Cardenal Brenes: «El demonio anda suelto y quiere herir a la Iglesia»

ERNESTO GARCÍA

En la primera misa que realiza después de la reapertura de la catedral de Managua, donde el pasado viernes se produjo un presunto atentado terrorista, el cardenal Leopoldo Brenes dijo que el “demonio anda suelto”.

«El demonio quiere herir a la iglesia, quiere herir a los obispos, a los sacerdotes, religiosas y fieles», expresó el arzobispo de Managua.

Así quedó la imagen de la Sangre de Cristo. Foto: Redes Sociales / IP Nicaragua.

Seguidamente, Brenes advirtió que el demonio no va lograr su propósito «porque Cristo está cerca de nosotros”.

En una misa celebrada al pie de la calcinada imagen de la Sangre de Cristo, el purpurado nicaragüense destacó el hecho de que la cruz de la que pende la escultura de Cristo crucificado haya resistido las llamas «indica que la cruz no es fácil de derrotar».

El cardenal Brenes, quien al inicio de la misa calificó de «salvaje» y «terrorista» el incendio provocado en la capilla de la Sangre de Cristo en la catedral Inmaculada Concepción de María en Managua y que tiene conmocionado a Nicaragua.

No hay que guardar rencor

En otra parte de su homilía, el jerarca católico sugirió el perdón para quien o quienes quemaron la imagen venerada por el pueblo católico de Nicaragua por más de 382 años.

«Pidamos al Señor que no tengamos sentimientos de rencor y venganza», exhortó el cardenal Brenes mientras ponía sobre el altar el rostro calcinado de la Sangre de Cristo que se desprendió del cuerpo la escultura sacra.

Julio será mes de oración

El cardenal Brenes anunció que próximamente la Arquidiócesis de Managua estará declarando a julio como el mes de la oración.

«El mes de la oración iniciará el último sábado que es su bajada y concluirá el 31 de julio», indicó el arzobispo de Managua.

El cardenal Brenes subrayó que el mes de oración no debe interpretarse como signo de tristeza, sino por el contrario el triunfo de la cruz.

El cardenal Brenes impartió la bendición final sosteniendo en sus manos el rostro calcinado de la Sangre de Cristo.

Foto portada: Oscar Navarrete. 

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