mujer que va a emprender debe tener claro que debe separar las finanzas personales de las finanzas del negocio, porque de lo contrario será más complicado.

“Y finalmente tener un plan de negocios, que yo prefiero llamarlo: Plan de acción comercial en un tiempo definido, es decir, donde se ordena en el tiempo y de acuerdo a las diferentes funciones, cada cosa que debo hacer para llegar a las metas que quiero”, asegura Sánchez, especialista en emprendimientos.