- “Ernesto Jarquín era un reconocido opositor a la dictadura Ortega Murillo, y estuvo preso durante varios meses por su participación en la rebelión cívica de abril del 2018″, denunció la Organización Víctimas de Abril (OVA).
Redacción/ IP Nicaragua
El opositor Ernesto Jarquín, quien estuvo encarcelado por protestar a raíz del estallido social en abril del 2018 en contra del gobierno de Daniel Ortega, fue asesinado a tiros por un desconocido en el municipio de Mulukukú, al noreste de la capital, denunció este martes de la Organización de Víctimas de Abril (OVA) a varios medios locales.
“Jarquín era un reconocido opositor a la dictadura Ortega Murillo, y estuvo preso durante varios meses por su participación en la rebelión cívica de abril del 2018, hasta su excarcelación en noviembre de 2019”, señaló un mensaje divulgado por la OVA en redes sociales.
El hecho ocurrió cuando Jarquín, de 55 años, esperaba su turno para ser atendido en un negocio de lavado de autos en el poblado de Mulukukú, a unos 245 kilómetros de Managua, la tarde del lunes 29 de marzo. De repente un hombre apareció de forma repentina, y tras descargarle cinco disparos, salió huyendo, según confirmó la OVA.
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Varias imágenes compartidas por medios de comunicación locales y nacionales, mostraron el cuerpo de la víctima tirado en el suelo, con sangre alrededor de su cabeza.
Hasta este martes 30 de marzo, la Policía Nacional de Nicaragua no había informado en su página oficial sobre el crimen.
“Desde el año 2018 en Nicaragua varios opositores han sido asesinados en el campo por sujetos desconocidos sin que hasta ahora las autoridades hayan resuelto los crímenes. La maquinaria de la institucionalidad del Estado está puesta en función de garantizar la impunidad para los delincuentes y asesinos del pueblo”, se quejó la OVA en sus mensajes.
Jarquín siempre fue un declarado un opositor al régimen de Ortega y durante las protestas antigubernamentales de 2018, fue detenido por las fuerzas policiales junto con el exalcalde de Mulukukú, Apolonio Fargas, y compartió celda junto al líder del sector campesino Medardo Mairena en el calabozo más temido de Nicaragua conocido como “El Infiernillo”.
Al salir de prisión en noviembre del 2019, Fargas recibió amenazas de muerte por lo cual se vio obligado a renunciar a su cargo de alcalde y abandonó el país, pero Jarquín, quien denunció torturas y malos tratos en las cárceles de Managua, decidió quedarse en Mulukukú.
“Esta situación es resultado del estado de la represión, la alta inseguridad ciudadana y de absoluta impunidad que impera en nuestra patria, y que son el fruto de los discursos y campaña permanente de odio que se promueven cada día desde El Carmen (la residencia de Ortega en Managua)”, insistió la OVA.
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Esta organización demandó “verdad y justicia” por el caso de Jarquín y pidió a la oposición unirse para “derrotar al régimen” en las elecciones de noviembre próximo, bajo la advertencia de que “no es posible pensar en cohabitar con criminales de lesa humanidad y (dar) una salida digna para el peor de los asesinos de la historia de Nicaragua”, señala el mensaje divulgado por la OVA.