Astrid Montealegre conoce en carne propia el exilio y la migración, ni siquiera había nacido cuando fue privada de su país natal Nicaragua.
Sus padres se exiliaron en Estados Unidos cuando ellos tenían 21 años de edad en 1979. Su madre tenía siete meses de gestación.
Astrid nació el 5 de Agosto de 1979 en Huntington Beach California. «Mis padres migraron con sus familias y siempre llegaban más familiares por días, semanas, a veces meses mientras se acomodaban en un nuevo país. Mi casa era como estar en Nicaragua en el sentido que siempre se habló en español», dijo Astrid en entrevista con IP Nicaragua.
Montealegre, de 43 años, recuerda que fue la primera persona en su casa que logró hablar el idioma Inglés. «Lo aprendí viendo muñequitos animados», dice.
Para mantener vivas sus raíces nicas, Astrid aprendió a cocinar comida típica nicaragüense, especialmente el nacatamal.
«Lo aprendí hacer de mi mamá y mi abuelita, es una de las cosas que más me gusta. También disfruto nadar», dice Astrid.
Astrid cuenta que estudió Derecho en Chicago, y luego recibió la licencia para ejercer su profesión en 2004.
«Es un poco surreal porque aún recuerdo que el año que me recibí fue la primera vez en la historia de Estados Unidos que nos recibimos más mujeres que hombres en la profesión de derecho», señala.
En 2008 Astrid se regresa a vivir a Nicaragua trabajando en la Fundación de Niños Abandonados como Directora de Desarrollo y en 2009 se incorpora como abogada en Nicaragua.
«Es una profesión dominada primordialmente por hombres y por definición conservadora en cuanto al respeto a las leyes, inclusive las que promueven un sistema desigual como es el patriarcado», dice la abogada.
Para Astrid cada obstáculo en su vida es una forma de tener más oportunidades.
«No diría que ha sido obstáculo sino más bien oportunidades para retar pensamientos arcaicos con una crítica constructiva y he aprendido si eso ha ocasionado en alguna ocasión u otra que se me cierre un espacio por ser crítica entonces asumo el compromiso de abrir nuevos espacios», enfatiza.
Astrid Montealegre, una defensora de los migrantes
Astrid se ha convertido en una defensora visible de los migrantes nicaragüenses que buscan pedir asilo en Estados Unidos.
Ella los asesora y les indica los procedimientos que pueden realizar para lograr algún estatus migratorio.
«Desde 2008 hasta 2016 yo vivía en Nicaragua, mi último trabajo como Defensora Publica fue en el Poder Judicial. En 2016 yo regresé a California, y me volví a enfocar en atender los problemas legales de la comunidad migrante, como lo había hecho anteriormente en Chicago», confiesa en esta entrevista.
«A partir del 2018 me he enfocado en gran parte en casos de nicaragüenses buscando como migrar a Estados Unidos u otras partes del mundo», agrega.
Luego, en 2019 se integra como co-fundadora y abogada supervisora en la organización Alianza Nicaragüense Americana de Derechos Humanos (NAHRA) y durante la pandemia del covid-19 fungió como presidenta desde enero 2021 hasta enero del 2022.
Asegura que en cada caso ella le da un seguimiento especial, porque cada persona amerita un trámite diferente.
Expresa que de la migración masiva que existe tras la crisis sociopolítica desatada en abril de 2018, «no hemos visto lo peor aún, porque la crisis se agudiza y las leyes migratorias no han cambiado lo cual se traduce en más deportaciones y más asilos negados».
El niño Wilton
En su larga trayectoria como abogada se ha encontrado con cientos de historias, pero hay una en especial que le trastocó su vida como mujer y profesional.
Se trata de Wilton Gutiérrez, el niño nicaragüense que fue encontrado solo el 1 de abril en la frontera sur entre Estados Unidos y México, luego que su madre fue secuestrada por coyotes.
«Recuerdo que el padre hizo el intento de reclamar al niño pero la Policía Nacional ya había emitido un comunicado en el cual confirmaban que el niño viajaba con su madre y con permiso de su padre», recuerda Astrid.
Los medios publicaron el rostro del niño y sin pensarlo dos veces ella empezó a «escribirles para solicitar que respetaran la Protección Infantil y le borraran el rostro al niño».
«Tiffany Roberts, periodista nicaragüense de Univisión, me llamó y me puso en contacto con la familia para poder brindar acompañamiento por medio de NAHRA», relata la abogada.
Más sobre Astrid
En 2000 Astrid fue una de los 12 becarios anuales de Hansard seleccionados para trabajar en la Cámara de los Comunes del Reino Unido.
Ella trabajó en colaboración con miembros del parlamento, bajo el liderazgo de Majority Whip, Graham Allen, para analizar la Ley de Derechos Humanos recientemente promulgada por la Unión Europea y el efecto que tendría en el poder judicial.
Durante varios años atendió a la comunidad migrante en Illinois a través del Proyecto de Asistencia Legal para Migrantes de Illinois.
Su labor era informar a los trabajadores agrícolas migrantes sobre asuntos legales que incluyen disputas salariales, condiciones laborales, vivienda, beneficios públicos, derechos civiles, desempleo migratorio y compensación laboral.
Mientras trabajaba con la Misión Permanente de Nicaragua en Ginebra, Astrid dirigió grupos de trabajo sobre formas contemporáneas de esclavitud y presentó intervenciones y presentaciones sobre temas de derechos humanos ante las Naciones Unidas, específicamente el Comité Económico y Social (ECOSOC).
Recibió su Diplomado Internacional de Especialización en derechos humanos, empresas, desarrollo sustentable de la Universidad Católica Pontificia de Chile escribiendo su tesis titulado “Prácticas Empresariales para Fortalecer la Autonomía de las Regiones de la Costa Caribe de Nicaragua” publicado por la Fundación Henry Dunant en Diciembre 2012.
También creó la plataforma Viva Nicaragua Libre, una página de Facebook, con poco más de veintinueve mil seguidores.
Se desempeñó como la primera coordinadora de Conexión Nica-USA desde febrero hasta abril 2020 y labora como asesora privada para empresas, onegés e inmigrantes a nivel mundial.